Brave /Draco Malfoy/

Capitulo XII

Te encontrabas en el suelo gritando de dolor. En tu pierna había una fractura expuesta, la tibia se abría por tu piel al igual que el peroné. Una sorprendente cantidad de sangre goteaba hacia el barro.

Tu cara sobre el lodo no te dejaba respirar con libertad por lo que intentaste levantarle solo para ser recibida por un fuerte dolor en tu hombro izquierdo. Apretando los dientes con fuerza, evitando gritar de sufrimiento, intentaste moverlo sin respuesta.

-Blew... - te quejaste escupiendo sangre y barro. El labio partido seguía emitiendo sangre caliente hacia el interior y exterior de tu boca. La snitch descansaba sin moverse en tu mano derecha, inmovilizada debajo del estómago.

Con el rostro contra el piso esperaste que alguien te moviera, intentando tomar el poco aire que podías desde tu posición.

En el fondo de tu cabeza sonó un constante susurro conocido.

Tick-Tock.

Tus compañeros de Quidditch te rodearon evitando que te tomara fotos con su cámara.

- ¡____! – gritaron Fred y George al llegar a tu lado.

- ¡MUEVANME! – ordenaste, desbordando ira.

-Mas te vale no te hayas lesionado, Potter. Te necesito. – hablo Angelina intentando suprimir la emoción en su voz por haber ganado el partido.

Draco Malfoy había descendido de su escoba y se encontraba observando a unos cuantos metros. La escoba temblaba en sus manos. Una expresión de alarma surco su rostro apenas escucho tu grito de dolor mientras te giraban.

- ¡Te voy a matar, MALFOY! – un escalofrió le recorrió la espalda al escuchar como le gritabas.

Te sentías incrédula y furiosa contigo misma por siquiera pensar que Draco Malfoy no se atrevería a lastimarte.

Fred aparto el barro de tus ojos con sus pulgares y por fin pudiste abrirlos. Las lágrimas que salían de tus ojos castaños ayudando a apartar el barro de estos.

Estabas cubierta de barro, pasto y sangre. Un débil impulso guio al rubio a dar varios pasos hacia el frente, en tu dirección.

¿Qué hice? ¿Acaso intente matarla? Pensó.

Apenas había visto como perdías el control de tu escoba se había arrepentido, pero ya era demasiado tarde.

- ¡DRACO MALFOY! – grito Minerva McGonagall corriendo furiosamente hacia el chico - ¡Estas en serios problemas jovencito! – lo agarro del brazo con fuerza, pellizcándolo. - ¿Cómo se te ocurre? Lastimar a una señorita deliberadamente. – reprendió. Las arrugas en su cara estaban trastornadas por el enojo. – Treinta puntos menos para Slytherin.

-Quidditch es peligroso. – le defendió Montague, su capitán de equipo, intentando evitar que les sacaran puntos.

-Fue una falta clara. – sentenció Madam Hooch, descendiendo ante ellos. – Un cobarde movimiento, jovencito. Diez puntos menos para Slytherin. – el cabello canoso de la profesora se encontraba en picos y no se movían por el viento. Te escucharon gritar, haciendo que la profesora se moviera hacia ti.

McGonagall arrastro a Draco siguiéndola, aun agarrándolo dolorosamente del brazo.

El culpable te miro con ojos temerosos, observando lo que había causado. No podías evitar llorar en el piso, por dolor y vergüenza.

Estabas en una situación comprometedora por subestimar a un gran idiota.

Madam Hooch se arrodillo junto a ti y con un giro de su varita, la ropa que cubría tu pierna se desintegro, dejando a la vista tus huesos expuestos y tu sangrante herida. Ante semejante vista, Malfoy intento alejarse, pero fue retenido en el lugar por McGonagall, ahora agarrándolo por los hombros.