Capítulo 28

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05 de agosto

Royce murmura cosas que no soy capaz de entender en este momento, ni después. Como él lo promete segundos antes ha sido de lo más dulce y romántico conmigo; todavía puedo escuchar su voz al preguntarme si estoy lista o no pero no tengo vuelta, no me arrepentiré justo en este momento cuando fui yo la que dispuso llegar hasta aquí.

Rato después, a media noche, caminamos al interior de la habitación en la cual llego acomodándome y dispuesta a dormir.

(...)

Las sábanas están enredadas a lo largo de mi cuerpo. El ambiente está pesado por lo que dudo si ya amaneció por completo o apenas el sol esta saliendo.

Lo miro, es la cosa más extraña y sensacional a la vez. Se siente bien verlo de esta forma: con los ojos cerrados, su pecho subir y bajar pausadamente, labios entreabiertos y lo más importante, sin ganas de poner una almohada hasta dejarlo sin respirar como lo pensé días atrás.

Me pongo de pie con cuidado para no despertarlo, entro al baño y me fijo en el reloj donde indica que faltan diez minutos para las seis. Estoy frente al espejo unos minutos, detallo mi cuerpo y observo las marcas que están en mi cuello. ¡Dios mío! alguien podrá verlas. Abro la llave del agua y humedezco esa zona pero no se quitan.

Alcanzo una camisa manga larga de hombre que está a un lado y con ella cubro mi cuerpo para después salir al balcón y subir al mirador.

—Se te está haciendo costumbre aparecer en mis momentos de reflexión —le digo cuando siento su presencia.

—Buen día —deja un beso en mi mejilla y sonríe—. ¿Cómo has dormido?

—Omitiendo la parte donde roncabas y te movías mucho, bien.

—¿En serio?

—Es broma —reímos.

—Te queda muy bien esa camisa.

—La encontré en el lavamanos.

—He ordenado el desayuno. Lo traerán a las seis y media —avisa.

—Voy a ducharme entonces.

—Vamos —añade e intenta llevarme al interior de la habitación.

—Primero yo y después tú —cruzo los brazos.

Lo escucho reír pero ignoro esa acción, vuelvo a la habitación y me adentro al baño. Mientras me visto pienso en varias cosas: ¿qué tal si no lo hice del todo bien? ¿tendrá razón Penélope cuando me dijo aquello relacionado con Royce en la cama? ¿qué pensará de mi?

Apenas llevo días conociéndolo y ya me he entregado a él. A veces lo insulto y en otra termino en la misma cama que él haciendo el amor.

¡Ay no! ¿en qué lío me he metido?

—¿Pasa algo? —entra al baño y se para a un lado—. Dime lo que tengas que decir.

—¡No, Royce! me da mucha pena. Vamos a comer, el desayuno ya llegó.

—Te quemarás la lengua si comes ahora, está ardiendo.

—La soplo pero vamos...

—Fíjate que tengo más ganas de responder tu duda que desayunar.

—Tú de seguro has estado con muchas mujeres —comienzo sin mirarlo—, en cambio yo...

—Fui el primero —lleva un mechón de cabello detrás de la oreja y sonríe.

—No sé si lo he hecho bien. Mi primer nombre es timidez y el segundo vergüenza ¿entiendes? tal vez ellas me dominaron anoche y...

Como de costumbre me interrumpe con un beso, enrolla sus brazos en mi cuello y quita la toalla que sostiene mi húmedo cabello.

—Has estado perfecta, nena.

El Arte del Destino (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora