El barco se mecía lentamente. No era ningún movimiento brusco, de modo que casi toda la tripulación yacía en los brazos de Morfeo. Casi toda. Y Adrien despertó por enésima vez aquella noche.
Salió a la cubierta no sin antes ponerse una de sus camisas blancas para cubrir su torso desnudo. Se quedó arrimado a un borde. De no haber sido por la luz de luna, estaría completamente a oscuras. Minutos después, escuchó pasos. Desenvainó rápidamente su espada y apuntó detrás suyo.
Era Marinette, quien había subido el último escalón, y con los ojos bien abiertos miró la espada, y luego a su portador. Lentamente se dió la vuelta e inició su descenso.
- ¡Espera!- gritó Adrien guardando la espada que siempre llevaba con él y cogió a la peliazul de un brazo.
- ¿No vas a apuñalarme?- preguntó sarcástica.
- Muy graciosa- le respondió. - Fue un impulso, es de noche y no me esperaba que alguien estuviese despierto - sonrió rascándose el cuello. - ¿Y por qué estás despierta?- preguntó mirándo los ojos azules de la chica, que brillaban como dos estrellas reflejadas en el mar. Aquello le encantaba.
- No conciliaba el sueño- respondió encogiéndose de hombros.
- ¿Y por qué saliste a deambular?-
- Porque estaba aburrida- contestó de mala gana. Adrien se rió.
- ¿La falta de sueño te vuelve más amargada?- Marinette rodó los ojos.
Volvieron a arrimarse en el borde del barco. Cada uno mirando a la nada, con las mentes en blanco y con el único sonido de las pequeñas olas reventando. Marinette miró al cielo. Adrien igual.
- Es un cielo estrellado- mencionó Marinette agarrando una de las cuerdas que llegaban hacia donde ella se encontraba.
- Lo único bueno de la noche- murmuró Adrien. Sin embargo, la peliazul logró oírlo.
- ¿Por qué? ¿Le temes a la noche?- preguntó dándole un leve codazo en broma.
- Claro que no- contestó el pirata cruzándose de brazos. Marinette esbozó una sonrisa seguida de un bostezo.
- Vaya, el temido Chat Noir le asusta la oscuridad- dijo sin borrar su sonrisa.
- Di lo que quieras-
- No lo negaste, entonces es verdad- rió. - Ya, no es nada malo, todos le tememos a algo. Yo le temo a las tormentas- mencionó enfocando su vista en la luna reflejada en el océano.
- Como si me importara- masculló el rubio sin verla. Marinette frunció el ceño molesta.
- Hey, intento ser amable contigo y me tratas como a un petardo-
- No te pedí ser amable, y no lo necesito. Creí dejar claro desde un inicio que no esperaras nada de mí ni de mi tripulación-
- Según recuerdo, dijiste nada de lujos- lo corrigió y Adrien entrecerró los ojos al recordar que era verdad.
- El punto es...- exclamó - que deberías dejar de ser la niñita amable de la ciudad y ser una fuerte luchadora. Digamos...- en un abrir y cerrar de ojos, Adrien tenía sujetada a Marinette de la cintura con un brazo, y con otra mano tenía una gran navaja rozando el níveo cuello de la azabache. Esta se sorprendió y no lograba moverse.
- Podrías encontrarte en situaciones como esta en un futuro si no aprendes a ser más veloz y lista- iba a soltarla hasta que una idea cruzó por su mente. - Y ahora, ¿cómo planeas liberarte?- sonrió malicioso.
- ¡N- no es justo! Estoy vulnerable por el sueño- se quejó Marinette. Adrien la volteó, quedando frente a frente con ella.
- Esa no es ninguna excusa- susurró mientras acercaba sus labios a los de ella. Marinette aprovechó a que había aflojado su agarre, y lo pateó en la entrepierna. Adrien ahogó un grito de dolor y retrocedió hasta chocar con el borde. Sin darse cuenta, se fue para atrás.
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Navío al Rumbo /ADRINETTE/
FanfictionAU piratas. Los únicos miraculous que existen son los de Ladybug y Chat Noir, los aretes y el anillo. Descripción adentro.