_____ Potter va creciendo hasta estar en medio de la delgada línea entre el bien y el mal, el amor y el odio; siendo su mayor deseo mostrar de lo que es capaz y proteger a la única familia que le queda.
Pero, ¿que pasará cuando sus esfuerzos no sea...
Mire mi reflejo en el espejo de pie que se encontraba al costado de mi cama, mientras peinaba mi cabello. Llevaba el uniforme de la escuela con la corbata de Gryffindor, la pollera tablada llegaba por la mitad de mis muslos y dos dedos debajo de esta comenzaban las medias bucaneras que me protegían del frio.
Hermione estaba organizando sus libros, quejándose de mi desorden. La observaste con gracia, ella podía perfectamente haber aceptado la habitación no compartida que le daban a los prefectos, sin embargo, había decidido quedarse.
Mi atención se dirigió a la aparición de unas chispas azules flotando en el centro de la habitación.
Nuestra habitación era circular con tres camas a lo largo, las únicas puertas que había eran las que nos llevaban a la sala común y la que llevaba al baño. La habitación estaba iluminada por la luz fría que entraba por la ventana y las antorchas maginas que nunca dejaban de iluminar y con las que jamás podrías quemarte.
Las chispas azul brillante llamaron la atención de las tres que nos preparábamos para nuestro día de estudios. Hermione fue la que se acercó primero a ellas, cuando acerco su mano un pedazo de pergamino se materializo de las llamas.
- Los W's los invitamos a el escape de reglas que necesitabas. – leyó la prefecta en voz alta. En seguida entendiste de que se trataba, los gemelos ya te habían entregado la carta, sin embargo, esta forma de repartir era original. Sonreíste. - Si esta carta te llego estás invitado al cuarto pasillo a la derecha de las escaleras que llevan al segundo piso, hoy a las 24hs. Contraseña: Umbridge se ve con Filch a media noche.
Alicia Spinnet rió aun desde su cama, se sentó apartando las sabanas. – Esos chicos van a lograr que los expulsen, mandándole la carta directamente a la prefecta. – río. – Realmente no le tienen miedo a nada.
Su cabello oscuro era acompañado con su tez del mismo tono, estaba despeinada y con aun la cara hinchada de sueño.
-¡Ugh! ¿Realmente piensan que no voy a hacer nada al respecto? Umbridge le está haciendo la vida imposible a todos, no necesitamos que nos saquen más puntos. Voy a parar esto. – sentencio mientras se retiraba dando un portazo.
-A mí me suena divertido. – hablo Alicia levantándose finalmente de su cama y abriendo su baul. – Nos merecemos un recreo, todo el tiempo es "reglas, reglas, reglas". Yo voy a ir. Si lo organizaron ellos debe ser una bomba.
-No sabes lo que es aún. – le dije sentándome sobre mis sabanas destendidas.
-Lo único que sé es que, si los Weasley me dicen que me voy a divertir, me voy a divertir. – dijo antes de meterse al baño con ropa en mano.
Sonreí. Ella tenía razón, no estaría mal un poco de diversión.
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Cuando llegaste a la mesa a las siete y media de la mañana para desayunar, Hermione parecía haberse distraído de su misión principal, estaba leyendo un párrafo del Profeta en voz alta a Harry y Ron, con el mismo rostro enojado con el que había abandonado la habitación.
