Pov Lía
Luego de media hora tocó el timbre de casa y al abrir la puerta vi que era.
¿Daniel? ¿Qué hacía en mi casa? O mejor dicho ¿cómo sabía dónde vivía?
-eh Hola Lía - saludo con un movimiento de mano.
-Daniel hola, ¿qué haces aquí? ¿cómo sabes dónde vivo? - pregunte algo nerviosa, no quería que Zed viniera y lo asustara o armara algún problema con" mi nuevo amigo "porque es muy seguro que se ponga todo posesivo y haga una de sus escenas (pensé rodando los ojos cuando recordé lo que pasó cuando un chico me dijo un piropo).
-Eh perdón si llego en un mal momento, pero - y de la nada se calla mirando fijamente un punto detrás de mi espalda y ya sabía que era exactamente lo que miraba porque al segundo me llegó ese olor tan característico de Zed, una mezcla de colonia, cigarros y un toque de menta, único
Antes de que me pueda girar para decirle que enseguida volvía a la sala, sentí como su pecho se apoyaba contra mi espalda y pasaba sus manos por mi cintura cruzándola en el frente y acercándose a mi oído dijo:
- ¿Y este quién es? - no lo dijo muy despacio que digamos, porque Daniel dio un paso atrás y se tocó el cabello algo incómodo.
-Es un amigo, enseguida vuelvo a dentro - dije como dándole a entender de que se fuera y que ya iba a ir, pero no funcionó.
-Yo me quedo - dijo Zed, a lo que yo sólo rodé los ojos porque me imaginé que diría eso.
-Si bueno, estaba con Jack y Mady hoy en el almuerzo y bueno yo me ofrecí a traerte los libros que hay que llevar leídos para el lunes, hay un trabajo práctico en grupo y - corto sacando de su mochila, que no vi que traía, dos libros y tendiéndomelos para que los agarrara.
- Gracias, no tenías por qué. - dije agarrándolos y mirándolos.
-Si bueno, yo sólo venía a eso. Nos vemos en el almuerzo - dijo Daniel despidiéndose y caminando hacia la salida...
Luego de que giró en la esquina, Zed se separó de mí y camino de nuevo hacia el salón dejándome confundida. Él y sus rápidos cambios de humor.
Al entrar me dirigí hacia las escaleras y luego a mi habitación, ya dentro de la misma fui al escritorio para dejar los libros y al darme vuelta me encontré con una penetrante mirada que parecía como si me escaneara o tratará de leerme.
- ¿Quién era el niñato medio tartamudo?
- Es sólo un compañero del colegio, bueno mejor dicho amigo de Jack - esto último lo dije más para mí que para él.
-Así que amigo de Jack eh, ¡bueno pues los dos son unos niñatos! - dijo riendo, lo que me sorprendió un poco.
- ¿Y yo que soy?, te recuerdo que tengo la misma edad - dije queriéndole mostrar que llamarlos "niñatos " por su edad o por su forma de comportarse, no le da derecho a decirle a sí a todas las personas.
-Tu eres mi princesa, mi muñequita, mi mujer - dijo tomando mi mano y llevándome hacia la cama para sentarse y luego sentarme en sus piernas.
- ¡Eso es trampa! - dije riéndome.
-No, no lo es - dijo para luego besarme
Woou me podría acostumbrar a estos maravillosos y calientes besos. La verdad es que creo que me estoy enamorando de Zed sin querer y sé que esto va a hacer mi destrucción.
Cuando sentía que me estaba quedando sin aire, Zed se separó y apoyando su frente en la mía dijo:
- ¿Quieres venir a pasar el resto de la tarde y cenar en casa?
-Claro - dije, ya que seguro hoy "mi familia" no vendría a casa y no tenía nada interesante que hacer.
-Pero el gatito va con nosotros - agregue rápidamente.
- ¿¡Que!? - dijo separándose un poco de mi para mirarme mejor.
-No lo puedo dejar sólo, se puede sentir sólo - dije con un puchero para que no digiera que "No"
-No y no, no vas a llevar esa maldita bola de pelos a mi casa y ni siquiera es tuyo, apareció hace sólo unas horas Lía.
-Claro que es mío y si no va el, no voy yo - dije cruzando los brazos y mirando hacia el interesante póster que se encontraba pegado en mi pared.
-Aarg está bien, trae al maldito gato.
- Gracias - dije saltando sobre él y abrazándolo, sin darme cuenta de que algo comenzaba a crecer con mis saltitos.
-De nada pequeña - dijo Zed tomando mis caderas para levantarme y luego levantarse él.
-Bueno agarra la bola de pelo y nos vemos abajo bonita.
(...)
Luego de cambiar de ropa y ponerme un buzo, ya que afuera corría algo de viento bajé las escaleras para buscar al minino.
-Gatito, gatito ven, nos vamos de paseo - dije mirando en la cocina y en la sala.
-Allí está - señaló Z que hasta el momento no me había dado cuenta de que se encontraba en unos de los sillones hablando por el celular.
Fui hacia la mesa del televisor y agarré al gatito mientras lo acariciaba para esperar hasta que Z terminará su llamada.
La verdad es que este gato era muy lindo, tenía ojos color marrón con pequeños toques de verde y su pelaje es de un hermoso color gris, pero se nota que le falta un poco de cuidado en el mismo y algo de comida en su pequeña barriguita también.
-Vamos Lía - dijo Zed sacándome de mi ensoñación.
-Claro.
Cerré bien la casa y subí al coche, mientras que sostenía bien a minino porque quería al parecer saltar del auto o no le gustaba estar en un lugar cerrado
-Cuida que esa cosa nos deje pelos en mi auto Lía - fue lo último que dijo Zed antes de empezar a hacer el camino hasta su casa.
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Mi Boxeador ©
Roman pour AdolescentsZed Mcleir: boxeador clandestino, mejor conocido como "La Furia", todos le tienen miedo, nadie se anima a mirarlo a los ojos cuando pasa y menos insultarlo, porque saben que él con solo un chasquido de dedos los podría destruir a todos. Un día llega...