Capítulo tres: Permiso para jugar

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Le había contado todo lo que me dijo Hoseok sobre el cuidado del cachorro y hasta que podía olerlo porque era mi pareja. Namjoon y jin estaban muy contentos de que haya encontrado a mi luna.

El cachorro estaba pegado a mí todo el día. Si yo hacía trabajo él se quedaba quieto en un rincón observándome hasta que terminaba.

No es que no había intentado que se quedara con Jin, su relación había mejorado. El cachorro ya dejaba que Jin lo abrazara o peinara su cabello, pero aún así siempre estaba con un ojo puesto en mí.

A veces era realmente frustrante ya que estaba la mayor parte del tiempo solo, sin rendir cuentas a nadie. Pero ahora tenía que cuidar de alguien más.

El cachorro era mi prioridad ahora.

—Terminé. — él me observó, me sonrió y se levantó. — tengo hambre ¿comemos algo? — pregunté tendiéndole mi mano para que la tomara.

Caminamos hasta la cocina, abrí la heladera y había un pastel de chocolate. Me relamí los labios al ver tremenda obra de arte.

Jin te amo.

Saqué el pastel de la heladera y corté dos porciones.

—Ven cachorro, comeremos postre. — el albino estaba igual de emocionado que yo al ver el pastel y sonreía sin parar, salimos al patio donde estaban sentados Namjoon y Jin.

Parecían reír de cualquier cosa, siempre pensé que Namjoon iba a declararse, pero al final nunca lo hizo, no lo culpaba. Namjoon amaba tanto a Jin que no quería perderlo, prefería seguir siendo su amigo y siempre estar para él que ser su alfa y algo salga mal, supongo que no iba a soportar estar lejos de jin.

Pero siempre pensé.

El que no arriesga no gana, jamás se pierde algo. De eso estoy seguro.

Nos sentamos junto a ellos mientras disfrutábamos de nuestro postre.

— ¿Para cuándo la boda? — me encantaba molestarlos, más sabiendo que ellos se querían, solo que eran muy cobardes para admitirlo.

—Eso mismo iba a preguntarte. — contraataco Jin con una sonrisa en sus labios.

Me ahogue, maldición, no pensé que fuera a decirme eso. Jin y Namjoon empezaron a reírse.

— ¿Yoona? — Cuestionó Namjoon — ¿Qué haces por aquí? — yo solo me preguntaba cómo había entrado.

—Me enteré que ya habían regresado de su viaje y vine a visitarlos. — sonrió con mucha confianza.

— ¿Quieres algo de tomar? — trato de ser amable Jin, ya que no le agradaba mucho por un problema con NamJoon y conmigo.

Yoona era una persona agradable con quién ella quería, nos había conseguido muchos inversionistas y por eso seguíamos siendo amables con ella. Pues este negocio se trataba de tener buenos contactos, y ella era uno de ellos.

—No, te agradezco Jin. ¿Quién es él? — preguntó sonriendo mientras veía al cachorro.

— ¿Un cachorro? — pregunte. La verdad es que no tenía idea de que decir.

— ¡Yoongi! — me reprendió Jin — él es un nuevo integrante de la familia — sonrió algo incomodo.

— ¿Adoptaste uno Jin? Todavía puedes tener hijos y formar tu propia familia —Yoona se burló.

—No necesito formar una, ya tengo mi propia familia. — soltó Jin con la mirada fija en la beta.

—A veces eres realmente desagradable. — comenté a la beta, estaba bastante molesto por su actitud, pero ella no respondió se limitó a sonreír.

Una Tormenta Y Un Cachorro - YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora