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No recibí la aprobación de mi abuela y mi padre, pero no estoy dispuesta a renunciar a mis deseos, no renunciaré a lo que quiero más que nada así que lucharé.

-__________, ¿estás segura de lo que haces? -preguntó Karol mi amiga de la infancia, la confidente que me ayuda a realizar mis travesuras de vez en cuando y la que sabe cada detalle de mi vida.

-Claro -respondo muy seria mientras la miro -No pienso renunciar a mi sueño y si esta es la única opción, entonces esa será -le dije preparando las cosas para el viaje.

-De acuerdo, sabes que te apoyaría en lo que sea -dijo mi amiga con su usual sonrisa cómplice, no son muchas las personas cercanas a mí y por eso ella es tan importante, la quiero como a una hermana.

Terminamos con mi maleta y salimos de mi casa en completo silencio, mi abuela se duerme temprano por lo que nos dio tiempo de terminar los preparativos, me hará mucha falta este tiempo que no la vea, pero es lo mejor que puedo hacer sé que estará orgullosa de mí aún a pesar de su miedo a perderme. Es de noche, solo se escuchan algunos grillos cantando, el silencio es casi incómodo por mi miedo a ser descubierta, siento que hasta el más mínimo sonido hace un ruido ensordecedor.

Mi casa queda dentro del muro María en la zona sur-este, en una zona algo alejada, mi abuela se dedica al cultivo de hierbas medicinales, la mayor comerciante en la zona, es debido a esto que vivimos en este lugar. Mi amiga Karol vive cerca de aquí con su familia, se dedican a la agricultura de especias. 

Ambas viajamos en nuestros caballos lo que aceleró el paso lo suficiente para llegar en la madrugada hasta la cuidad, ya en esta pude vender mi caballo para que no me rastreen fácilmente y en la mañana llegamos a la sede de la academia militar.

Mi plan para poder ser recluta es sencillo, me haría pasar por la hermana de Karol, eso retrasaría un poco lo que tardarán en encontrarme mi abuela y mi padre por lo menos hasta que pase un tiempo en entrenamiento, lo suficiente para que mis habilidades permitan quedarme sin peros.

Hasta el momento todo ha ido en orden pude entrar sin inconvenientes, mi apellido por el momento es Hoffmann al igual que Karol, esto es algo a lo que me ha costado acostumbrarme un poco principalmente cuando me llaman, es gracioso que tardo en comprender que es a mí.

El primer día, ¡por fin llegó el momento! Es momento de presentarse ante nuestro instructor en jefe, su nombre es Halldór Laxness, no parece aterrador, pero no me tengo que confiar, los instructores generalmente tienen mala reputación por lo duros que son, pero este señor tiene un cierto parecido con Dot Pixis, ya veremos. El señor en cuestión pasa al frente de cada uno, analizando fríamente su postura y preguntando los nombres, miro de reojo y hay una chica que no hace el saludo correctamente, problemas. - ¿Nombre? -dice el señor a la chica, muy serio, pero no de manera amenazante.

-Yrsa Jónsdóttir -respondió ella con una sonrisa, grave error, al analizar la cara del señor se puede ver su seriedad, algo le molesta, no creo que esté bien que sonría -Bueno señorita Jónsdóttir, dígame ¿teme usted entregar su corazón a su majestad el rey? -ella lo miró con un rostro de confusión y negó con su cabeza

-Entonces, ¿Por qué hace semejante intento de saludo?, si su majestad viera eso como un saludo se decepcionaría o inclusive burlaría y usted sería la vergüenza de la milicia. -Terminó de decir como si fuera lo más natural del mundo, casi como si hablara del clima y no estuviera ofendiendo a una pobre chica. Continuó su trayecto y de ese modo trató a varios más, los pobres casi terminan llorando por lo mal que se sentían, este señor es de cuidado, sabe cómo utilizar las palabras para hacerte sentir mal.

Yo era la última, me sentía algo nerviosa, pero no lo demostraría o me trataría igual o peor que a los demás -Nombre -dijo el señor cuando llegó frente a mí -___________, __________ Hoffmann -dije con la voz más calmada y la mirada más seria que podía lograr. -Muy bien, señorita Hoffmann, su mirada me recuerda a alguien -dijo mirándome de una manera extraña, como recordando a alguien -Bien, un descanso y después se iniciará el entrenamiento físico. -Dijo y todos se relajaron.

Poco a poco así pasaron los días, realizando entrenamientos físicos hasta desfallecer, es ejercicio extremo y el clima no ayuda mucho que digamos, muchos terminan desmayados durante los entrenamientos, esto es más difícil de lo que creí, pero no por eso imposible con la compañía de Karol todo se hace más llevadero.

- ¿Estás bien Karol? -pregunté muy preocupada por mi amiga que se ve exhausta en este momento, ella solamente me sonrió y asintió -Bien, no te puedes dar por vencida -dije mientras le daba una de mis mejores sonrisas.

- ¿Tú cómo estás? -dijo mirándome a la cara y habló antes de poder responderle -Pero que tonterías pregunto, tú tienes más vidas que un gato y la determinación de una mula -dijo haciendo que ambas riéramos a carcajadas.

-___________ -escucho que me llaman desde lejos, un soldado que no conozco, me acerco a él con cara de curiosidad -La espera el instructor en jefe Halldór Laxness en su oficina.

Asiento con duda, doy una breve mirada a Karol y me dirijo a la oficina, algo dentro de mí me hace querer darme la vuelta y correr lejos, siento un escalofrío que me recorre mi cuerpo, un mal presentimiento. Cuando estoy frente a la puerta, toco suavemente hasta escuchar el permiso para pasar, abro la puerta de la oficina lentamente y lo comprendo todo, el motivo de mi presentimiento, mi padre se encuentra sentado en una silla frente al escritorio de Halldór, junto con mi abuela. Entro en la oficina muy seria, sé lo que me espera.

-_________, ¿Sabes el motivo por el que estás aquí? -pregunta el instructor, claro que lo sé, mentí con mi identidad para entrar en la academia, eso es motivo para castigo o algo peor.

-Sí señor -respondo seria, no pienso retroceder.

-________, lo que hiciste fue muy grave, sabes que no tenías permiso para unirte a la academia militar, ¡¿Te volviste loca?! -dijo mi abuela llegando a los gritos, casi en estado de crisis, me miraba de una manera sospechosa entre desesperación, preocupación y decepción.

-No me volví loca abuela, pero quería cumplir mi sueño de entrar a la legión de Reconocimiento y sentir la libertad, espero que lo comprendas. -dije de manera calmada, no quiero mostrar algún indicio de arrepentimiento.

- ¡No!, claro que no lo comprendo, ¡¿Por qué me haces esto?! Yo que he hecho de todo porque crezcas bien, que tengas una buena vida -dijo mi abuela al punto de las lágrimas.

- ¡Lo sé! Y te lo agradezco, pero es mi sueño y no pienso renunciar a él por nada del mundo, te lo pido, por favor, no me hagas regresar a casa no me pidas que sea infeliz, permite que cumpla mi sueño de sentir la libertad, de saber lo que es estar del otro lado de la muralla, saber lo que hay mas allá de esta jaula-respondí al punto de las lágrimas, ver a mi abuela llorando me hace sentir la peor persona del mundo.

-Señora -interrumpió mi padre, por primera vez desde que entré en la habitación -Sabe que ___________ tomó su decisión, le pido que la deje terminar su entrenamiento, tal vez cuando lo finalice ya no quiera entrar en la legión y prefiera la policía militar, y si no cambia de opinión, haré todo lo posible porque esté a salvo, trataré de protegerla por lo que no pude proteger a su hija. -Habló seriamente, eso quiere decir que se siente culpable por la muerte de mi madre, creí que no había sentido nada, después de todo él no es la persona más emotiva que se encuentre, pero sus palabras traen un brillo de esperanza quiere decir que me apoya.

-_________, sabes que no quiero que entres a la legión, y también que no confío en tu padre para pedirle que estés segura, pero no puedo ir contra ambos en esta situación, solo espero que no te arrepientas en el futuro. -dijo de manera triste y con la voz cortada por el llanto.

-No me voy a arrepentir en el futuro, te lo prometo -dije llorando y acercándome para abrazar a mi abuela, me siento triste de estar lejos de ella, pero lucharé todo lo que pueda, entraré a la legión y buscaré la libertad para que ella sea feliz, buscaré la libertad para mi abuela. 

Similares (Levi y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora