Prólogo.

267 9 0
                                    

Bianca en Multimedia.

Bianca.

Él.

Soy así por su maldita culpa.

Él destrozó todo en mí.

Destrozó mi vida.

Destrozó mis emociones.

Me destrozó a mí.

Creí en todas sus palabras.

En todas sus promesas.

Creí en nosotros.

Y me equivoqué.

Ya ves tú si me equivoqué.

Ya no queda nada de lo que era antes.

De la niña feliz, sonriente, saltarina, viva.
Ya no.

Ha desaparecido.

Está enterrada a diez metros bajo tierra.

Y todo, por él.

Finalizo de escribir con lágrimas en los ojos, como siempre.

Ha pasado un año, y aún no consigo olvidarlo.

¿Cuantos años se van a necesitar para borrar los recuerdos?

No quiero recordarle. No.

Bastante daño me hizo ya, como para seguir sufriendo por él.

Y lo peor no es eso, lo peor es que mientras yo sigo sufriendo por él, él hace su vida como si nada hubiese pasado. Como si no me hubiese querido.

¿Me habrá querido alguna vez?

No creo. Ya no creo nada de él. Desde luego que si fingía, lo hacía genial.

Entra mi madre a mi cuarto para guardarme la ropa en el armario.

Rápidamente me quito las lágrimas.

Mamá: Cariño, no vale la pena sufrir por ese mal nacido. Eres demasiado bonita para llorar. Bastantes lágrimas has derramado por ese capullo.

Me hace reír. Mi madre y su naturalidad.

La amo.

Bianca: Ya. No lo puedo evitar. Yo soy la primera en no querer recordarle. Pero... lo veo cada día por los pasillos del instituto, y actúa como si no pasara nada. ¿Cómo puede ser que en un año todos los recuerdos sigan en mi mente como si hubiera pasado ayer mismo?

Flashback.

Es agosto. Y hace una calor inmensa.

Salgo de la ducha, y voy al armario para ponerme mi top blanco y mis pantalones vaqueros.

Cuando termino me seco el pelo y me maquillo.

Bianca: ¡Mamá, voy a casa de David!

Mamá: Si te invita a dormir llámame.

Salgo feliz, y nada más salir por la puerta, una ráfaga de aire caliente viene a mí.

Menos mal que vive cerca.

Llego a su casa y pico el timbre.

Me abre su madre.

La saludo con una sonrisa y un abrazo y subo a su cuarto.

Cuando abro la puerta, lo veo dormido en su cama, relajado.

Es una marmota.

Me siento a su lado, y le hago caricias en el pecho.

Sonríe y sin abrir los ojos, me coge de la cintura para ponerme encima de él.

David: Esto si que son buenos despertares.

Me acerco a él y le beso. Siento el sabor mentolado que siempre tiene. Se pone de lado, haciendo así que yo me ponga también de lado de cara a él.

Se levanta, coge una flor roja, se acerca y me la pone en el lado derecho del pelo.

Se vuelve a tumbar.

Bianca: Mhm, ¿y esto?

David: Fui al parque y la vi. Ya sabes, una flor para otra flor. Déjame hacerte una foto.

Fin Flashback

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fin Flashback.

Siento mis lágrimas salir con más fuerza que antes.

Bianca: Mamá, ¿me quiso alguna vez?

Mamá: Cariño, dile a Andrea que se venga a dormir anda, así te animas. Yo ahora voy al supermercado y os compro un bote de helado de chocolate.

Asiento, y abro WhatsApp.

WhatsApp.

Bianca:

Andreuu
¿Vienes a mi casa a dormir?

Andrea:
Vaaaleee.
¿Pero estás bien?
Bueno lo que sea ahora me cuentas. Hasta ahora Bi. 💜

Bianca:
Gracias. En estos
momentos te necesito más que nunca.

Me salgo de WhatsApp.

Menos mal que la tengo a ella.

Es la mejor amiga que pueda existir.

Let me love you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora