Capítulo 18.

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Bianca.

Dios, no me puedo creer que David haya llamado. Es más, nisiquiera sé como me ha localizado, si yo me cambié de número. Y por lo menos me he cambiado de número unas cuatro veces en estos años.

Ahí está el kit de la cuestión, ¿de dónde consiguió mi número?

Varios flashbacks de cuando vivía con él y el infierno que me hizo pasar vuelven a mí, atormentándome la mente y no pudiendo evitar que se me cristalicen los ojos y suelte algunas lágrimas.

Pero tengo que callar los sollozos, son apenas las seis y cuarto de la mañana y tengo a Lucas dormido a mi lado.

Me levanto de la cama, y en cuanto pongo los pies en el frío suelo me estremezco, ya que estoy desnuda.

Voy al armario y cojo el bañador negro que Lucas me compró.

Un chapuzón nunca viene mal.

Así que eso hago, voy a la sala de la piscina interior, y me tiro de cabeza.

Me tiro un rato nadando a lo largo desde el principio de la piscina hasta el final.

En una de las veces que saco la cabeza en el principio de la piscina, veo a Lucas sentado con las piernas en forma de indio frente a la piscina.

Me llevo un pequeño susto.

Bianca: ¿Qué haces aquí?

Lucas: ¿Te crees que soy tonto? Te he escuchado llorar en el cuarto. Mira, sé que el hecho de que te haya dicho que David te llamó pues ha hecho que varios recuerdos vuelvan a ti, y seguro que precisamente no se te vinieron los buenos. Es por eso que no quería contartelo, porque sabía que volverías a sufrir. Y a ver, entiendo la situación y te entiendo, pero...-suspira- no sé que más decirte. La cuestión es que supuse que estabas aquí. Anda, sal de la piscina y vayamos a dormir, van a dar las siete.

Salgo de la piscina y me enrolla una toalla al cuerpo.

Mientras él con una más pequeña me seca el pelo. Bueno, intenta que esté un poco menos mojado.

Antes de comenzar a tirar para el cuarto, me giro, me pongo de puntillas y le doy un beso en sus labios. Realmente tenía ganas.

Sonreímos al terminar.

Me coge de las piernas y yo enrollo estas alrededor de su cintura, y apoyo la cabeza en su hombro.

Cuando llegamos al cuarto me baja y me quita la toalla del cuerpo.

Lucas: Encima de la cama te he dejado unas bragas tuyas y una de mis sudaderas, para que te la pongas.

Me da un beso en la frente y se dirige al baño.

Mientras tanto bajo, y me quito el bañador. Lo dejo a un lado en el suelo. A continuación me pongo mis bragas y me coloco la sudadera de Lucas, la cual me queda gigante.

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