Regrese a la mesa un minuto después que Justin, ya que quería recuperar el aire que se había encargado de quitarme. Cuando me senté, me miro con una sonrisa triunfante pero hice caso omiso de ello.
-¿Quieres irte? – pregunto Ryan. Si me hubiera preguntado cinco minutos antes, hubiera dicho que si pero Justin estaba muy equivocado si pensaba que me iba a intimidar y a manejarme, ¿él quería jugar? Bueno yo también podía hacerlo.
-No, creo que tienes razón ¿podemos llevarnos bien no? Hagámoslo – dije mostrando la sonrisa más falsa que podía fingir, los ojos de Justin se tornaron confusos.- Y dime Chantel ¿Cuánto te paga Justin para estar con él? Digo con eso de que nadie quiere estar con él por gusto.
-¿Disculpa? – pregunto la rubia queriendo sonar ofendida, pero no le salió para nada en cambio los ojos de Justin se volvieron de piedra.
-____ ¿qué… - dijo Ryan pero no iba a detenerme, no después de su “amenaza”.
-¿Si no? Me refiero de que ya ni siquiera compañía gratis puedes tener, ahora necesitas pagar por ella ¿no es incluso bajo para ti Justin?... que digo, está exactamente a tu nivel – dije soltando una risa.- ¿Sabes Ryan? Ahora si tengo ganas de irme, he terminado aquí.
Si las miradas mataran, yo estaría diez metros bajo tierra, Justin estaba ardiendo en él de ira y aunque muy en mi interior me apenaba ser así, había sido elección de él al provocarme. Me levante de mi asiento, y me acerqué a él.
-No eres el único que puede jugar – respondí dejándolo con todo la rabia que sabía estaba experimentando.
…
-Bueno sé que no fue lo que esperabas, enserio lamento todo – confesó Ryan cuando llegamos al departamento. Le dedique una sonrisa comprensiva.
-Está bien, creo que pudo haber sido peor – conteste. No estaba segura de ello, de hecho Ryan me miro alzando ambas cejas pero solo atine a reír.
-Espero que la próxima sea mejor – dijo ocultando sus manos en los bolsillos.- Digo si quieres claro.
-Claro – acepte. Me sonrió de oreja a oreja, luego se acercó a mí y beso mi mejilla.
-Nos vemos, entonces – dijo sin deshacer su sonrisa, asentí y me despedí con la mano para entrar al departamento. No había dado ni dos pasos cuando Marie me acorralo.
-¿Cómo te fue? ¿Se besaron? Cuéntame – exigió, subiéndose sobre la mesa con ambas piernas cruzadas. Digamos que Marie era algo, hiperactiva.
-No, no nos besamos por Dios, ni siquiera era una cita – conteste.- Y Justin apareció en el restaurante.
-¡¿Qué?! – exclamo sorprendida. – Pero ¿por qué? ¿Solo de la nada apareció?
-Así es, de la nada, solo para arruinar todo – fui a la cocina.- Ni siquiera comimos y ahora mismo muero de hambre.
-Wow, pero ¿dijo porque estaba ahí o algo? – Marie me siguió.- Digo, no creo que haya aparecido de la nada.
-Sí, apareció de la nada con una rubia llamada Chantel, que parecía prostituta por cierto – respondí tomando una manzana. Frunció ceño luciendo confundida.
-¿Se pelearon? – Pregunto curiosa, la mire enarcando una ceja lo que respondió su pregunta.- ¿Qué paso?
-Me amenazo, y el muy imbécil creyó que con eso me callaría, pero fue lo contrario, solo me provoco más - recordé como su rostro se deformo después de mis palabras, y como saboree ese momento.
-Ten cuidado _____, tampoco seas tan dura – advirtió ella.- Preferiría que se llevaran bien.
-Yo no fui la que comenzó todo esto, fue él y su actitud prepotente, así que si buscas culpables ahí lo tienes – proteste.