Capítulo 26

264 22 2
                                    

04 de agosto

"Un chico presente en el bar nocturno Pecado's aseguró haber visto a la primogénita del empresario Ricardo Smith en compañía de un chico que hasta los momentos sigue siendo incógnito. Pero ¿andará la joven en malos pasos? otros testigos aseguraron ver el estado en el que salió la joven del club junto a su futuro esposo, nada más y nada menos que Geoffrey Royce..."

Abro los ojos al escuchar mi nombre en la televisión y me arrepiento al instante de haberlo hecho. La insoportable luz del día recala en los mismos obligándome a cerrarlos.

—Laura —menciono a la chica que se encuentra sentada en el balcón—, ¿por qué me duele todo? joder —me quejo—. Cierra esas cortinas.

—Patricia —sonríe—. ¿Cómo te sientes?

—Tengo sed, me duelen hasta las uñas de los pies y no puedo abrir los ojos por la claridad —me cubro completamente con la sábana, abro los ojos y caigo en cuenta de que tengo la misma ropa de anoche.

—Le voy a escribir a Royce —vuelve su atención al móvil—. Se fue al ensayo muy temprano pero me pidió que estuviese al pendiente de ti. ¿Qué pasó anoche? lo escuché a él pero necesito tu versión ya que los medios están hablando muchas cosas.

—No sé —susurro—. Recuerdo haber estado con Royce en ese sitio, un chico se acercó para ofrecerme algo de beber y, bailamos...

Apenas puedo recordar el rostro del desconocido, parece ser todo ajeno a la realidad pero claramente no es así.

—Fuimos a un pasillo e intentó besarme, lo rechacé...

—Claro —asiente—. Ese chico echó algo en tu bebida para aprovecharse de ti. Cuando Geoffrey te encontró el muy idiota estaba por desvertirte.

Lee algo en su móvil, sonríe y escribe otras cosas.

—Ya Royce viene.

—¿Qué hora es?

—Son las dos con veinte minutos de la tarde.

—¿Dormí tanto?

Me sorprendo, Dios, tan fuerte es lo que ese chico me dio anoche como para hacerme dormir por horas.

—Estamos aquí —Royce entra a la habitación y se ve agitado—. Abajo hay muchos medios, todos quieren saber qué pasó con Patricia anoche.

—Yo soluciono. Nos vemos más tarde, Patricia —se despide y sale de la habitación.

—No sé qué mierda pasó conmigo anoche —dejo salir las lágrimas ante la frustración—. Yo te juro que no conozco a ese tipo. Él se acercó, hablamos pero después no sé...

—Intentó aprovecharse de ti.

—¿Lo golpeaste muy fuerte? —ríe ante la pregunta.

—No quería escándalos.

—¡Pero igual los hay! desperté porque escuché que hablaban de mí en las noticias.

—Laura se encargará de desmentir lo que han dicho, pero ahora debes ducharte porque hueles a alcohol. Después ordenas algo de comer.

(...)

Le doy los últimos toques a la trenza que hice en el cabello y las imágenes aparecen como flash back, aunque muy inconclusas.

—¿Lista?

—El chico me dijo que mi novio esperaba por mi en una habitación, le creí como una estúpida y fui con él hacia allá.

Cierro los ojos intentando ir más allá de lo poco que recuerdo. Suelto el cepillo, doy la vuelta y lo miro.

—Tú bailabas con una chica.

—Ah si, ni lo recuerdes. Parecía un chicle, no quería dejarme ir, pero me libré cuando te vi entrar con él a un cuarto.

—Gracias.

—¿Por?

—Por llegar a tiempo, por ayudarme a salir de ese lugar... por haber actuado como un héroe —río y seco las lágrimas para después desviar la mirada.

¿Por qué le dije héroe?

—De nada, Patricia —sonríe—. No más salidas nocturnas aquí en México ¿de acuerdo?

—¡Por supuesto que estoy de acuerdo!

«Has lo que te diga tu corazón» fue lo que dijo mi madre cuando la llamé anteayer, ¿cómo hacerle caso a unos latidos? no sé porqué los mismos se aceleran al momento en que Royce se acerca y las ganas de darle un beso se hacen presentes.

—¿Qué has hecho? —relame sus labios después de haberle dado el beso y sonrío.

—Royce, Patricia, ¿están listos? una conferencia de prensa nos espera.

—Bajamos en diez —responde y el chico deja de insistir al otro lado de la puerta.

—Es mucho, debemos bajar ya —opino y me miro en el espejo.

Recojo mis cosas con prisa.

—No quiero admitirlo pero me gustó.

—¿Qué cosa? ¿El baile con la chica anoche?

—No —dice cómico—, el beso.

—No tienes porqué decir eso cuando no es cierto.

—¿Piensas que miento?

—Estoy segura —paso las manos por mi pantalón como método para calmar los nervios.

—¿Por qué lo has hecho? aquí no está el virus, ni los medios o...

—Mientras me duchaba pensé las cosas Royce. Sé que no me libraré de ti hasta en unos meses, por eso quiero que me permitas intentar las cosas para llevarnos mejor.

—Sigo sin entender.

—Permíteme intentarlo.

—¿Qué cosa?

—Actuar como una pareja decente, sin mis niñerías e insultos como dices tú. Llevarme bien contigo ante los medios y sin ellos...

Interrumpe al darme un beso que terminamos segundos después por los toques de Laura en la puerta.

El Arte del Destino (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora