Alya nadó a la orilla, y cuando quedó fuera del agua, Marinette le pasó una toalla que estaba en uno de los botes y le secó la aleta para que volvieran sus piernas. Le pasó el pantalón y volteó a ver a los chicos.
Muchos ya estaban llegando, pero Nino y Adrien eran los más quedados. Marinette le ayudó a Alya a subirse al bote.
- Quédate aquí-
- Cómo si pudiera irme a otro lugar- resopló. La tierra dejó de temblar, pero los piratas seguían corriendo.
- ¿¡Qué pasó!?- exclamó la peliazul cuando Iván y Nathaniel llegaron jadeando de cansancio.
- Adrien... solo...- el pelirrojo se tiró al suelo. Iván lo cargó y se subió al bote. Marinette giró la cabeza y distinguió a ambos jóvenes adultos salir de la pequeña selva. Los tres se subieron al bote donde estaba Alya y vieron a tres criaturas de pelaje naranja, que medían como diez metros de altura destruir los árboles y correr hacia el último grupo de personas en la orilla.
- ¡Mier...!- Nino no logró terminar su maldición ya que el bote en el que estaban empezó a moverse agitadamente rumbo al barco de Adrien y cayó de espaldas en el piso de este.
- ¿¡Qué eran esas cosas!?- exclamó Marinette.
- Tampoco lo sabemos, aunque parecían una extraña y gigantesca raza de monos, o lo que sea. Pero fue culpa de Nino, que los espantó- el moreno lo fulminó con la mirada.
- ¿¡Qué yo fui!? Máldito mentiroso, tú les disparaste- replicó. Alya saltó del agua al bote.
- Ya no se peleen, subamos- dijo. Ambos hombres subieron primero para dejar que la morena pudiera ponerse la ropa, no sin antes tener sus piernas devuelta.
Al estar la tripulación arriba, Adrien dejó a Max a cargo del curso del barco hacia el Nuevo Continente. Adrien movió a Marinette a otra habitación cerca de la suya para que fuera más espaciosa, ya que Alya estaría con la azabache. Nino se la llevó a la cubierta para intentar enseñarle a caminar por si sola, aunque para la morena aquello era algo difícil.
- Marinette, acompáñame- le indicó el rubio a la joven que observaba conmovida la escena. Bajaron al camarote de Adrien y este cerróla puerta.
- ¿Pasa algo?-
- Es que... ¿quién te contó de los miraculous?- preguntó rascándose la cabeza.
- Pues... cuando era niña mi mamá me contaba historias con eso. Me parece increíble acordarme de eso- sonrió para si misma.
- Ah- Adrien se arrimó en su escritorio. Ninguno sabía que decir por el momento, Marinette se preguntaba si debía irse.
- ¿Alguna vez pensaste que existían? ¿Qué podían definir lo que le pase al mundo?- Marinette se apoyó en la puerta y Adrien se sentó en un banco de madera.
- Siendo niña me imagino que debí creerlo- respondió.
La puerta se abrió dejando ver al pelirrojo entrar tímido, como siempre.
- Adrien, Nino y Alya quieren verte en la cubierta-
- Voy ahora mismo- dijo. Nathaniel salió de la habitación con Marinette detrás de él. Notó las sonrisas que aparecieron e instantáneamente la llamó.
- ¡Marinette, espera!- la mencionada se volteó, le dijo algo al pelirrojo y volvió al camarote.
- ¿Pasa algo?-
- ¿Sabes qué? Lo acabo de olvidar- soltó riendo. La peliazul sonrió de lado.
- Ah claro. ¿No deberíamos ir partiendo hacia América?-
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Navío al Rumbo /ADRINETTE/
FanfictionAU piratas. Los únicos miraculous que existen son los de Ladybug y Chat Noir, los aretes y el anillo. Descripción adentro.