Capítulo 28.

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Hugo en Multimedia.

Lucas.

Trago saliva cuando abre la puerta de casa.

La verdad, no sé por qué al irme he vuelto aquí.

Pero una vez tocado el timbre, no había vuelta atrás. Podría haber salido corriendo, pero no quería huir otra vez.

Y sí, sé que no le va a ser fácil perdonarme. De hecho ni siquiera sé si lo va a hacer. Pero espero que sí.

La necesito en mi vida de nuevo.

Y ahora que la tengo enfrente, y que está más guapa que nunca, aunque sea con ese moño tan característico suyo que se hace para estar por casa y que se haya quitado el maquillaje, está preciosa.

Bianca: ¡Eh! ¿Qué quieres? Tengo cosas que hacer.

Lucas: Yo... esto...

Bianca: Si no vas a decir nada, lárgate. De hecho, no tendrías que haber venido. He vivido sin ti diez años, puedo vivir otros diez.-dice, y esas palabras me llegan a lo más profundo de mí. Me ha dolido de verdad.

Se me llenan los ojos de lágrimas.

Lucas: Tienes razón, no tendría que haber venido. Pero uno es gilipollas cuando está enamorado.-suspiro- Adiós.- me doy la vuelta para marcharme.

Bianca: No... no. Lucas, espera. Siento haberte dicho eso, no quería ser tan borde. Pero el dolor habla por mí, entiéndeme.

Asiento, aún de espaldas. No quiero mirarla porque si no caeré a sus pies. Y porque no quiero que me vea llorar.

Pasa un rato, no sé cuanto.

Bianca: ¿Quieres... quieres pasar?

Me sorprende la pregunta, pero no sé si es lo mejor.

Me ha pedido que pase solo porque se siente mal por haber dicho lo que ha dicho, no porque quiera invitarme. Creo.

Lucas: ¿Crees que es lo mejor? Aparte,-me giro para mirarla- me invitas porque te sientes mal por las palabras dichas, no porque de verdad quieras.

Frunce el ceño.

Bianca: Bueno, si te vas a poner así de gilipollas, pues adiós.

Lucas: No... no. Está bien, entro.

Vuelve para adentro y se sienta en el sofá. Yo entro tras ella y cierro la puerta.

Yo también me siento.

Ninguno hablamos, pero el sonido de su teléfono, comienza a sonar.

Bianca: Cristal me ha dicho que va a traer a Daniel aquí, que se va con Hugo y sus amigos. Así que, conocerás al novio de tu hija.

Lucas: ¿Daniel sabe que soy su padre?

Bianca: No.

Lucas: Te quería comentar algo. ¿Te acuerdas la vez esa que Daniel desapareció y a la tarde apareció?- asiente, y veo como sus ojos se llenan de preocupación, posiblemente recordando ese día y lo mal que lo tuvo que pasar- Pues... fui yo.- me mira rápidamente, y abre la boca para decir algo- Sí, estuvo fatal. Pero quería pasar tiempo con mi hijo; y tranquila, cree que soy un amigo tuyo.

Bianca: ¿Pero tú eres imbécil o algo? ¿Sabes el puto susto que tuve ese día metido en el cuerpo? No obstante, al menos eras tú y no un loco. Pero una cosa no quita la otra.

Antes de decir nada, la puerta se abre. Y tras ella aparecen Cristal, Daniel, y un chico moreno de ojos café.

Que... ahora que lo miro bien, Dios, es el hijo mayor de mi amigo Carlos, el doctor.
Claro que la última vez que lo ví tenía siete años, y era pelirrojo.

Cristal: Hola mamá, hola... Lucas.- con los ojos me señaló a Daniel, y doy por hecho que es por eso por lo que no me ha dicho papá.

Daniel: Hola, tú eres el amigo de mi mamá, el que me recogió del cole.- asiento, y el se acerca a darme un abrazo. Dios, que ganas tengo de que me llame papá.

Hugo: Vaya, Lucas cuanto tiempo.

Lucas: Pues ya ves, y tú que cambiado estás. De pequeño eras pelirrojo.

Hugo: Pues ya ves.

Lucas: Bueno, te dejo ir con Cristal, pero ya hablaremos tú y yo. No es nada serio, pero supongo que es lo de siempre, ¿no?- frunce el ceño, Cristal le susurra algo al oído, y él abre los ojos como platos, pero me mira, asiente y sonríe.

Cristal: Bueno, que nosotros nos vamos. Seguramente me quede a dormir en su casa. Os quiero, chao.

Cierra la puerta y se va. Daniel también se va a su cuarto a jugar.

Bianca: Lucas... que digo yo... ahora que estás aquí, ¿te parece bien que le digamos a Daniel que eres su padre?- susurra esto último.

Trago saliva, pero asiento.

Estoy nervioso, ¿y si ahora se lo toma mal?

Bianca sube, y al bajar lo hace con Daniel, ella se sienta a mi lado, y a Daniel lo sentamos en frente nuestra.

Daniel: Ala que guay, me parezco a ti.- ríe mirándome.

Bianca: Daniel, mírame y céntrate, ¿vale? Es algo importante esto. Tú sabes, que él, ese día te fue a recoger al colegio, ¿no? Y que te trató bien y todo, y que te dijo que... bueno, que es mi amigo. Pues bueno, no es exactamente mi amigo.- se levanta y se pone de rodillas frente a él- Cariño, él es tu papá. Ese por el que me has preguntado tantas veces, aquí está, es él.

Me mira, y se le llenan los ojos de lágrimas.

Mala señal, me tiene odio por no haberle visto crecer, y por no estar en cada cumpleaños.

Siento un toque en mi rodilla y abro los ojos, parpadeo para quitarme las lágrimas, que no sabía que las tenía por mis mejillas.

Él alza sus pequeños brazos indicando que quiere que le coja.

Cuabdo lo tengo en mi regazo, se acerca más a mí, me rodea el cuello con los brazos, y me dice un "te quiero, papá."

Lo estrecho más contra mí, y entonces escucho sus sollozos también.

Daniel: ¿Ya te vas a quedar aquí? ¿Vas a vivir aquí?

Lucas: Me voy a quedar sí, pero no voy a vivir aquí.

Daniel: ¿Por qué no? Las mamás y papás de mis amigos viven juntos.

Lucas: Intentaré venirme aquí a vivir pronto, pero no lo sé seguro.

Daniel: Yo... voy a jugar al cuarto. Creo que mi mamá, está en la terraza.

Me da un beso en la mejilla y se baja.

Voy a la cocina, me echo agua en la cara para despejarme, y me dirijo a la terraza.

Efectivamente, Bianca se encuentra apoyada en la barandilla y tiene que estar congelándose, porque está tiritando.

Let me love you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora