Let me love you.

Capítulo 10.

Bianca.

Suena el despertador y me levanto a regañadientes.

Son las cuatro de la mañana, y aunque mi hora de levantarme habitual son las siete, son los tres últimos exámenes finales. Y con ellos me juego ganarme la beca para ir a Madrid a terminar la carrera de Psicología.

Le tiro un cojín a Andrea para que despierte y empiece a estudiar también. Hace un año o así que nos vinimos a vivir juntas a un pequeño apartamento. Los tíos de Andrea son los que nos han alquilado el piso.

Me levanto, preparo café para las dos, y una vez tenemos nuestro café en mano, empezamos a repasar.

(...)

Ya hemos salido de los exámenes, ha sido un día terriblemente agotador.

Solo queda esperar un mes para ir a saber los resultados.

Le escribo a Andrea porque no sé donde se ha metido, salió del examen y no sé donde está, y le digo que si comemos en el Burguer King, que el esfuerzo merece una recompensa.

Al instante me escribe y me dice que está en la puerta de salida.

Voy con ella y nos dirigimos al burguer.

(...)

Ha pasado un mes, y estamos en la cola esperando a llegar a la mesa para que la persona que está sentada ahí mire su ordenador y nos diga si hemos sido aceptadas o no.

Le toca a Andrea y detrás de ella a mí.

Cuando se gira, sale con una sonrisa de oreja a oreja. Me alegro por ella.

Camino nerviosa, porque no sé si habrá salido todo bien.

Cuando llego, le digo mi nombre y apellidos, lo busca, y este se asombra.

X: Enhorabuena. Eres una de las que tendrá derecho a beca para ir a Madrid, de hecho, es la que mejor nota tiene.

Bianca: Gracias.

Salgo de la sala, y voy hasta Andrea.

Bianca: ¡Me han aceptado!

Andrea: ¡A mi también!

Llamo a mi madre.

Llamada telefónica.

Mamá: ¿Sí?

Bianca: Mamá, soy Bi. Me han aceptado lo de la beca.

Mamá: Ay, enhorabuena cariño. Me alegro mucho por ti, de veras. Si quieres esta tarde, mañana o cuando sea vamos de compras para que te lleves ropa nueva a Madrid.

Bianca: Está bien.

Cuelgo.

Andrea: ¿Salimos de fiesta hoy? Hay que celebrarlo, joder.

Bianca: Dios, sí. Necesito fiesta, y alcohol. Sobre todo alcohol. Me voy a coger la borrachera del siglo, enserio.

(...)