1.Odisea de la camarera sin amigos.

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-Albaaa! -me grita mi jefa desde dentro de la cocina.
-Dime, Margareth.
-Hoy vas a tener que hacer turno extra, esta noche me la he cogido libre, y no me parecías persona mejor para el puesto.
-Vale, no tengo nada que hacer. ¿Se me pagará?
-Por supuesto, a 230$ la hora.
-¡Estupendo! ¡A las 9pm estoy aquí!
Salgo del pequeño cubículo llamado cocina y al ver que no entra nadie en la cafetería, cojo mi libro favorito, El Principito, y comienzo a leer. Me apasiona como Antoine de Saint-Exupéry transforma un sueño en metáfora, y como un libro sobre niños, puede estar tan dirigido a los adultos.
-Alba tía, deja de leer, te van a despedir. -me dice mi compañera de trabajo.
-¡Es que no hay nadie! -rechisto con voz de niña pequeña.
-Cómo te echen, será todo culpa tuya, ya te he advertido.
-Vaaale Loreena... ¡ya paro!
-¿Tienes planes para esta noche? Mis colegas y una servidora vamos a ir de copas. ¿Te apuntas?
-Lo siento, tengo turno extra aquí.
-Joder tía qué aburrida.
-¡Me pagan más! -le respondo ofendida.
-Vale vale...
Tras un largo turno, me voy a casa a descansar. Pongo Netflix, y pido sushi. Me duermo hasta que suena la alarma que dice que son ya las 19:30 ¡Hora de prepararse! Hago mi bolsa de trabajo que consta de: mi cartera por si necesito comprarme algo; mi libro de El Principito, para cubrir los espacios vacíos cuando no hay nadie; mi móvil, que aunque es un poco viejo, me sirve para todo lo necesario; y un poco de maquillaje, ¡Quién sabe lo que puede ocurrir después! Y salgo pitando al trabajo.
Allí en la puerta con mi delantal, me recibe mi jefa.
- ¡Qué pronto has venido Alba! Así me gusta, trabajadoras puntuales.
-Sí, jeje soy bastante puntual cuando quiero.
- Hoy vas a estar sola, en cocina y en mostrador. Es lunes, no creo que haya nadie.
-De acuerdo, me las apañaré como pueda.
-¡Hasta luego, Alba! ¡Suerte!
Entro en la cafetería y me pongo el delantal. Me hago un moño y preparo todo antes de abrir. Cuando por fin cuelgo el cartel, empieza a venir mucha gente.
Joder, qué suerte, justo cuando estoy sola.
-¡Camarera! -me gritan por un lado.
Me acerco a la mesa y cuando estoy tomando comanda...
-¡Señorita por favor! -exclaman desde la barra.
-A ver, por aquí era un capuccino y un chocolate caliente ¿No? -pregunto detrás del mostrador.
-¡No idiota! -grita la refinada señora enfrente mío.- he pedido un hot chocolate, analfabeta.
-¿No es lo mismo?
-¡Mon Dieu! -la señora se aleja murmurando palabrotas en francés.
-Hay que ver como está la peña hoy ¿Eh? -me dice el chico que iba detrás de la bilingüe.
-Pues sí, la verdad. -sonrío mientras me seco el sudor con el paño.
-¿Estás sola?
-Sí, haciendo turno extra.
-No te preocupes, yo te ayudo.
El chico se pone un delantal y comienza a pedir comanda en el comedor.

Hola hola lectores! Pues este es el primer capítulo, espero que os esté gustando! ¿Quién creéis que será el chico? ¡Ponedlo en los comentarios! Muchos beesos!❤

PD: recordar que estoy escribiendo un libro con mis amigas en escritoras_extintas llamado "el cadáver"😏💕

Gajes del oficio. {Dylan O'Brien}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora