Capitulo XVI

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La música seguía resonando contra mis oídos, mientras estaba sentada en un banco alto frente a la barra. George y Lee seguían con su trabajo, vendiendo tragos, mientras tu por tu lado habías pedido un vaso de agua. Necesitabas bajar la velocidad de tus pensamientos, querías salir a tomar aire y por sobre todo, querías llorar. Pero salir al pasillo como si fuera el exterior de cualquier pub no era lo indicado, las reglas eran claras, si salías era para irte -para minimizar las chances de ser atrapados- y no te querías ir aún.

Querías divertirte, querías bailar con tus amigos, querías emborracharte con Hermione, querías pasar tiempo como una adolescente normal que no se preocupaba por su vida cada año, no llorando porque estabas comenzando a sentir afección por un rubio egocéntrico hijo de Mortifago quien quería activamente tu cabeza sobre su estufa.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Draco Malfoy era uno de los humanos mas despreciables, arrogantes y cobardes que había. Cada año te insultaba, cada año te golpeaba. Diablos, incluso casi te mata semanas atrás. Te merecías a alguien normal, alguien tranquilo. Alguien que no hiciera tu vida peor de lo que ya era, eso no era demasiado pedir ¿o sí?

Además, no podías preocuparte por algo así. ¡Tu vida estaba en la línea! ¡Otra vez! Los problemas se siguen sumando a tu lista y te sientes desbordada.

1. Voldemort nos quiere muertos a mi y a mi hermano.

2. Guerra mágica inminente.

3. Otra figura extraña te recordaba de forma agresiva que el tiempo se te estaba acabando y no tienes ni idea de que está hablando, pero temías que hablara de tu muerte.

4. Tener que salvar tus TIMMOS, en caso de que sobrevivas todo lo anterior.

5. Estar empezando a tener sentimientos por Draco Malfoy, el futuro Mortifago que seguramente era un espía para el padre y el señor tenebroso.

6. Ex desaparecido.

7. Tener que ayudar a Harry en Pociones.

Y eso no tiene en cuenta todos los eventos traumáticos por los que has pasado que dejaron una marca en ti y conformo tu desequilibrado estado emocional.

Si te ibas a enamorar de alguien, no iba a ser Draco Malfoy. Te lo prohibías. Pero, siendo el menor de tus problemas, debías ignorarlo.

De repente, te sentiste mal, te sentiste culpable. En vez de estar emborrachada en una fiesta deberías estar entrenando duelo, deberías estar estudiando hechizos de protección y ataque, deberías estar practicando Oclumansia. No tenias derecho a estar divirtiéndote, mientras el mundo allí fuera se desmoronaba y era tu responsabilidad hacer algo al respecto. La tuya y la de Harry...

Dirigiste tu vista hacia la mesa del fondo en la esquina. Harry aun estaba allí, riendo, jugando otra partida de Twister y hablando con Cho, su no amenazante interés amoroso. Sonreíste. Querías verlo así siempre, querías darle lo mejor, aunque eso significara sacrificar parte de tu felicidad.

Harry descubre que puede hablar parcel. Te estudias la lengua, aunque no la entiendas y ambos fingen que vos también podías hablarla para no estar el solo bajo las criticas de la gente.

Harry quiere seguir las arañas, odias las arañas tanto como Ron, pero vas primero en la fila.

Harry se une al equipo de Quidditch. Entrenas y logras que te elijan para el equipo para poder protegerlo y ayudarlo en el campo.

Harry es horrible en pociones. Estudias horas extra para poder explicarle con claridad aquello que no logra entender.

Harry quiere el ultimo pedazo de pastel, mientes, dices que no lo quieres.

Brave /Draco Malfoy/ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora