Capítulo 21.

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Daniel en multimedia. Diez años.

Lucas.

Aparco el coche en el mismo sitio de cada día.

Y como muchas veces he hecho, las espío a las dos.

Veo a Bianca junto a Cristal en la puerta del colegio de Daniel, esperando a que salga.

Mi hija está preciosa de rubia, joder.

Por lo que he observado varias veces, a Daniel le causa una alegría tremenda que vayan las dos a recogerle. Cuando las ve a las dos en la puerta del colegio, la sonrisa se le ensancha mucho más.

Desde mi coche escucho la sirena que indica el final de las clases.

Y como he dicho antes, la felicidad de Daniel aumenta al ver que madre y hermana han ido a recogerles.

Esa felicidad la compartiría conmigo si no hubiera sido tan cobarde y marcharme.

No hay día que no me arrepiente de ello.

Pero durante los últimos tres años, he estado observando a mi familia.

Los siete primeros años, me fui a Málaga a vivir por un tiempo.

Pero decidí volver.

Me van a mandar a la mierda, pero quiero recuperar a mi familia cueste lo que cueste.

Una vez, en una cafetería escuché hablar a mi exnovia e hija. Y el como me dolieron las palabras de esta última.

Flashback.

26 de Noviembre, 2023.

Diviso a Bianca y Cristal entrar en una cafetería bastante acogedora.

Se sientan en una mesa pegada a la estufa, y yo me siento una mesa atrás dándole la espalda a ambas.

Empiezan hablando sobre diversos temas: Ropa, estudios, chicos, Daniel, Instituto, amigas, etc.

Hasta que llegan a un tema que me sorprende. Y bastante.

Bianca: Cielo, sé que seré pesada pero, por favor, tienes que intentar mantener contacto con tu padre, localizarlo como sea. Es tu única familia biológica.

Cristal: ¿Lo dices por tí o por mí? Llámame pesada también, pero sé que a pesar de que hayan pasado diez años, muchas noches lloras por él, y estoy harta mamá.

Bianca: Cristal...

Cristal: No, ni Cristal ni nada. Ese hombre nos abandonó a mí y a mi hermano días después de morir mi madre biológica-solloza- y reconozco que yo a veces también lo echo de menos. No sabes lo duro que es que en cada año no tener un padre que me diga "Felicidades, princesa" como lo solía hacer antes, ni escuchar un "Estoy orgulloso de ti, cielo" sé que tú si te sientes orgullosa, pero me entiendes. Es que hasta las cosas más comunes las echo de menos; no sé, que discuta conmigo porque no quiere verme cerca de tal chico, que me diga "donde vas con eso puesto" que aunque no marque ni enseñe nada sé que me lo diría, supongo. Pero sobre todo, cuando voy al cementerio me siento sola, yo tendría que ir con él y al menos el dolor al compartirlo se haría más ameno.- se suena la nariz con un papel, y aunque no la veo, noto como se endereza.- Mamá, lo echo de menos, no te lo niego. Pero lo odio.

Fin Flashback.

Pero lo odio.

Esas palabras siguen haciendo eco en mí, y sin yo poder evitarlo veo que lágrimas descienden por mi rostro.

Les echo tanto de menos, a los tres.

Me he perdido tantas cosas: De Daniel, sus primeros pasos, sus primeras palabras, su primer día en el colegio, cuando pasó de Infantil a Primaria, cada cumpleaños. De Cristal tal de lo mismo, sus cumpleaños, sus graduaciones, las navidades. Y de Bianca... puede sonar muy cliché, pero la sigo amando. He oído que se ha convertido en una psicóloga ejemplar.

Let me love you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora