Capítulo 53

231 20 4
                                    

—Patri... —la señora Ángela deja de hablar al vernos abrazados y rápidamente me alejo de él—. Lo siento. No quería interrumpir.

—No hay problema —dice Royce y luego me mira—. Te espero abajo para llevarte a la clínica.

—Te traje esto —muestra una pequeña caja de regalo con un precioso lazo lila en la parte superior—. Es para ti y para tu bebé. Un pequeño detalle de mi parte.

Observo el regalo y desvío segundos después mi mirada hacia ella; sonríe mientras me tiende el obsequio que termino agarrando.

—Mi hijo ha estado afligido, realmente. Me comentó que desearía que ese bebé fuese de él. Te adora, y mucho.

—Yo...

—Royce ha tenido náuseas.

—¿Y eso por qué?

Entramos a la habitación donde busco la ropa que vestía ayer.

—Dicen que cuando una mujer esta embarazada el padre podría presentar algunos síntomas —suspira—. Cariño, sé que no eres el tipo de chica que anda por allí con otros hombres cuando estás casada con mi hijo. Por lo tanto, no te creo.

Aparto mi mirada hacia la ventana donde visualizo a Royce bajar unas cosas del auto.

—No me gustaría involucrarme en sus asuntos pero se trata de mí hijo, y de mí nieto. Si no se lo dices tú me veré en la obligación de hacerlo yo...

—Tiempo —es lo primero que menciono—. Necesito tiempo y prometo que le diré pero por favor...

—De acuerdo —sonríe—. ¿Puedo?

Asiento al ver su intención de acariciar mi vientre y lo hace. Desliza su mano por el mismo sin parar de sonreír y puedo notar cómo brillan sus ojos.

—Cuando lo sepa se volverá loco de la felicidad.

—Lo sé.

—Te parecerá la etapa más larga pero valdrá la pena —sonríe una vez más—. Escuché que tu padre ya está fuera de peligro, así que te dejo para que desayunes y te alistes porque debes estar ansiosa por ir a verlo.

Desayuno con prisa y una vez que termino no me demoro mucho en la ducha, ni arreglándome. Lo único que quiero es llegar y ver a mi padre.

Cuando estoy por salir la señora Ángela me detiene y me entrega un tazón para llevar con ensalada de frutas. Sonrío en agradecimiento y termino por subir al auto. De alguna manera me siento mucho más ligera luego de haberle dicho eso a la madre de Royce, sé que he hecho lo correcto aun cuando debo contárselo a él.

—Royce, gracias.

—¿Por?

—Anoche me sentía realmente mal y estuviste para, de alguna forma tranquilizarme.

—No debes agradecer por eso. Sabes que te adoro y por ti... haría lo necesario para hacerte sentir mejor. Patricia, estoy tranquilo porque sé que no te engañé como crees.

Mi móvil comienza a vibrar indicando una llamada entrante de mi madre y contesto de inmediato. 

—Hija, tu padre está fuera de peligro.

—Hola mami. Así me comentó Royce. ¿Confirmaron que todo está en orden?

—¡Si! Ya lo trasladaron a una habitación de observación donde permanecerá dos horas y después podrá irse a una habitación donde podremos verlo. 

—Ya vamos para allá. Nos vemos en unos minutos.

—De acuerdo.

Corto la llamada con una sonrisa y me dedico a terminar la ensalada de frutas.

El Arte del Destino (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora