Nino y Alya se quedaron observando a la pareja que yacía frente a ellos. Bajaron nuevamente las escaleras hasta una habitación pequeña.
- Esos dos deberían ser más sinceros- dijo Nino sentándose en la cama junto a la morena. Ella no respondió. Parecía que no estaba del todo concentrada en sus palabras.
- ¿Alya?- no dijo nada. Volvió a llamarla y finalmente reaccionó.
- Ah, perdona. Estaba pensando en...algo, de sirenas- sonrió. El joven no parecía del todo convencido pero no insistió.
- Es posible que en cuatro días lleguemos a América- los ojos mieles de la sirena se iluminaron de esperanza.
- ¡Perfecto!-
- De casualidad, ¿las sirenas conocen todo acerca de los piratas? ¿O del mundo humano?- la castaña se quitó sus zapatos y se cruzó de piernas sobre la cama.
- No todo del mundo humano. Y hay piratas que nos atacan, digamos; usualmente salimos a la superficie, y las que devoran hombres se acercan más a ellos, y nos capturan. Ninguna que ha sido capturada ha vuelto con vida, de modo que no entendemos sus propósitos- explicó acostando su espalda en el pecho del chico. Nino se arrimó a la cabecera del mueble, rodeando a la fémina con sus brazos.
- Me alegra que no hayas sido una de las malas-
- Digo lo mismo- sonrió alzando la vista, plantándole un pequeño beso en el cuello. - ¿Algo más que quieras saber de nuestra especie?- Nino apretó los labios.
- ¿Es cierto que si una sirena besa a un mortal bajo el agua, le permite respirar?-
- Si-
- Entiendo que llevan un largo plazo de vida, y que si se alejan mucho del océano mueren, pero además de eso, cómo... eh...- el moreno sintió las mejillas arder y se acobardó.
- ¿Cómo podemos morir?- terminó Alya. Él asintió.
- Me han dicho que si nos quitan el corazón, literalmente. O nos dan una estocada justo en el centro- dijo poniendo sus manos en su pecho, sobre el corazón. Soltó una carcajada al ver la expresión del castaño. - Solo es lo que me han dicho. Nunca les he preguntado a las sirenas antepasadas, las más viejas, que son las más sabias-
- Tu corazón está a salvo conmigo- susurró Nino abrazándola por detrás. Alya sonrió con dulzura. Lo notaba angustiado, pero ella sabía que no tenía que temer.
- No te preocupes, con mi canto podría hipnotizar a cualquier caballero, pirata y hombre que quiera, nunca falla- respondió antes de cerrar los ojos.
*------------------------------------------------*
Marinette no lograba evitar ocultar el rojo de su cara. Admitía las cosquillas en su estómago, admitía el calor que abrazaba a su cuerpo, y admitía que adoraba los besos de Adrien. Solo que no admitía que él la viera en ese estado.
Se sentía vulnerable cuando Adrien la dejaba anonada, y más aún, cuando no habíauna distancia prudente entre los dos. Sin embargo, su mente no dejaba de sentirse receloso. ¿A cuántas chicas les pudo haber dicho aquello? Sentirse especial respecto a él era egoísta y la llenaba de ilusiones. Ilusiones por Chat Noir, un capitán pirata muy temido.
Con un suspiro, se alejó del rubio después de un prolongado beso y fue hacia el barandal. El joven adulto, sorprendido por la acción de la joven, se quedó a su lado. No mentía con lo dicho anteriormente. Pero quería hacerlo. Estaba desarrollando cierto interés por la joven de cabellos azulados, y recurrir a sus sentimientos era lo último que deseaba. ¿De qué servían? Solo para debilitar a la fuerza.

ESTÁS LEYENDO
Navío al Rumbo /ADRINETTE/
FanfictionAU piratas. Los únicos miraculous que existen son los de Ladybug y Chat Noir, los aretes y el anillo. Descripción adentro.