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Harry Potter

Los párpados me pesaban y tenia la boca seca, con un bostezo y una sacudida de cabeza abrí los ojos, mire a mi al rededor no me encontraba en la torre, el lugar era más frío y oscuro, el olor a cítrico e ingredientes de pociones estaba en el aire. No quería pararme estaba cómodo e imágenes de la noche de ayer vagaban por mi cabeza y Severus ¡sí! Es por eso que estaba allí me había quedado dormido en sus brazos después de hacer eso, sentí mis mejillas arder, lo había disfrutado, cabe remarcar que nunca había tenido un encuentro sexual con nada ni nadie a excepción de mi mano por eso sentía la necesidad de hacerlo con él, ahora que sabía que nuestros sentimientos eran correspondidos lo disfrutaría al máximo.

Mariposas revoloteaban en mi estomago era lindo despertar feliz por una mañana de sábado, había buscado esta felicidad por mucho tiempo teniendo en cuenta de que siempre me arrebataban la mía haciendo que fuera muy infeliz y maltratado por personas que simplemente me detestaban y aborrecían, quienes me trataban como si fuera una basura o excremento pero fue su peor error hacerlo, porque a pesar de sonar engreído sé que soy especial sin importar cuantas heridas tenga aún sigo de pie ¿Cuántos pueden decir eso? y uno de los motivos es él, el profesor Severus Snape. Estire el brazo para poder sentirlo pero este solo toco el suave colchón, mire a mi lado sólo para encontrarme con nadie, él no estaba, entrecerre los ojos para poder ver mejor el reloj de la pared que marcaba pasada las nueve de la mañana, me senté y me pase las manos por el rostro para quitar la pereza y mordí mi labio superior al recordar su cara lujuriosa de la noche anterior y su respiración agitada haciendo que me avergonzara y cubriera mi rostro con la cobija.

— ¿Te escondes de mi, pequeño? —un escalofrío recorrió mi espalda haciendo que me pusiera recto, su hermosa voz gruesa y carrasposa sonaba en el interior de mi cabeza, la cama se hundió a mi lado y los nervios aumentaron— no soy un monstruo, traigo el desayuno.

Soltando un suspiro baje la sábana y lo mire, de la punta de su cabello caían gotas las cuales recorrían su muy bien formado abdomen y sus jugosos pectorales, quería lamer aquellas gotas, sentía que me incitaban hacerlo, que era una prueba así que para alejar el pensamiento levante la mirada, a pesar de no tener las gafas y ver su rostro distorsionado me encantaba mirarlo, tenia una sonrisa ladina y en su regazo una bandeja de comida.

— Hola Severus —sonreí— ¿dónde están mis gafas?

— Aquí —estiro la mano y las agarro de la mesita junto a él y puso la bandeja en ella, con delicadeza puso las gafas, la imagen se aclaro y lo pude ver mejor, sus hermosos ojos color negro tenían un brillo excepcional, como ver el cielo reflejado en el agua, lo mire detenidamente guardando cada parte de él en mi cabeza— ¿tengo algo en el cara?

— Sí —levanto la mano para limpiar su rostro y yo la detuve en el aire— son tus hermosas facciones, eso es todo.

Me dio una de esas sonrisas ladinas tontas y yo le devolví el gesto, quería abrazarlo y besar cada centímetro de su rostro y buscar en su cuerpo un lunar o marca de nacimiento ¿tendría alguna? Sentía curiosidad y por averiguaría en cuanto pudiera.

— ¿Puedo besarte? —me miraba expectante, esperando con ansias la respuesta. Cubrí mi boca con la cobija y negué avergonzado.

— N-no, no me he lavado los dientes —sus hombros subieron y bajaron dando a ver que le daba igual.

Se cara se acercaba cada vez más a la mía, el corazón me latía a mil por hora y cuando vi que estaba a centímetros de mi rostro y sentí como halaba la sábana me deslice por su regazo cayendo al piso y haciendo que me lastimara mi parte íntima, ahogue un grito pero un chillido escapo de mi boca.

— Mierda —sentí sus frías manos enrollarse en mi cintura y su aliento chocando en mi nuca erizando cada vello de mi piel. Me levantó y me puso en su regazo— ¿estás bien?

Asentí pero la realidad era que si me dolía mucho. Unos caen de cara, otros de trasero y ¡el señor Harry Potter cae sobre su pene! Debería estar como titular en el profeta, Severus me miraba negando con la cabeza y mordiéndose el interior de su mejilla, eso lo hacia cuando estaba indignado, preocupado y enojado.

— En serio eres un tonto Harry —puso ambas manos en mis mejillas y paso sus dedos pulgares por debajo de mis ojos limpiando lágrimas que amenazaban con salir— ¿te duele aquí?

Sin apartar los ojos de los mios toco mi parte baja, instintivamente aparte su mano y me tape con las mías.

— ¿Puedes darme una toalla? —enarco una ceja.

— ¿Te da vergüenza? No es nada que yo no haya visto ya —le suplique con la mirada y con un encogimiento de hombros agito su varita y la apareció delante de mi.

Con cuidado me pare de su regazo y la envolvi en mi cadera con su mirada puesta en mi salí de su habitación y me dirigí al baño, el cual se encontraba justo frente de mi. Era tan bonito como la sala, un espejo de cuerpo completo y una tina como la del baño de los prefectos, agarre el único cepillo que se encontraba allí así que me cepille rápido, orine y volví al cuarto de mi amor. Me acerque a él y le di un corto beso en los labios.

— Ya cepille mis dientes bombón —mi estómago rugió, Severus soltó una carcajada y luego me paso la bandeja.

Comí todo lo que había en ella, sobre todo saboreando y disfrutando de la mirada penetrante del pelinegro.

— Sabes tienes un lindo pene —casi me atraganto al oírlo decir eso y deje la tostada parada justo al frente de mi boca. Las mejillas me ardían y una mezcla de vergüenza y orgullo me inundaron.

— T-tu también —puso en mechón de su cabello detrás de su oreja.

— Gracias, lo sé —sonreí y seguí engullendo mi comida.

Pase la mañana con él sólo hablando de cosas estúpidas y yo tratando de evitar el tema de anoche ¡me avergonzaba! Las momentos silenciosos eran los más apreciados para mi porque muchas veces esos momentos los había pasado solo, pero ahora él estaba junto a mi.

Querido diario.

No quería irme pero él dijo que levantaría muchas sospechas y no quería meterme en problemas ¿estúpido no? Él es quien debería de preocuparse por no tener problemas y aun así sigue conmigo. Al llegar a la torre Hermione me bombardeo con mil y un preguntas, ella cansa :( en fin Severus Snape es el amor de mi vida y nada lo cambiará ;)

Querido diarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora