Capítulo 41.

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Noah

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Noah.

Nunca estuviste enamorado de mí.

Sus palabras se repiten una y otra vez en mi mente a medida que me alejo de la puerta sabiendo que este es el final de lo nuestro. Pero se equivoca, siempre estuve enamorado de ella.

No debo llorar, por más que lo quiera. Le rompí el corazón a Lottie, y el único signo de dolor que demostró fueron las lágrimas en sus ojos cuando le dije que todo esto había sido su culpa.

Dios, ¿Cómo pude ser tan idiota? Nada de esto fue culpa suya.

Cuando vuelvo al pasillo principal, lo primero que veo es a Marcus recostado contra los casilleros frente a los ventanales.

—¿Y ahora qué le hiciste? —pregunta furioso, avanzando hacia mí.

—Le pedí perdón —susurro. Él deja de avanzar y su expresión de furia se transforma en una de incredulidad—. Y la dejé ir.

—Le pediste perdón —repite anonadado—. Y... ¿la dejaste ir? ¿En serio? —Sacude la cabeza.

—¿Qué querías que hiciera? ¿Qué peleara por ella? —Me froto la cara con ambas manos antes de arrastrarlas a través de mi cabello.

—Eres un hipócrita —escupe volviendo a caminar hacia mí, y cuando pienso que se va a detener con su rostro a centímetros del mío para seguir gritándome, levanta su brazo derecho y golpea mi pómulo con su puño—. No la dejaste ir, ella huyó de ti.

—¿Me acabas de golpear? —pregunto masajeándome la zona. Para ser Marcus, el golpe fue demasiado fuerte.

—Te lo merecías —dice sacudiendo la mano.

Estoy a punto de preguntarle por qué me lo merecía, incluso a pesar de saber la respuesta, pero la campana del almuerzo comienza a sonar.

Doy la vuelta y camino por el pasillo para el lado contrario a la cafetería, Lottie va a necesitar la compañía de sus amigas. Y por más que quisiera sentarme con ellos, ya no lo tengo permitido. Cuando abro la puerta del auditorio, lo último que esperaba ver era a Lottie en su lugar de siempre en el escenario. Debe haber salido del baño y venido hasta aquí mientras yo hablaba con Marcus.

Estoy por darme la vuelta y abandonar la habitación, pero cuando agudizo el oído descubro que está cantando. La curiosidad me gana y me siento en el suelo frente a la puerta.

Cuando estás cerca quiero cambiar de opinión
Pero no puedo ser tuya y tú no puedes ser mío.

Sólo quiero gritar hasta que mi voz se rompa,
Incluso si las lágrimas caen y mi mundo se acaba.

Me rompe el corazón escucharla cantar. Siento todo el dolor que estas letras contienen y es como si hubiese millones de puñales clavándose en lo más profundo dentro de mí.

No podemos amar de esta manera
Y nadie lo sabe más que yo.

Suelta la guitarra y suspira profundamente. Baja la vista al escenario y cuando se pasa los dedos por debajo de los ojos me doy cuenta de que está llorando. Me levanto, decidido a avanzar hacia ella, pero entonces sacude rápidamente sus manos, se acerca el cuaderno y vuelve una hoja atrás.

—Nunca pensé que conocería a alguien como él —dice sin levantar la mirada.

Pego un respingo al escucharla hablando. Pero cuando escaneo el lugar me encuentro a Alison sentada en una butaca en la primera fila, secándose los ojos tal y como Lottie había hecho.

—Siento que él es todo lo que siempre quise —dice suavemente, su mirada fija en un lugar en el piso. Niega con la cabeza y toma de nuevo la guitarra de su regazo.

Estoy decidiendo entre levantarme e irme, y quedarme a escuchar nuevamente la canción sólo para escuchar su voz, porque sé que a partir de ahora no va a volver a dirigirme la palabra. Pero no tiene sentido que me quede aquí sentado escuchando cuanto la lastimé, eso sólo retuerce el puñal que tan profundamente me clavé a mí mismo al haberme acostado con Jessica.

Nada de esto habría pasado si en esa fiesta hubiera pensado antes de actuar. Si me hubiera acercado a ella y exigido una explicación al por qué besaba a Scott cuando nosotros estábamos en una relación.

Decidido a irme, me levanto y me sacudo la suciedad de los pantalones. Antes de que cometa un error y que nosotros terminemos peor que antes, me volteo para mirarla cantar una última vez.

—Lo sé tan bien como tú —murmuro por lo bajo mientras empujo la puerta para salir al corredor.

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