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Pov Zed:

Parte de la noche he estado realizando llamadas aquí y allá, dando órdenes a mis hombres sobre la próxima llegada de mercancía y controlando los pagos de aquellas personas que deciden tener mi protección o vender sus porquerías en mi territorio. Además de ello, ya hice los arreglos para que Lía vuelva el lunes a primera hora a la escuela, claro con un chófer personal y un informante que la cuidara cuando esté en clases o a los alrededores. No la dejaría sin protección sabiendo los peligros que corre con solo estar a mi lado, todos me tienen envidia y quieren todo lo que tengo y Lía es mi debilidad.

- Señor perdone la interrupción, pero tenemos un problema- me dijo uno de mis hombres luciendo sudado y apurado, como si hubiera corrido una maratón.

- ¿Que sucede ahora? - dije sin expresión en mi rostro.

- Una mujer está gritando afuera como loca diciendo que quiere devuelta a su hija y que no se ira sin ella señor- dijo levantando los brazos y moviéndolos.

- ¿Dónde está? - pregunte levantándome y dirigiéndome hacia la salida.

- En los portones señor, no la dejamos entrar.

- Muy bien.

No lo podía creer, como se atrevía a venir a reclamar por "su hija" cuando se muy bien que nunca estuvo para ella y la lastimaba al igual que al otro cobarde. Esta mujer sí que tiene cara para presentarse y empezar a gritonear en mi propiedad sabiendo quien soy, porque estoy seguro de que su hijo se lo habrá informado.

- El carro se encuentra por aquí señor- me dice uno de los guardias señalando el carrito de golf que nos llevaría hasta las puertas, ya que había que cruzar los enormes jardines y a pie tardaríamos unos 15 minutos o más. A veces me preguntaba porque me había comprado una casa con tantas hectáreas de jardines hasta que me acordaba de la ubicación y de todo lo que podría hacer con ellos, además cuando tuviera hijos, me gustaría que lo pudieran disfrutar y tener juegos y todo lo que los niños quisieran.

-Muy bien, vamos a terminar con esto de una vez por todas- dije subiendo y sentándome en la parte de atrás.

(.......)

Al llegar al lugar, vi como una mujer bastante alta y de cabello rubio les gritaba a mis guardias, los cuales ni siquiera la miraban y se dedicaban a ignorarla.

- Abran las puertas!

- Tú! - me dijo señalándome la madre de Lía.

- devuélvame mi hija, esto es un secuestro! - dijo intentando acercarse, pero siendo retenida antes de siquiera dar dos pasos

- Yo no le tengo que devolver nada, porque su hija esta acá por su propia voluntad- le dije con mi rostro tenso y apretando la mandíbula por la desfachatez (poca vergüenza) de la mujer.

Mi Boxeador ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora