Capitulo XXIII

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Sábado por la mañana, la mayoría de los estudiantes se despertaron tarde. Malfoy, Zabinni y Pansy esperaban que Astoria terminara de aprontarse para subir a desayunar.

- Es como te digo. - siguió hablando Blaise. - A Dumbledore no le queda mucho tiempo como director, esperemos que el próximo sea más competente.

- Mi padre dice que el ministro está desesperado por sacarlo, solo tiene que esperar a la próxima vez que se equivoque... - dijo el rubio sentado casualmente en el posa brazos de uno de los sofás. - dudo que falte mucho.

- ¿Que van a hacer en vacaciones de navidad? - Pansy estaba parada junto a Zabinni, su cara hinchada, al haberse levantado minutos antes, exponía aún más su nariz de chancho.

- Draco va a hacer un baile ¿verdad? - sonrío Blaise cruzando los brazos sobre su pecho fingiendo interés. En su cabeza, había mil cosas mejores que podría hacer que ir a una fiesta de navidad de los Malfoy. No porque no fuera un evento importante, todo lo contrario, era uno de los mas esperados por la sociedad de magos de sangre pura, pero en su cabeza estaba por encima de todos y de todo.

- Como todos los años... - suspiro Draco cansado.

El baile de navidad en la Mansión Malfoy era un evento de alto prestigio que sucedía la noche antes a vísperas de navidad. Para Lucius Malfoy, se trataba de política, contactos y estatus social. Draco solía disfrutarlas si ignoraba lo suficiente las miradas de advertencia de su padre, asegurándose que su hijo no lo avergonzara.

Sus amigos siempre asistían, los únicos invitados eran familias de sangre pura y como Draco se había asegurado de acercarse a los estudiantes "adecuados", las familias de su séquito estaban invitados.

Se basaba en una noche elegante con decoraciones navideñas y comidas refinadas que a Draco le gustaban demasiado. A pesar de ser criado en un ambiente tenso y frío, Draco disfrutaba el estatus social que confería ser un Malfoy. La navidad era el evento favorito de su madre y a Draco le gustaba verla feliz, pero se ocupaba que no se pasara de copas de modo de no enojar a Lucius. Cada año, la gran fiesta era la primera plana del famoso periódico "El Profeta".

La familia Malfoy se encargaba de invitar a los periodistas correctos, los políticos adecuados y los amigos convenientes.

- Vamos. - llamo Astoria bajando por las escaleras plateadas.

Se veía perfecta, como siempre. Pelo perfectamente peinado, pestañas rizadas, ropa de diseñador y ni un centímetro de su cara hinchada por el sueño.

Subieron las escaleras de piedras hacia el primer piso del castillo, los estudiantes vestidos en sus ropas casuales estaban alborotados y susurraban entre ellos en los pasillos.

- ¿Qué está pasando con estos inútiles? – pregunto Astoria mirando con confusión.

Llegaron al gran comedor y el barullo seguía aumentado a diferencia de otros días. Draco paro por el pecho a un niño de primero que pasaba corriendo por su costado. El chico emitió un sonido sordo de dolor y se apretó el pecho dando traspiés hacia atrás. Iba a gritarle al rubio de forma defensiva pero cuando le vio el rostro cerro la boca rápidamente.

- Niño. ¿Qué está sucediendo?

- S-se esta diciendo que se escucho gritar a uno de los Potter anoche y despertó a todo Gryffindor. Supuestamente, alguno de ellos tuvo una visión de que el padre de los pelirrojos estaba por morir y se fueron en el medio de la noche... - el niño pareció esforzarse por pensar y luego agrego: - Y ____ se paseo por los cuartos de los chicos y no entendí muy bien, pero a los chicos les gusto.

Brave /Draco Malfoy/ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora