Capitulo IX

7.5K 376 45
                                    

Me metí a un cubículo y salí en menos tiempo de lo que esperaba.

Camine hasta el lavado, pero justo cuando estaba a unos pasos alejados de este, un fuerte dolor de cabeza se apodero de mis sentidos. Mis piernas flaquearon y caí al suelo de rodillas. La caída había producido una sacudida en todo mi cuerpo, deje salir un gruñido de dolor. Un gran moretón no se tardaría en hacer espacio en ambas de mis rodillas.

Lleve mis manos a mi cabeza. El dolor se intensificaba a medida que pasaban los segundos. Sentía que en cualquier momento explotaría. Otro gruñido de dolor salió de mi garganta.

El sonido de manecillas de reloj se hizo presentes en el fondo de mi cabeza. El baño no contaba con ningún reloj. Extrañada voltee para encontrar que me encontraba sola en el baño.

Ya teniendo las manos en mi cabeza aplique presión en un intento en vano de que el dolor se suavizara. Las lágrimas se asomaban por ms ojos. Como pude, gatee hasta el lavado y me agarre de el en un intento de pararme.

Tick-tock.

No podía entender como el dolor de cabeza parecía haber paralizado mis músculos. Mientras más me movía más difícil se me hacía poder controlar mi cuerpo.

Falle varias veces, agarrándome con las manos del lavado y haciendo la fuerza necesaria hasta que termine parada sobre mis dos pies. Un tic en mi ojo derecho no parecía cesar, como si mi ojo se quisiera cerrar.

Tick-tock.

Me agarre con ambas manos del lavado, repose mi peso en el y me mire al espejo.

Ahogue un grito.

Mis ojos estaban totalmente negros, no tenía ni iris, ni esclerótica, tampoco podía distinguir mi pupila. Era una ventana oscura.

Mis ojos estaban acompañados con venas protuberantes alrededor de los ojos también negras. Se esparcían como las ramas retorcidas de un viejo árbol por toda mi cara, pero nada de eso afectaba mi vista en lo absoluto.

Tick-tock.

Abrí velozmente el agua y me moje todo el rostro, mojando la mayoría del uniforme. La camisa se me pego al cuerpo.

Lo hice tres, cuatro, cinco veces.

Levante la cabeza, expectante, desesperada para ver si había algún indicio de que haya resultado. Nada.

Tick-tock.

Tick-tock.

Tick-tock.

- ¡De donde viene ese reloj! – exclame desesperada. El sonido me estaba volviendo loca.

Mis piernas estaban demasiado débiles y apenas podía mantenerme en pie. Trague saliva. Mis manos aún estaban apoyadas en el lavamanos, mis rodillas flexionadas debido a la debilidad de mis músculos. Nada paso por unos breves segundos.

Semejante primer día de clases. Jure en voz alta.

Tick-tock.

Tick-tock.

Harry. Tenia que llegar a Harry. Un profesor. Snape. Alguien. Necesitaba ayuda.

Di un paso lejos del lavado, seguido por un fuerte dolor en mi pecho, al igual que cuando estuve en mi habitación en forks. Voltee a ver el espejo y encontré lo que esperaba ver. Mi reflejo me devolvía la mirada, pero no era yo.

- ¡Que quieres! – le grite.

Tenia miedo. Tenía miedo de morir.

- Tick-tock. – me susurro mi propio reflejo con una voz masculina que parecía ser joven.

Brave /Draco Malfoy/ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora