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-Pues que crees, yo soy el novio, marido, hombre, todo de tu hermana y no permito que nadie le ponga las manos encima a una cosita que no se puede defender y se quede sin su castigo.

-Yo no lo hi - no lo deje terminar porque mi puño choco de lleno con su rostro tirándolo al suelo y allí empezó mi pequeño juego de poder con el desgraciado que por mala suerte comparte sangre con Lía.

Pov Zed:

Luego de no sé cuántos golpes, sentí que me liberaba un poco de la rabia que tenía y al bajar la vista pude verlo al inútil en posición fetal, con rastros de sangre en su rostro y a simple vista se podía visualizar morados en sus brazos.

Pero no me importó, se merecía la muerte y más por lo que le hizo a una niña inocente.

(...)

Al salir del sótano o como yo digo mi pequeña sala de tortura, subí directamente al gimnasio donde tenía ropa para poder cambiarme, debido a que tengo sangre en algunas partes y no quiero que mi pequeña vea así y piense que mate a su hermano o que lo había lastimado.
Aunque sea verdad, no quería que ella me viera de otra manera o me siguiera teniendo miedo.

Al llegar al gimnasio vi a algunos de mis hombres en las diversas máquinas, pero pase de largo directo hacía los baños de donde saque algunas toallas y ropa de deporte que tenía guardada en el lugar.

(...)

Ya en la ducha me encontraba frotando mi cuerpo con el gel y pensado en todo lo que había sucedido desde que la conocí a Lía y como había nacido en mi interior esa necesidad de tenerla a mi lado, en mi cama, en cualquier lado y de protegerla de cualquier mal. Si pudiera la tendría dentro de una burbuja donde nadie la pueda tocar ni herir, pero sé que ella es testaruda y no me lo permitiría.

Cuando salí de mis pensamientos me di cuenta de que alguien había despertado y se encontraba duró pidiendo un poco de atención.

Así que agarrando mi creciente erección empecé a subir y bajar mi mano por ella con fuerza pensando en el cuerpo de mi pequeña, sus labios, su cintura. Hasta que con un gruñido pude llegar a mi liberación apoyando mi frente en la cerámica de la pared y dejando que el agua cayera sobre mi espalda.

(...)

Cuando termine de vestirme salí directo hacia mi habitación donde se encontraba Lía, quería verificar como se encontraba ella y seguramente ella me recriminaría el haberla encerrado, pero bueno lo hecho, hecho está y no me arrepentía de nada.

Al entrar a la habitación la vi sentada en la cama mirándome fijamente y por lo que veía no estaba de buen humor, y una pelea se avecinaba.

Pov Lía

Después de no sé cuánto tiempo de estar peleando con el hombre que supuestamente cuidaba mi puerta y luego golpeando la puerta cuando me habían encerrado, me cansé y me fui a recostar en la cama, rogando en que Zed no le haga daño a mi hermano. Y si, sé que él me ha lastimado mucho a lo largo de estos años, pero no puedo olvidar los momentos vividos cuando éramos niños y que después de todo él y mamá son la única familia que tengo en este mundo...

Y así se cerraron mis ojos, pensando en los momentos vividos y pidiendo que nada le pase a Mike y a Zed porque, aunque no lo quiera reconocer él se ha hecho muy importante para mí y lo quiero de verdad.

(...)

Cuándo me desperté de nuevo vi por la gran ventana que se encontraba a mi derecha que ya se estaba poniendo el sol y todavía no había rastros de Zed. ¿cuánto habría pasado? ¿Quizás unas 5 o 6 horas?, no lo sabía, pero lo iba a averiguar.

Cuando ya me estaba sentando entró por la puerta su nana con una bandeja en sus manos y una gran sonrisa.

-Hola mi niña, justo venía a despertarte.

-Ah hola - dije sonriéndole.

-Toma estas pastillas son para el dolor, vamos tómatelas - me dijo tendiéndomelas y pasándome a su vez un vaso con lo que parecía ser jugo de naranja.

- ¿Dónde está Zed, Nana? - pregunte entregándole el vaso devuelta

-Ohh niña, no estoy muy segura - dijo pensando

-Pero creo que pueda estar en el gimnasio, hace un rato volvió y me dijo que te subiera algo de merendar y tus pastillas - agregó.

-Ohh yo pensé que, no nada.

-Bueno me retiro, come las masitas (son como unas minis tortitas, muy parecidas a los cupcakes) las preparé yo misma.

-Claro - dije viendo cómo se iba.

(...)

Mientras terminaba de comer estas delicias, me puse a buscar el control en el cajón de la mesita de luz, aunque si me vieran pensarían que estoy revisando. Cuándo lo encontré, prendí la televisión de pantalla plana más grande que he visto y busque alguna peli que me gustara, aunque no había nada así que lo deje en una canal de caricaturas.

(...)

En un momento cuando ya estaba muy metida mirando uno de los clásicos de Disney "El Rey León" (No superó la muerte de Mufasa), escuché la puerta ser abierta y luego cerrada y al girar mi vista hacia el lugar lo que vi me sacó el aire y puso mi corazón a toda marcha...

Zed se encontraba descalzo con un pantalón gris de ejercicio que marcaba sus muslos muy musculosos y una remera sin mangas que dejaba ver sus tatuajes creo que hasta estaba babeando, pero que digo. Él me encerró y hasta pudo haberle hecho daño a mi hermano.

¿Qué pasará?

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Lía siempre defendiendo a su hermano, al parecer no entiende que el que te daña o te lastima no es una persona que te quiere de verdad.

Mi Boxeador ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora