30. treinta.

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Ha pasado un mes desde que Alba está en el hospital. Duermo cada día con ella y vivo prácticamente en la habitación del hospital.
Su padre viene continuamente, y Holland y Crystal todos los días.
Hubo un día, que incluso vino el abuelo Gosling, solo para molestar, obviamente.
La echo de menos, y me duele que cada día me digan los médicos que está mejor, que se está recuperando poco a poco. Pero yo no lo creo hasta que la vea despierta.

-Alba, cielo. -comienzo a decir.- te extraño, demasiado, y siento que cada día un pedazo de corazón se me va cayendo. Pero por favor, por enésima vez te ruego, ya ni te lo pido, te lo exigo, te lo ruego, que despiertes. Te amo más que a nada en el mundo, y necesito que despiertes.

Después, voy al baño. No me puedo creer como está mi imagen ahora mismo. Me ha crecido la barba y se me nota a kilómetros la falta de sueño gracias a las ojeras y las bolsas.
Y mientras estoy haciendo pis, oigo una vocecita débil.

-¿Dy... Dy... Dylan?
En cualquier sitio podría reconocer esa hermosa voz. Salgo del servicio lo más rápido que puedo y me dirijo a la pequeña camilla de hospital.
-¿Alba?
-¡Dylan!
-Sí mi amor, estoy aquí. -digo acariciando suavemente su frágil mano.
-¿cuánto tiempo llevo dormida? -dice asustada sin soltar mi agarre.
-Un mes.
-¿y cuánto tiempo llevas aquí? -pregunta aún con la voz ronca.
-Un mes.
-¿No te has ido ningún día?
-No, mi amor. No podía dejarte sola.
-Dylan, siento tanto todo. -comienza a disculparse mientras algunas lágrimas caen por sus mejillas.- Te amo, y no fui lo suficientemente valiente como para decirte la razón de nuestro adiós. Pero ahora, que sé que no tengo nada que perder te la confesaré. Besé a Ryan. Fue todo mi culpa, y me sentía tan rota por dentro que te culpé a ti. Mi alma tenía un sentimiento de culpabilidad enorme, porque ya pasaste por esto una vez, y no quería que se repitiera. Pero ahora soy consciente, vale más una verdad que duela que una mentira piadosa.
-Alba... No sé qué decir... Yo...
-¡qué bien que haya despertado señorita García! -el doctor nos interrumpió.
-Señor O'Brien, puede retirarse, Alba necesita descansar.
-De acuerdo. -con la mano ya en la puerta, me giro para ver una última vez a Alba.- adiós, Alba.

Gajes del oficio. {Dylan O'Brien}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora