Capítulo diez: Un deseo

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Esas palabras de parte de ese pequeño, que realmente lo consideraba más un huracan, me habían dejado hecho un trapo.

"Gracias por no haberme dejado esa noche"

Yo debería estar eternamente agradecido contigo, no tu conmigo.

— ¿yoongi ese chico ya esta bien? — laila aun no se habia ído, preguntó aquello como si realmente le interesara.

— si, él ya esta bien — respondí mientras me sentaba en el sillón.

— que casualidad ¿no te parece? — cuestionó con un tono sarcástico.

— ¿de que hablas? — realmente no estaba entendiendo a donde quería llegar.

— Qué justo cuando yo haya llegado, ese niño haya comenzado a sentirse mal. YoonGi yo creo que le prestas demasiada atención — odiaba que dijeran eso, queriendo meterse en mi vida cuando en realidad yo no les importaba.

— laíla, no insinues nada sobre mi cachorro, él no es así, no necesita llamar la atención de esa manera — respondí tratando de ser educado.

— ¿t-tu... cachorro?— tartamudeó cuando oyó esa palabra salir de mi boca.

Mio.

— así es y es mejor que te vayas, hablaré con NamJoon sobre las ideas que nos diste hoy y se las diré a tu superior. —

— ¿realmente estas enamorado de ese cachorro? —

No respondí fui hacia la puerta y la abrí, haciendole saber que debía irse, ella asintió, tomo sus cosas y salió.

fue realmente una sorpresa encontrarla, al parecer el de marketing no pudo venir y mando a su asistente, era ella.

Fue en mi primer año de universidad, era la primera chica que llamo mi atención, sabía sobresalir, sabía lo que quería, me gusto. Era chico, era un idiota, me obsesione con ella, le di todo para que se quedara, que estúpido, pensando que eso no la dejaría marchar, ella se fue.

Siempre fui de mantener todo lo que amaba, si era un muñeco era capaz de coserlo tantas veces como fuera posible, pero ella no era un muñeco y si no ganaba su corazón ella se iría y así fue.

Mis amigos me apoyaron tanto en esa depresión que lleve, no volví a tener una pareja despues de eso.

— ¿YoonGi? — frotó uno de sus ojitos tenía una bata blanca y su pelo estaba mojado.

— cachorro, ven te secare el pelo o te enfermaras ¿cómo estuvo la ducha?—

— calentita — sonrió, lo hice sentarse en uno de los sofas y comencé a darle suaves masajes en la cabeza con la toalla para que secara su cabello.

El timbre volvió a sonar

— yo voy — dijo jin bajando las escaleras

Saqué la toalla de su cabeza y sus pelos quedaron parados como un gatito encrispado. Me reí ante tal imagen

— ¿te emocionaste? — preguntó mientras me veía con gran atención.

Me reí aún mas fuerte.

— sí, así es — Esto me daba nostalgia, no quería que terminara, no quiero que él se vaya.

Es mas dificil vivir con los recuerdos de que alguna vez fuiste feliz.

— ¡Hola! — entró Yoona al living y nos observó con una sonrisa.

— hola Yoona ¿cómo estás? — el cachorro saludó con su pequeña mano.

Una Tormenta Y Un Cachorro - YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora