Amaneció a la hora que estaba acostumbrada. Se arregló pero no salió de su habitación al instante. Pese a todo el esfuerzo que hizo la noche anterior para quedarse, sentía los nervios florecer con la mañana misma.
No podía ser una carga, odiaba serlo y su mente le recordaba que sí o sí iba a ayudar en algo en ese barco. Aunque lo que no la dejaba tranquila era el hecho de estarlo.
Se sentía relajada, no por completo, pero segura... ¡y eso estaba mal! Estaba a bordo de un barco con uno de los piratas más peligrosos del mundo, y ella no sentía miedo de aquello.
Se golpeó la frente y se amarró su pañuelo rosa en su cabeza. Se decidió por cambiar de peinado y se hizo unas coletas. Era más cómodo que una rosca. Salió acomodándose las botas dedgastadas y subió. Si había tenido la valentía de subirse a aquel barco, debía tener la valentía de quedarse.
No vió a nadie, ni un alma. Miró al cielo. A esa hora ella siempre se levantaba, tampoco las seis de la mañana era tan temprano.
- Que dormilones y vagos. Y yo creí que darían miedo-
Como no quería quedarde sin hacer nada, y ni podía volver a la cama, bajó a buscar las cosas para limpiar. En un pequeño clóset a lado de su cuarto encontró una escoba y trapeador.
Subió, llenó el balde de agua e inició a limpiar. Para su sorpresa, no estaba tan sucio en la cubierta, ni donde estaba el timón. Al menos iniciaría bien. Un poco de basura fuera y ya estaba limpio. Con un trapo, frotó el borde de la cubierta y el timón, y cuando terminó, calculó que había pasado una hora y todos seguían dormidos.
El ancla estaba clavada en el mar, por lo que el barco solo se movía levemente por las pequeñas olas. Se sentó en la proa con sus piernas colgando. En vez de temer a caer, ella gozaba de aquella distancia con el océano.
Sentía las ganas de lanzarse y nadar, o flotar y dejarse llevar por las olas. El viento le lavaba el sudor del rostro y ella formuló una sonrisa. Si esa era la vista que se podía obtener desde donde estaba, cada vez la culpa de dejar solo a Fu disminuía.
- ¿Qué estás haciendo?- interrumpió aquella joven pero madura voz. Ella volteó su cabeza y vió a Adrien parado a pocos metros de donde estaba.
- Al fin despiertas. Creí que dormirían todo el día, ¿los demás también despertaron?-
- Están arreglándose. ¿Desde cuando estás despierta?-
- Las seis-
- ¿Se puede saber por qué? Además de niñeros, no somos una escuela donde debes estar a tiempo. Pero agradezco tu colaboración en dejar limpio el barco- miró a los lados. Ella no dejó de sonreír.
- Tengo que ser útil, era una de mis condiciones-
- Bien bien, ahora baja de allí, si te caes sería difícil recogerte- dijo confundido. ¿esta niña quería ahogarse o qué?
La peliazul de un salto se alejó de la proa mientras caminaba a otro extremo.
- ¿Qué haremos?- interrogó.
- Pues, por el momento ir a otro lado de París, es un buen lugar para robar- sonrió Adrien maliciosamente. Ella vió que no estaba vestido como la noche anterior, básicamente como ella, pantalones cómodos blancos, una camisa un poco holgada negra y botas largas oscuras. Su pelo se revolvía con el viento.
No podía mentir, Adrien era guapo, pero no era un tipo del cual podía aferrarse; para él, ella era una carga más en su vida. Suspiró mirando al mar, su verdadera motivación.
Cuando los demás subieron, ella los saludó gentilmente mientras le devolvían el gesto. Marinette no sabía que hacer hasta que uno de ellos quedó frente a ella, extendiéndole un plato.
- Es el desayuno- explicó. Era simplemente un sánduche de atún con tomate. Ella le agradeció y lo cogió gustosa, pero el pirata de pañuelo azul se sentó a su lado.
- Marinette, ¿verdad?- ella asintió.
- ¿Cómo te llamas?-
- Nino. Soy quien queda al mando si Adrien no lo está. Dato interesante: soy su mejor amigo- dijo guiñando el ojo.
- ¿En serio? ¿Desde hace cuánto se conocen?-
- Tenemos la misma edad, lo conozco desde que era un niño feo y revoltoso-
- Pues mucho gusto Nino-
- Permíteme orientarte: el que está allá, alzando la vela, es Max, él es el más listo de todos los que estamos aquí. Su padre era un aritócrata muy rico y le pagaba clases privadas-
- Wow- murmuró. - ¿Y por qué se unió a ustedes?-
- Porque no quería ser aristócrata como su padre- contestó. - Él de allá cargando la munición de los cañones es Kim. Un idiota arrogante pero con la lealtad en los huesos. Solo diré que no es de su gusto hablar de su pasado-
》Aquel dibujando en la esquins se llama Nathaniel, y el que está a su lado es Iván, quien no suele hablar mucho. Y de ahí vas tú-
- ¿Son todos?-
- Somos pocos pero hemos podido contra cualquier oponente. Normalmente voy allá arriba a chequear si algo se acerca, y porque soy bueno columpiándome en las cuerdas, pero Adrien nunca nos obliga a tomar algún puesto en específico a menos que sea una emergencia-
- Suena más... benévolo de lo que creí- Nino le sonrió.
- Sé que lo que se diga de él (como Chat Noir) no es de lo mejor, y es cierto, roba y lastima a quien se nos interponga, pero no nos inferioriza. Nos trata como a sus amigos, porque eso somos aquí- ella se sintió conmovida ante las palabras del moreno. Jamás hubiera creído que el despiadado e inhumano Chat Noir tuviera bondad en alguna parte de su corazón.
- Yo me voy, si me necesitas solo grita mi nombre-
- Gracias por todo-
Conversó con toda la tripulación para tratar de ganar amistades y lo logró (con todos menos Iván, quien prefería no continuar una conversación), consiguió agradar con su presencia y que la trataran con caballerosidad, irónicamente. Solo Adrien era el que más distante percibía.
Lo siguió cuando él bajaba y se detuvo cuando se volteó de sorpresa.
- ¿Ocurre algo?-
- Uh no, yo...- no la dejó terminar.
- Entonces no veo la razón por la que me sigas- habló seco siguiendo su camino.
- ¡Espera! ¿Pasa algo?-
- No- le respondió sin voltearse.
- Entonces ¿por qué te comportas así?- el rubio se volteó soltando un suspiro exasperado.
- Me comporto como me dé la gana, creo que había quedado en claro que no soy niñero ni algún caballero-
- No me refiero a eso, estás algo apartado y...- juntó ambas manos detrás de su espalda. - ... talvez pueda hablar contigo-
- Está el resto-
- Ya lo hice, solo quiero que nos conozcamos mejor, ya que nos veremos a diario y eso- Adrien rio sin ganas.
- Esa ha sido la estupidez más infantil que he escuchado- Marinette frunció el ceño. - ¿Crees que vamos a ser amigos o algo por el estilo? Te dejé estar aquí... la verdad, no entiendo como me dejé convencer, pero hasta ahí llega en lo que nos concierne a ambos- la azabache estaba confundida. La actitud de Adrien era diferente a la de la noche anterior.
El rubio se alejó y se metió en su habitación, que era la más grande del barco, dejándola estupefacta.
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Navío al Rumbo /ADRINETTE/
FanficAU piratas. Los únicos miraculous que existen son los de Ladybug y Chat Noir, los aretes y el anillo. Descripción adentro.