27. Contraste

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Adrien usando el miraculous en la imagen (vestimenta)
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- La tormenta arrasó con el barco y nosotros incluidos. De no haber estado cerca de la costa todos se hubieran ahogado. Reposamos en una pequeña isla desierta con no más que cuevas, manglares y mosquitos. Los muchachos que se encontraban en mejor condición repararon los daños del barco. Un par de días después, al explorar los alrededores y ver que estábamos cerca de América, ví a la tripulación de Hawkmoth. Se lo conté al resto y muchos sospecharon que los tenían de rehenes ya que estaban desaparecidos.

》Como Nino ni yo queríamos alguna pelea innecesaria los dormí con la canción de las sirenas. Los seguimos por un tiempo hasta dar con ustedes. Hawkmoth tenía el ojo puesto en ambos; especulo que debió enterarse que eras Chat Noir. Cuando encontraron la cueva de los miraculous y abrieron la entrada, regresamos a la isla para despertar al resto y volver con ustedes lo más rápido posible. Y tras la pelea, aquí nos encontramos- concluyó la morena.

- ¿Tú abriste la puerta?-

- Solo las sirenas pueden-

- Pero... ¿por qué yo no pude sola?- preguntó Marinette extrañada. - Adrien y yo lo hicimos juntos-

- Eso es un misterio. Como la inmunidad de Adrien con el canto- Alya le guiñó el ojo y pasó la vista a Tikki.

- Entonces...- continuó- son los portadores. ¿Ahora qué? ¿Volvemos a París?-

- Ahora que están a salvo, pienso que debemos buscar la respuesta de como soy una sirena y jamás lo supe. Talvez encontremos las respuestas para Adrien también-

- Iré al timón- dijo Adrien saliendo del camarote con Nino.

- ¿Notaste como tu cola era roja y luego volvió a ser rosada? ¡Increíble!-

- Creo que se debe a la transformación- sonrió Tikki.

- ¿Crees que hallan más peligros allá afuera?- le preguntó Alya.

- Lo dudo-

- Espero tener un viaje tranquilo de regreso- suspiró la azabache.

Acompañada de la morena, se cambió el vestido viejo y rasgado por uno suyo más limpio y se acostó en la cama. Apenas tocó la almohada quedó inconsciente. Alya salió en silencio dándole una última sonrisa a Tikki. Mientras abría la puerta, chocó con un pirata.

- Lo siento- se disculpó al instante. El pelirrojo asintió con una pequeña sonrisa. - ¿Eres Nathaniel no?-

- Si. Le tenía listo el almuerzo a... Marinette- se sonrojó.

- Está dormida. A tenido unos días muy largos-

- Oh- contestó decepcionado. Se dió la vuelta para retirarse. La morena lo siguió.

- Pero, para evitar que se desperdicie, puedo comérmelo- propuso sonriente. Se sentaron apoyando la espalda en una de las paredes del barco. Nathaniel le tendió la bandeja de madera de la caataña.

- ¿Ella está bien?-

- ¿Marinette? Sí, solo cansada- él suspiró. - Te gusta, ¿no?-

- ¡Qué!- exclamó con su cara del mismo color que su cabello. - ¡No! No digas cosas así...-

- ¿Para qué negarlo? Está claro que sientes algo por ella- sonrió de oreja. - ¿No planeas decírselo?-

- ¿Por qué motivo haría eso? Ella no gusta de mí. Se que tiene algo con el capitán, y no puedo hacerle eso a ninguno. En especial a Marinette. Con solo verla feliz, aún si no soy yo quien lo cause, me hará a mi feliz- su semblante cambió a una más triste. Alya le puso una mano en su hombro.

Navío al Rumbo /ADRINETTE/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora