Zed Mcleir: boxeador clandestino, mejor conocido como "La Furia", todos le tienen miedo, nadie se anima a mirarlo a los ojos cuando pasa y menos insultarlo, porque saben que él con solo un chasquido de dedos los podría destruir a todos. Un día llega...
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Pov: Zed
La verdad es que mi vida no ha sido buena, pero gracias al boxeo he podido salir adelante y tener mis propias cosas es más se podría decir que soy un hombre con una muy buena situación económica.
A través de las peleas ilegales y carreras he ganado una muy buena suma de dinero y lo supe invertir bien para ahora tener esta vida.
En estos momentos me encuentro en el gimnasio entrenando para mi próxima pelea, que será en unos días.
- ¡Concéntrate Zed! - grita Abel mi mejor amigo.
La verdad es que lo mire con una cara de pocos amigos y el sólo se rio.
-No me mires así y concéntrate, o es que estas pensando en esa niñita - me lo dice en burla.
-Por supuesto que no Abel y ya cierra tu maldita boca.
Aunque por otro lado tiene razón, no he podido sacar de la jodida cabeza a esa muñequita y esos labios que daría todo por besar, su cuerpo, argg ya estoy divagando de nuevo.
Luego de hacer flexiones de brazos y saltar la cuerda me fui a las duchas para sacarme un poco este sudor ya que luego iría a ver a Lía. Si ya sabía su nombre y casi toda su información, mi investigador hizo un buen trabajo.
Luego de 10 minutos salgo y me pongo unos jeans y remera negra con unas botas estilo motoqueros.
Al salir del gimnasio, subo a mi Audi r8 y me dirijo hacia el colegio de Lía. La verdad no sé cuál va a ser su reacción al verme ahí pero sólo quiero hablar con ella y dejarles claro a los niños esos que ella es mía y de nadie más, aunque ella aún no lo sepa.
Al llegar miro la hora y sólo quedan 5 minutos para que toque el timbre de salida, así que salí del auto y me apoyé sobre el sacando un cigarrillo de mi bolsillo para fumarlo mientras espero a que salga mi muñequita.
Cuando por fin empiezan a salir todos los adolescentes, la mayoría de las mujeres se me quedaban viendo embobadas y cuchicheaban con sus amigas y los hombres sólo me dedicaban miradas llenas de odio, aunque vi una que otra mirada de respeto y reconocimiento hacia mí.
A lo lejos veo salir a Lía junto a una chica, creo que es con la que la vi la primera vez, pero lo que mi hizo cambiar mi rostro por uno más frío fue que un niñato se le acerco a "MI CHICA". Sí, soy algo posesivo y se pusieron a hablar y reírse mientras ese imbécil le tocaba el brazo.
Lo único que podía pensar era que estaba tocando a mi mujer y eso no me gustaba nada de nada.
************************** Hola ¿cómo están? ¿Qué les está pareciendo la historia? Si encuentran errores ortográficos me avisan
