Capítulo 38: Pequeño salvaje

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— Hyung creo que mi mamá murió por mi culpa...

Su voz salió entrecortada casi sin sonido.

— no digas eso...

— yo recuerdo... no estoy seguro como decirte esto, yo no estoy seguro Hyung...

Su piel estaba enrojecida por el llanto, sus ojos azules casi se desvanecían entre las lágrimas y su cuerpo temblaba queriendo volver en si.

— esta bien, no te presiones porque los recuerdos comenzaran a jugar en tu contra, JiMin eras muy pequeño, no te esfuerzes... debes descansar — el pequeño asintió.

Yo encontraré las respuestas por ti JiMin, es una promesa.

— ¿dormiras conmigo? — asentí

Los dos nos recostamos en aquella habitación, estábamos bastante perdidos, todo era nuevo y extraño para nosotros, no sabíamos que debíamos hacer o que decir, solo estábamos disfrutando de la compañía del otro, con tantas dudas pero con un amor inmenso.

— Hyung —dijo el albino en un susurro y con los ojos cerrados.

— ¿que sucede?

— perdón por hacerte sentir sólo... no hay otro lugar en el mundo en donde yo soy mas feliz que contigo.

Se quedo dormido sin mas preámbulos, y yo agradecí por eso, no quería ver a JiMin de esa manera, solo quería aclarar sus dudas, sabía que no había otra forma para que él volviera a sonreír como antes, yo debía descubrir lo que había sucedido con su madre.

— dicen que el verdadero amor no pide nada a cambio pero yo no puedo decir eso, porque quiero verte feliz para yo poder serlo, entonces... mi amor no debe ser verdadero, pero si interminable, no me gustaría que dudes de ello.

No importa si no puedes escucharme, haré lo que este a mi alcance y al otro lado del mundo para que no vuelvas a sentirte triste.

Mi pequeño salvaje, yo sé que tu jamás entenderás mi amor por ti, no espero que lo comprendas, quiero que lo sientas, que puedas respirarlo, que lo vivas.

Acariciando los risos que se le hacían en su cabello níveo, viendo sus mejillas sonrojadas por haber llorado tanto, yo trataba de contenerlo, dando pequeños besos en su frente porque aún dormido, él sollozaba.

Me partía el alma, el corazón, lo que sea que nos haga sentir, no había algo mas doloroso que verlo de ese modo sin poder hacer algo inmediato para darle alivio.

Me pregunté en ese momento, ¿como había sobrevivido mi padre a tan cruel castigo del destino de llevarse a su omega? Me costaba estar unas horas lejos de JiMin, no me imaginaba una vida sin él, si ya me costaba respirar cuando lo veía tan deprimido de este modo, dejaría de hacerlo si algo le sucedía.

Cuando él se acurrucó contra mi cuerpo y comenzó a respirar con calma, fue entonces cuando pude sonreír...

— Hyung... Despierta. 

Parpadee un par de veces antes de poder abrir bien los ojos, me había quedado dormido al ver que JiMin dormía placenteramente.

— ¿que hora es?

— son las ocho de la noche Hyung, dormimos toda la tarde.

— ¿como te sientes?

— mejor... — sonrió de costado — Hyung...

— ¿que?

— ¿me darías un beso?

— mm... — su sonrisa esta vez fue mas grande y se abalanzó hacia mi — espera... Se supone que yo iba a darte los besos no tu a mi, te demandare por violación a la propiedad privada.

— ¿de que hablas hyung?

— no puedes tocar mis labios sin mi permiso.

— claro que si, eres mío, eso quiere decir que todo de ti es mío Hyung, ¿que parte de MÍO no entiendes?

Ah este tipo...

—-no seas malo hyung... — se sentó sobre mi, mientras yo aún seguía recostado.

— déjame pensarlo.

— Hyung... — comenzó a dar saltitos arriba mío haciéndome sacar un gruñido inconscientemente — ¿que fue eso?

— solo... No vuelvas hacer eso.

— ¿por que no? — sonrió con malicia.

— JiMin... Lo digo en serio.

— dime porque y dejare de hacerlo —siguió saltando, tome sus piernas haciendo dar vuelta la situación, ahora era yo quien estaba arriba, apreté sus muñecas apretándolo contra el colchón, él jadeo ante la acción y no evite morder mis labios para no cojerlo ahí mismo.

— no vuelvas hacer eso JiMin.

Metí mi lengua en su boca sin esperar alguna reacción, los dos lo queríamos , siempre lo hacíamos, era nuestra forma de amarnos, si no habíamos vuelto a tener sexo, no fue porque no queríamos, sino fue mas porque no estaba seguro de poder controlarme y no anudarlo, pensé en ello muchas veces y preferí no hacerlo, JiMin aún era pequeño para tener cachorros.

— Hyung — susurro al terminar el beso, con los labios hinchados y las mejillas rojas pero esta vez por estar avergonzado — ¿recuerdas lo que me dijiste la otra vez? — negué — de tener cachorros, si quiero. Tengamos un cachorro Hyung.

¿Él esta leyendo mi mente acaso? Acaba de darme escalofríos.

— JiMin...

— ¿donde debemos comprarlo?

Y ahí es donde no sé si debo llorar o solo reír.

— aish... JiMin los cachorros no se compran ¿de donde sacaste eso?

—¿ah no? Pero yo creí que si, es que Jin y NamJoon dijeron que querían uno y yo creí entonces que eran como las mascotas se van a una tienda y lo compran, ah ya me parecía extraño...

Reí ante su gran imaginación

— ¿entonces como conseguimos un cachorro?

Esta sería una noche larga...

Perdón por no publicar ayer, se me fue el tiempo, espero que les haya gustado
Todo el amor, estoy muy cansada, solo quiero dormir, ¡buenas noches!






Una Tormenta Y Un Cachorro - YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora