Estábamos caminando por las calles de los ángeles, California, Marie y yo habíamos decidido ir de compras ya que mañana sería un día importante para nuestro mejor amigo, Kay, que se graduaría de la universidad y había preparado una fiesta para casi toda la escuela, eso de ser popular era su vocación. Sin embargo, a pesar de todo eso, Marie y yo éramos sus grandes amigas, así que siempre nos ponía primero a nosotras que a nadie más.
-La verdad no tengo idea de que comprarme – musito mi mejor amiga, mientras visitábamos forever 21.
-Ni yo, había pensado en un vestido color coral, o es lo que tenía en mente – inquirí mirando a mi alrededor pero nada llamaba mi atención.
-¿A qué hora dijo que era la fiesta? – pregunto Marie acercándose al área de vestidos de noche, fruncí el ceño.
-¿Comprarás uno de noche? Es una fiesta Marie casual – reí. – Dijo que a las 10, ya sabes cómo es Kay, le encanta siempre hacer todo lo más tarde posible.
-Lo sé, es solo que no encuentro nada – protesto.- ¿10? A mí me parece buena hora.
-Claro que te parece buena hora, si tú y el son tal para cual – rodé los ojos, y fue cuando mire un vestido blanco a lo lejos que de inmediato llamó mi atención. La escuche soltar una carcajada.
-Ni empieces, que Kay está enamorado de ti – replico. Puse los ojos en blanco y camine hasta el aparador donde estaba el vestido.
-Cállate, eso no es verdad. Mira este vestido, me encanta ¿qué dices? – lo tome para mostrárselo. Lo miro de arriba abajo.
-Esta bonito si piensas ir a una primera comunión, o a un bautizo – contesto con desdén. Fruncí el ceño escéptica. – Tienes que ponerte algo más atrevido, venga.
-Disculpa si no quiero ir vestida como una Oops! – respondí fastidiada. Me miro agobiada mientras negaba con la cabeza.
-No tienes que ir vestida como una monja para no parecer una Oops!, tranquila, ven vayamos a otra tienda.
-De acuerdo – salimos de la tienda para seguir caminando por los alrededores. Amaba California, el clima era perfecto para mí, el sol en lo alto con su mayor resplandor y el cielo completamente despejado era una de mis cosas favoritas. Esa era la razón por la que decidimos mudarnos aquí, esa y que Marie creía que en una ciudad como está podría alcanzar su sueño de ser bailarina. Era su más grande anhelo, desde chica había estado en escuelas de baile, estuvo en ballet, danza aérea, danza contemporánea y jazz. Sin embargo, ella amaba el hip hop, vivía del baile no había algo que ella amara más que eso.
Yo por mi parte, decidí mudarme porque mi sueño era ser escritora y aquí en California, estaba una escuela de filosofía y letras, y no, no soy una persona que su vida está encerrada en puros libros sin embargo es lo que más me gusta hacer. Pero la razón más importante para mudarme, era que aparte de que Marie me suplico infinidad de veces que me fuera con ella, también estaba el hecho de que mis padres estaban haciéndome la vida un infierno, eran demasiado sobre protectores, razón por la cual era una persona más reservada y tímida, aunque con la ayuda de Kay muchas cosas cambiaron. Aun así, cuando mis padres se enteraron de mis planes de que tal vez me iba a ir, me amenazaron con desentenderse de mí, al principio eso me lleno de miedo y le dije a Marie que no lo haría, pero conforme paso el tiempo me di cuenta que no podía depender de ellos siempre y cuando tuve el valor de decírselos que había decidido irme, por ende ellos me cerraron las puertas de su casa pero gracias a Dios, Marie siempre estuvo ahí para darme ánimos, y lo demás ya es historia.
-Entremos a esta – indicó Marie tomándome de la mano. Aquí si había infinidad de vestidos, creo que esta sería nuestra tienda.
Nos estuvimos probando miles de vestidos, pero nos gustaron tantos que no hallábamos por cual decidirnos. Marie se decidió primero por uno de color negro, sin espalda, se le veía hermoso y le resaltaba su cabello rubio. Yo termine escogiendo uno color ginda, strapple, con la falda en caída libre. Una vez que fuimos a pagar y salimos de la tienda, fue cuando nuestros estómagos rugieron por comida.
-Creo que tengo hambre – dijo Marie sobándose el estómago, asentí de acuerdo con ella. Había varios restaurantes por la plaza, nos decidimos por una hamburguesa de Burger King. Íbamos camino hacia allá, cuando Marie se quedó atrás, me gire para hablarle pero su vista estaba perdida en un anuncio pegado en la pared de una tienda.
-¿Qué pasa? – pregunte acercándome a ella. Mire el anuncio que ella veía, y comprendí su aspecto anonado. Era una audición de baile, para nada más y nada menos que el grandioso Justin Bieber. – Oh.
-¿Ves lo que yo veo ____? ¡Esta es mi oportunidad! ¡Mi gran oportunidad frente a nuestros ojos! – exclamo eufórica. Le sonreí ampliamente porque sabía lo que esto significaba para ella y más si lo conseguía.
-¡Anota el número, tenemos que pedir informes! – decreté. Asintió apresuradamente, y saco su celular para anotar el número que venía en el anuncio. Yo por mi lado le saque una foto al volante.
-¿Marco ya? – pregunto insegura de que hacer. Negué con la cabeza jalándola para ir al restaurante.
-No, en el restaurante llamamos porque muero de hambre – dije trayéndola conmigo porque estaba demasiado ensimismada mirando el número que acababa de anotar para seguir caminando. Entramos y fuimos directo a una mesa.
-Ya se me fue el apetito – soltó respirando hondo, reí por lo bajo y tome se celular.
-¿Quieres que yo llame o lo haces tú?
-Tú, llama tú por favor – suplico. Asentí con una media sonrisa, presione el botón verde para llamar y me lleve el celular a la oreja, no fue hasta el tercer timbrazo que atendieron.
-Buenas tardes, audiciones para believe tour – respondió una voz masculina. Mire a Marie indicándole que respondieron, la observé morder su labio inferior.
-Buenas tardes, llamo para informarme de cuándo serán las audiciones y donde – conteste.
-Las audiciones serán el 17 y 18 de agosto, en el centro de artes escénicas – respondió el hombre.
-¿Y ahí me inscribo o por aquí? ¿Tengo que llevar una coreografía o algo?
-Cuando asista al lugar, ahí anotarán sus nombres para inscribirse y sus datos, aquí solo es para los informes y no, ahí mismo les darán la coreografía – contesto. Asentí y luego me di cuenta que el no me podía ver.
-Muy bien, entonces gracias hasta luego – dije y colgué. Le pase el celular a Marie que me miro esperando a que hablara.- Las audiciones son el 17 y 18 de agosto, en el centro de artes escénicas.
-¡Oh por Dios! ¡Son pasado mañana! Y no tengo nada de coreografías – exclamo preocupada.
-El hombre me dijo que no necesitabas llevar nada, ahí mismo les darán las coreografías – dije. Soltó un suspiro sonoro, que ni ella misma sabía que estaba conteniendo.
-Tengo que ver que me pondré, y prepararme psicológicamente y…
-Y comer, tenemos que comer por favor, muero de hambre – interrumpí levantándome para ir por mi pedido. Me siguió de cerca.
-____ no entiendes, esta es mi oportunidad ¿te imaginas que sea parte de los bailarines de Justin Bieber? Es más de lo que podría esperar – dijo con sus ojos perdidos. Solté una risita.
-Sé que sería un sueño hecho realidad, pero ¿con Justin Bieber? Ya sabes lo que dicen de él, el chico está perdido – dije mirando los combos de hamburguesas.
-No seas tan mala, solo sabemos lo que vemos en la tele pero no su versión, ya sabes lo que dicen no juzgues a un libro por su portada – me reprendió.
-No lo hago, simplemente que no por nada lo acusan de tantas cosas, y la verdad no me importa tanto pero no quiero que te veas envuelta en todo eso.
-Tranquila sería su bailarina no su novia – reímos juntas.
-Lo que digas, ahora hay que comer antes de que muera de hambre, literalmente – brome.