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Mi nombre es ____, ____ Lily Potter Evans. No creo que deba explicar mucho quien soy ya que toda la comunidad mágica nos conoce, a mi y a mi hermano gemelo, Harry.

Me considero una persona muy ambiciosa. Si el sombrero me hubiera puesto en Slytherin como quiso en una primera instancia, le haría justicia a la casa, pero le pedí que me dejara con mi hermano y así lo hizo. Insistió bastante, ya que estar rodeada con gente ambiciosa y con "un cierto desdén por las reglas" como yo, lograría maximizar mis habilidades, pero confío en la nobleza de la casa Gryffindor y su capacidad de hacerme formar vínculos más fuertes con mis seres amados.

En Slytherin solo te ayudan si les conviene, pero en Gryffindor somos todos hermanos.

No me malinterpreten, no es mala casa, no hay una mala casa, todas tienen su atracción. Pero prefería amor por sobre el poder y me sentía cómoda con eso.

El año pasado, vi al hombre que asesinó a mis padres volver a la vida ante mis ojos, utilizando mi propia sangre para lograrlo. Antes de que comenzara el ritual, mi mejor amigo Cedric Diggory también fue asesinado por uno de los hombres mas despreciables que han pisado la tierra, Colagusano – aka Peter Pettigrew.

No solo mato a mi mejor amigo, sino que también fue responsable directo de la muerte de mis padres.

Mi hermano y yo habíamos sido inscriptos para entrar en el torneo de los tres magos por alguien que en su momento era ajeno a nuestro conocimiento y por reglas estúpidas que nunca llegare a entender, a pesar de que sabíamos el riesgo que conllevaría, no nos fue permitido retirarnos del torneo.

El resultado fue la muerte de Cedric y el regreso de Lord Voldemort.

Me sentía culpable de no haber logrado salvarlo, pero la verdad es que estaba agradecida de estar viva, podrían haberme matado a mí también de haberlo querido. Nuestros conocimientos de magia eran y son limitados como para una batalla de vida o muerte.

Si quiero ser responsable de mí y mis seres queridos, debo lograr incrementar mi poder y mi control mágico y así poder evitar que nadie más muera sin lograr hacer nada.

Cerré mis ojos con fuerza en cuanto empezamos a dar vueltas en un torbellino de colores. Sostuve mi estómago con mi brazo libre intentando mantener dentro el almuerzo.

Cuando terminó, caímos todos al suelo en un sonido seco por no haber estado preparados y la copa salió volando en alguna dirección, quedando en un lugar no muy lejos. Gemí de dolor. Habia golpeado una piedra... no, una lápida. Pestañe aturdida y saboree la tierra que había entrado en mi boca al golpear mi rostro al caer. La bilis subió por mi garganta y logre devolverla a donde pertenecía con dificultad. Apoye mis brazos temblorosos en el suelo y observe a mí alrededor.

El lugar era tétrico. Había lapidas distribuidas de forma uniforme por todo el lugar, la niebla era espesa y descendía con gran velocidad del cielo. Pequeñas gotas del sereno cubrían el poco pasto que ahí se encontraba.

Observe a los chicos para asegurarme que estaban bien. Ya se estaban levantando a observar el lugar. Harry me lanzo una mirada preocupada, tenía la pierna lastimada, sangraba. Tendria que encontrar la forma de limpiarle la herida rápido.

Sobé mis pechos y frente con dolor. La caída no había sido de muy alto pero parecía que algo nos había agarrado con fuerza y nos hubiera hecho comer tierra, literalmente. Me apoye en la lápida preparada para levantarme cuando algo me llamo la atención por el rabillo del ojo. Lei con la poca concentración las palabras grabadas en la piedra.

"Merope Gaunt".

Ese nombre. Lo conozco de algún lado. Tenía el vago recuerdo de haberlo leído en un libro.

Brave /Draco Malfoy/ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora