Capítulo 65

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Nick, aún medio despierto, se frotó los ojos con la mano derecha porque el brazo izquierdo lo tenía atrapado debajo de ______. Miró hacia ese lado y la vio dormida, tan serena que infundía paz. Con la cabeza apoyada en su hombro, el cabello se le desparramaba por la espalda y una de sus hermosas piernas descansaba sobre la suya.

La primera luz del día se filtraba entre los encajes, iluminando su cuerpo con arabescos de luces y sombras que resaltaban la belleza de su piel satinada. Nick recorrió la longitud del brazo de _______ con la mirada. Al comprobar qué parte de su anatomía agarraba con tanta firmeza la mano de ella, entendió a qué se debía esa conocida sensación que empezaba a subirle hasta la boca del estómago. Rio entre dientes ante tan primaria muestra de posesión; la fiera marcaba su territorio.

La visión de su cuerpo desnudo con los pechos presionando su costado y la firme opresión de su mano en lo más íntimo, le excitaron de inmediato. Le apartó la mano, con cuidado de no despertarla, y ella se removió sobre las sábanas elevando los brazos por encima de la cabeza.

Nick se mordió el labio de satisfacción al ver cómo se erguían sus pechos con ese movimiento. Se inclinó y con la boca recorrió delicadamente su pubis, su estómago, sus senos. Con la lengua jugó a rodear su ombligo y, cuando internó apenas las yemas de los dedos en ella, se excitó aún más al comprobar que estaba preparada para acogerlo. El deseo pudo con él y se colocó entre sus muslos. Apoyado en los antebrazos la miró y ella, aún medio dormida, esbozó una sonrisa mimosa. Resultaba tan seductora que cerró los ojos y respiró hondo.

Entró en ella con cuidado. ________ entreabrió los ojos y los labios al tiempo que se colgaba de su cuello y sus piernas lo rodeaban en una silenciosa aceptación. No hubo palabras, sólo miles de besos. Y los jadeos de ambos con cada lenta y profunda embestida acompañaron el balanceo acompasado de las caderas de ella. Juntos se adueñaron del placer entre gemidos, y sus cuerpos exhaustos quedaron laxos sobre las sábanas.

Pasados unos deliciosos minutos, Nick se incorporó todavía dentro de ella. Odiaba tener que abandonar tan cálido refugio.

—Buenos días —susurró besándola con dulzura.

—Buenos días —sonrió—. ¿Qué ha pasado...?

—¿Qué parte de lo que acaba de pasar es la que no has entendido? Lo digo porque... ¡Ay!

El pellizco que recibió de ______ en la nalga le recordó que las bromas de buena mañana no siempre son bien recibidas. Ella intentó adoptar una actitud de seriedad con escaso resultado.

—Debemos levantarnos —dijo con un beso rápido, al tiempo que lo apartaba.

Nick se tumbó boca arriba con los brazos bajo la cabeza para observar cómo se colocaba el camisón y se anudaba la bata mientras hablaba sobre el desayuno y las provisiones para el viaje. 

Sonrió sorprendido al comprobar que con un gesto tan cotidiano, la dulce y sensual ______ se acababa de convertir en la práctica y activa señora Jonas.

Mientras se vestía, oyó las voces de Grace y Aaron en la cocina. No había acabado de asearse cuando fueron llegando los cinco peones, preparados para el transporte del ganado hasta Kiowa Crossing.

Tras el desayuno, ______ no dejó ni un momento los preparativos del viaje. Seria y enfrascada en el trabajo, no paraba de moverse por la cocina. Nick la notó demasiado silenciosa. Se puso frente a ella y con un dedo le alzó la barbilla para que lo mirara a los ojos.

—Me gustaría tanto acompañarte —encogió los hombros—. Cabalgar junto a ti, dormir a tu lado bajo las estrellas, solos los dos en la misma manta.

—Solos los dos —señaló hacia la puerta con media sonrisa—, y todos los peones.

—Tardarás mucho —protestó con ojos tristes.

Dama de TrébolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora