Le dedique una sonrisa de disculpa y luego mire a Justin que se despidió de Kay y luego caminamos juntos de regreso a su camioneta con todas las miradas sobre ambos, lo que me hizo sentir la persona más incómoda del planeta.
-Adelante – dijo abriendo la puerta de copiloto, subí y me encontré con Ryan y Marie en el asiento de atrás.
-¿Qué hacen aquí?
-¿Cómo que que hacemos aquí? – Dijo Marie.- Vamos a ir con ustedes.
-Necesito ir a mi casa por ropa – dije pero Marie me paso una maleta, que era mía.
-Ya lo hice por ti, Justin prácticamente me obligo a empacarte algo – contesto. Justin solo le sonrió por el retrovisor.
-Ni siquiera había aceptado – le dije al ojiamiel que ya había arrancado fuera de la escuela.
-No era una opción – respondió. – Ponte el cinturón.
-¿Y a dónde iremos? – pregunte mientras me lo colocaba, Justin era algo controlador.
-A mi casa – contesto sin preámbulos, lo mire alzando ambas cejas.
-¿A tu casa? Creí que iríamos a un día de campo o algo así.
-Mi casa tiene piscina así que no vi para que molestarnos en ir tan lejos – dijo.
-Genial – musite.
Al fin llegamos, Justin aparcó frente a su casa la cual ya conocía porque había venido a una fiesta con Marie, justamente donde conocí a Ryan. Bajamos de la camioneta, mientras Justin nos guiaba hasta la puerta principal, había demasiada seguridad era como una mansión donde no tenías necesidad de salir al mundo exterior.
-Señor Bieber – le dijo un hombre de edad mediana al rubio, que lo saludo con un abrazo efusivo.
-Mike, me da gusto verte ¿Cuándo llegaste? – pregunto él.
-Ahorita hace una hora – respondió bastante alegre.
-Genial, mama debe de estar muy contenta, ¿sabes dónde está?
-No, creo que se fue pero regresara pronto.
-Perfecto, bueno estaremos en el patio trasero por si necesitas algo.
-Gracias señor Bieber – dijo el hombre y se marchó dentro de la casa.
Cruzamos el jardín delantero hasta una puerta que daba hacía el patio, donde Justin introdujo una contraseña y la puerta se abrió. Nos dio el pase a todos y luego el cerró la puerta. Todo era igual que antes, pero ahora tenía más apreciación de todo, la piscina se veía aún más grande y el pequeño bar estaba abierto pero no había nadie.
-¿Tienes tu propio barman? – le pregunte cuando me empareje con él. Asintió quitándose los lentes.
-Yo – respondió.
-¿Eres barman? – pregunte con el ceño fruncido, asintió orgulloso.
-Claro, ¿Quieres que te prepare algo?
-No gracias, aun no – respondí.
-Oh vamos, realmente preparo bebidas increíbles – insistió, quería decir que no pero termine aceptando.
Caminamos juntos hasta la barra mientras que Ryan y Marie desaparecieron durante el trayecto. Me senté sobre el taburete y Justin se pasó al otro lado por encima de la barra. Comenzó a sacar bebidas de todos lados y a prepararme un trago, no pude despegar mi vista de él y de lo concentrado que se encontraba y me pregunte ¿A dónde nos estaba llevando esto? ¿Éramos amigos? ¿El realmente quería ser mi amigo? ¿Qué estaba haciendo en la casa de Justin Bieber?