Capítulo 48

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Ya estaba el sol bastante alto cuando el matrimonio Jonas saltó de la cama. Se vistieron a toda prisa sin dejar de reír porque, como habían supuesto de madrugada, iban a llegar tarde al sermón. A ______ solo le preocupaba la irrupción en la iglesia. Ya le parecía estar viendo todas las cabezas girándose a un tiempo cuando ellos hiciesen su entrada. Decidió no perder el tiempo en peinados y se limitó a darse un rápido cepillado y retirarse el pelo de la cara recogiéndolo en una coleta anudada con un lazo en la nuca. Se miró al espejo y el resultado le pareció demasiado juvenil para una mujer casada, pero lo dejó tal cual. Mientras terminaba de ajustarse el cinturón negro a la espalda, contempló con deleite a su marido, que ese día había decidido utilizar chaleco para poder lucir el reloj. La prenda, de doble botonadura, solapa estrecha y amplio escote en óvalo, estaba a la última moda.

Cuando terminó de peinarse fue hacia ella y la rodeó con los brazos. Estaba tan atractivo que a ________ le palpitó muy rápido el corazón.

—¿Dispuesta a exponerte a la mirada reprobadora de todo Indian Creek?

—Si tú estás a mi lado, no me importa —añadió ella con una amplia sonrisa.

—Estoy agotado —murmuró.

—Yo también, pero jamás hubiese imaginado que el cansancio podía ser tan dulce —dijo acariciando su mejilla.

—¿Te hice daño?

Ella negó en silencio y se abrazó a él. Nick la acogió entre sus brazos estrechándola con fuerza y hundió el rostro en su pelo.

—Vamos —resolvió soltándola, con la certeza de que ahora sí que iban a llegar tarde de verdad.

Salieron a toda prisa, sin parar más que para tomar al vuelo el sombrero de vestir. Al entrar en el establo, decidieron ensillar solo un caballo para ahorrar tiempo.

Una vez en el patio, Nick enganchó el pie en el estribo con intención de montar, pero ________ se lo impidió agarrándolo del brazo.

—Yo voy delante. Si monto detrás se me arrugará la falda.

—¿Y delante no se arruga? —preguntó con sorna.

—Se arruga menos.

Sin acabar de entender el asunto de las arrugas, montó tras ella y la acomodó entre sus piernas. Con el caballo al galope, _____ demostró una estabilidad sorprendente enroscando su coleta para introducirla en el cuello de su blusa. Pareció notar la mirada confusa de Nick en su nuca.

—Para que no se me enrede —le explicó girando un poco la cabeza.

Nick no dijo nada. Aún no salía de su asombro al comprobar la transformación sufrida por su esposa.

El trayecto lo recorrieron en menos de la mitad del tiempo acostumbrado. Casi a las puertas de la herrería, Nick frenó y desmontó de un salto. No espero a que ella bajara por sus medios, la tomó por la cintura y la hizo descender con facilidad. Una vez puso los pies en el suelo, en el tiempo que él tardó en atar el caballo, ______ se sacó la coleta de la blusa y con dos movimientos de cabeza se recolocó el peinado. Nick la tomó de la mano, la arrastró tras él y recorrieron veloces el breve trayecto hasta la iglesia para no demorarse más. Pero justo a las puertas se encontró con la oposición de su esposa, que de un tirón lo hizo parar en seco. Se giró y la vio alisarse la falda. Con el pelo cayéndole en ondas por la espalda, la blusa blanca y la falda verde con detalles negros en el bajo, le pareció que brillaba como un ángel.

—¿Cómo estoy? —preguntó ella girando sobre sí misma.

—¿Pretendes seducir al predicador? —inquirió él con mirada felina.

Ambos estallaron en carcajadas por lo descabellado de la idea. Para tranquilidad de _____, el escándalo no se oyó dentro, ahogado por el himno que cantaban en ese momento a viva voz. 

Aún jadeantes, no podían dejar de mirarse, pues para ambos era la primera vez que oían la risa espontánea del otro.

Nick rompió la magia tirando de nuevo de ella, dispuesto a entrar en la iglesia antes de que concluyese el canto, con la esperanza de que así su llegada a destiempo pasara desapercibida.

Dama de TrébolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora