Entramos al auto y sin decir ni una palabra nos marchamos. Durante el trayecto no hubo mucha interacción y la verdad era que ni siquiera estaba pensando en eso, lo único que ocupaba mi mente era como para Justin todo era tan sencillo. Como para él todo estaba bien, con su sonrisa exasperante y su manera tan liberal de ser, como si nada en el mundo importara más que su mundo.
Y aquí estaba yo, lamentándome por todos sus rechazos o más bien el único de ellos que logró hacerme, y pensándolo bien no fue un rechazo al menos no directo. Fue totalmente indirecto al no recordar el hecho de que me había llamado hermosa, y no olvidemos el pequeño detalle de que me beso ¿pero a quien le importa verdad? Mientras todo su estúpido mundo continúe girando a su alrededor.
-¡____! hemos llegado – me dijo Kay que al parecer no era la primera vez que me llamaba.
-Gracias – dije distraídamente y baje del auto. Me dispuse a caminar pero Kay apareció deteniendo mi paso.
-_____, tenemos que hablar – dijo tomándome por los brazos.- Necesito que me digas que es lo que esta pasa…
-Kay ahora no, lo digo enserio – dije deshaciéndome de su agarre y caminando de nuevo.
No estaba en absoluto humor para lidiar con los sentimientos de Kay mientras los míos era un completo desastre, me sentía como si cada vez me estuviera ahogando más. Entre al departamento y me tire sobre el sofá, necesitaba descansar mi mente, despejar mis pensamientos sin ninguna interrupción de ningún tipo. Y luego mi celular vibró. Mire la pantalla, y he ahí Justin, de nuevo. Solté un bufido, y desvié la llamada.
No quería hablar con él, era un hipócrita o bueno eso quería pensar yo.
…
Los siguientes tres días, no fueron más que lo mismo de siempre. Escuela, casa, escuela, casa. Ya no había ido a ver a Marie a sus ensayos, por obvias razones, no quería ver el rostro de Justin para nada. Además Kay ha estado invitándome a infinidad de lugares, de los cuales solo acepte a ir a uno. Estaba demás decir que no me apetecía salir tanto, al menos con él no, lo que comenzaba a frustrarme porque no estaba siendo él mismo últimamente. Había cambiado, ahora ya no era más Kay mi mejor amigo con el que podía hablar de cualquier cosa, y ser quien yo quisiera ser. No, ahora era Kay el conquistador, el chico que planea todo para nosotros, y en medio de todo eso estaba yo, sintiendo que perdía a mi amigo cada vez más y yo me hundía en una desesperación sin salida.
Por otro lado, Justin había estado llamando demasiadas veces a mi celular y seguía desviando sus llamadas, me sorprendía que no entendiera las indirectas de que no quería hablar con él. O era demasiado idiota para no entenderlas o era demasiado testarudo para dejarlo ir.
Lo único que pedía era un poco de tranquilidad, estar conmigo misma, volver a lo de antes, donde no existía Justin Bieber en mi vida, ni existía Kay queriendo conquistarme, quería a mi amigo de vuelta. Todo esto, simplemente apestaba.
Luego de regresar de comer con Kay, estaba demasiada exhausta así que opte por acostarme en el sofá y poder dormir un rato, últimamente el sofá era mi punto de canalizar mis emociones, ahí me desahogaba.
…
-____ despierta – sentí una sacudida leve, pero lo suficiente para hacerme abrir los ojos. Marie estaba inclinada sobre mí con una sonrisa.
-Lo siento – me susurró. Fruncí el ceño desconcertada por su disculpa.
-¿Qué…
-Traje hamburguesas, fue lo primero que se me ocurrió – dijo aquella peculiar voz. Abrí los ojos más de lo que debía y alcé la cabeza para ver a Justin dejar un par de bolsas sobre la barra.