29. Parte-2

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Severus Snape

— ¡Severus! —me voltee al escuchar la voz desesperada de quien me llamaba. Harry venia corriendo hacia mi, sus ojos expresaban asombro y terror, mi mano comenzó a temblar, algo no esta bien. Su cuerpo choco contra el mio, envolvió sus brazos a mi al rededor comenzó a sollozar, apreté con fuerza la varita en mi mano derecha mientras con la otra aferraba más a Harry a mi, mire a nuestro al rededor.

— ¿Qué pasa Harry? ¿hay peligro? ¿te hicieron algo? —negó, moviendo su cabeza de un lado a otro sin despegar su rostro de mi camisa, sin embargo no baje mi guardia. Besé su cabello y levantó la mirada, estaba sonriendo, ahora estaba completamente desconcertado.

— Sev, todo era una mentira —negaba sonriendo.

— No entiendo bebé —sus ojos se iluminaron y unas gruesas gotas de lágrimas bajaron por sus sonrojadas mejillas.

— Ahí tienes la respuesta mi amor, el niño que tiene James en la barriga no es tu hijo—no es tu hijo. ¿Había escuchado bien?

— ¿Cómo sabes eso? —pregunte sorprendido, Harry agacho la mirada y se mordió el labio inferior.

— Robe veritaserum de tu almacén y le di a James un té y pastel adulterado con la poción, ahora esta petrificado en la oficina de Dumbledore —creí en todas las palabras que me había dicho mi chico, cada una de ellas, yo había sido engañado por un recuerdo, aunque realmente sólo vi mi violación y el crecimiento de su vientre mientras decía mi nombre, me había manipulado, me sentía realmente estúpido. James sabia sobre la legeremancia.

— Vamos —entrelace nuestras manos y salí corriendo con él.

Mi corazón latía con fuerza hasta el punto en que creí que se saldría de mi pecho, como siempre las miradas curiosas se dirigían a nosotros, no me importaba, sentía una mezcla de felicidad e ira. Dije la contraseña y subí corriendo, no quería esperar, no podía, en cuanto vi las puertas las empuje con fuerza.

— Ahí estás —tirado en el piso petrificado justo como había dicho Harry se encontraba nuestro más grande enemigo. Respire hondo, ni siquiera me había dado cuenta de que había dejado de respirar y de que la mano del ojiverde me abandonó, o yo a la de él. Apunte mi varita hacia James y dije el contra hechizo, comenzó a toser con fuerza y una carcajada realmente aterradora salio de su boca.

— Muy bien, realmente muy bien Harry, aunque tardaste menos en darte cuenta de lo que creí —su risa, esa asquerosa risa salia de nuevo de él.

— ¡Revelio! —directo hacia James. Las mentiras llevan a más mentiras y yo seria quien rompería esa cadena ahora.

— N-no —se retorcía en el piso, ¿estaba luchando? Patee con fuerza su cara, la ira me inundaba, estaba realmente furioso, quería golpearlo con más fuerza, otra patada certera justo en su rostro, escuche el sonido de algo rompiéndose.

— S-Sev no —¿Harry? Podía escuchar su voz quebrada pero a lo lejos, realmente su voz, su hermosa voz se encontraba muy lejos.

¿Quien era ese chico? Su cabello estaba cambiando de color pero no sabia cual era, estaba viendo borroso, la imagen se encontraba distorsionada y la ira termino de inundar todo mi ser.

— ¡Maldita bestia arruinaste todo lo que es bueno para nosotros! ¡abusaste de mi! ¡hiciste sentir tan mal a Harry! —su cara borrosa se inclinaba a un lado mientras me miraba, se encontraba arrodillado, patee su rostro de nuevo, cayo de espaldas con un ruido sordo— realmente me pregunto como es que no te he matado, seria tan fácil, ya he matado a basuras como tu antes.

Mi garganta ardía al igual que mi pecho, apunte mi varita hacia él nuevamente. No cometas una locura Severus. Esa voz me advertía de algo, ¿pero qué era?

Podía oír que susurraban mi nombre a lo lejos pero ya tenía mi varita apuntándolo.

Quiero pedir disculpas, con ambos pero sobretodo a Severus por hacerle lo que le hice, mientras crecía Voldemort metió una ideología en mi, venganza, quería matarte Harry lo juro, quería hacerte sufrir pero todo eso acabo cuando te vi finalmente, eres mi hermano y nada cambiara eso.

Todo fue mentira y entonces ¿por qué las luces se apagaban?

— No te culpo, pero tu y yo —me volvían a hablar, era Harry, sonaba decepcionado— no podemos, Sev te amo.

Abrí los ojos de golpe pero de manera inmediata los cerré, ¿qué era lo qué había escuchado? Sonreí, la había cagado ¿no? No quería abrir los ojos, no estaba preparado para saber la verdad, deje que las lágrimas fluyeran.

— Harry te amo —susurré a la nada, tome una gran bocanada de aire para darme valor, abrí grande los ojos e inmediatamente los volví a cerrar de nuevo, la luz era cegadora, solté un suspiro ¿en dónde me encontraba? Parpadee varias veces para adaptarme a la luz.

— Yo también te amo Severus —los latidos de mi corazón se aceleraron, gire mi cabeza hacia la derecha— estás despierto, estás despierto mi amor.

Se lanzó a mis brazos, pego su cara a mi pecho, ¿por qué lloraba? No quería que llorara. Abrí la boca para hablarle pero me ardía, tenia la garganta seca, hice un poco más de esfuerzo.

— H-Harry —era más un susurro que otra cosa, él se despego de mi sorbiendo por su nariz y se acerco a la mesa junto a la camilla, agarro un vaso y sirvió mucha agua, me la extendió y sentandome la bebí toda, me refresco y ardió a la vez, pero me sentía mejor ahora— ¿qué paso? ¿por qué lloras?

Y ¿por qué me dolía tanto hablar?

— Terminó Sev, el que conocíamos como James no era más que un estudiante de Slytherin un año mayor que yo —quería preguntarle de quien se trataba— no preguntes quien era, no quise saber su nombre, sí esta embarazado pero no de Neville.

— ¿De Neville? —hablar ardía y raspaba mi garganta, trague otro poco de agua.

— No hables mi amor —se veía realmente preocupado— cuando hablo en la oficina de Dumbledore dijo que su hijo era de Neville, el bebé es de Dumbledore, pero ese chico no lo sabia sino después de lo sucedido en la oficina, ahora esta en San Mungo, no saben si es apto para cuidar de un niño con sus antecedentes, el director se hará cargo, no quiero ni saber cuando tuvieron sexo pero él dice que no era “James” en ese momento.

»Asentí— enloqueciste un poco cuando lo viste, le partiste la nariz y mandíbula —¿debía sentir culpa? Porque realmente no era así— no te culpo, fue bueno que descargaras tu ira, cuando dijiste que no sabias por que no lo habías matado aún me sorprendí y no porque fuera malo en realidad tenias mucha razón pero cuando levantaste tu varita él te ataco con tu propio hechizo “sectumsempra” y aquí estamos, bastardo descarado.

— ¿Cuanto tiempo llevó aquí?

— Al no saber como curarte —se le quebró la voz y comenzó a llorar nuevamente— sólo pude inmovilizar a ese chico, te veía en el suelo sin recordar algún hechizo sanador, me encontraba paralizado por el m-miedo, u-una de l-las heridas en t-tu cuello —agarre su mano y lo atraje hacia mi, ya entendía porque las molestias en mi garganta, ahora podía sentir las vendas— l-la sangre, creo que pasaron aproximadamente cuatro minutos cuando llegó Dumbledore, yo me desmaye pero desperté tres horas después, tu llevas tres semanas en coma, te hablé mientras dormías, me culpo por todo.

— No lo hagas —le susurré y acaricie su cabello, él no me había dejado, sólo que yo escuche las palabras de forma desordenada— ahora todo estará mejor mi amor, nos ire-remos.

— ¿Para dónde? —me miro, agarre su cara entre mis manos y roce mi nariz con la suya.

— ¿Confías en mi? —le pregunte mirándolo directo a sus ojos.

— Más que a nada en este mundo —bese la camisura de sus labios.

— Entonces demos un salto de fe.

Querido diarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora