Capítulo siete: Un viaje, una ciudad

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— ¿Quién tiene los pasaportes? — gritó Jin desde la puerta.

—Yo tengo los cuatro — respondió NamJoon bajando las escaleras.

—YoonGi ¿Cómo arreglaste el pasaporte del cachorro? — ya le había dicho a Jin toda la historia. Tuve que darle un pañuelo porque comenzó a llorar cuando terminé de contarla.

— Es una larga historia — Con dinero encima y un buen amigo que podía mirar para otro lado con respecto a donde venía, un pasaporte era muy fácil de obtener, pero no tenía ganas de explicárselo.

—Ya vámonos— dijo NamJoon con el teléfono en mano — YooNa estará esperándonos en Nueva York — asentí en respuesta al alfa.

Al final, con este viaje también pude hacer un tiempo para la reunión con esos inversores de los que hablaba YooNa. Calculaba unas dos semanas en Nueva York, quería descansar y mostrarle la ciudad al cachorro.

Observé al pequeño, este estaba cubierto hasta las orejas. Salimos de aquella casa y entramos al auto que esperaba por nosotros para llevarnos hacia el aeropuerto de Seúl. De ahí tomaríamos un avión privado hasta Nueva York.

El viaje hacia el aeropuerto fue bastante aburrido, excepto por NamJoon que señalaba algunas cosas en la calle y el cachorro tenía que decir el nombre de ellas.

Cuando entramos al avión JiMin no dejaba de saltar y dar pequeños sonidos de asombro por lo que veía.

— ¿desean algo de tomar? — se acercó una beta castaña muy amablemente ofreciéndonos bebidas.

— Un vaso de whiskey — respondió NamJoon — Jin ¿quieres algo? — se dirigió al castaño que estaba sentado a su lado.

— No gracias — sonrió y luego se colocó auriculares mientras se preparaba para empezar el viaje.

—Yo agua por favor. Cachorro ¿tú qué quieres? — Él me observó con algo de timidez —pide lo que tú quieras y ella lo traerá para ti— expliqué al albino que no parecía estar muy seguro de lo que pasaba.

—Jugo de naranja— respondió jugando con sus manos.

JiMin comenzaba a hablar más fluido, eso realmente me emocionaba. Podíamos tener conversaciones coherentes, algunas palabras aún le costaba trabajo decirlas, pero él era muy inteligente y aprendía a una velocidad increíble.

—Enseguida regreso — sonrió amable la castaña.

—YoonGi... tengo calor — señaló su abrigo. Lo ayudé a sacarse el enorme abrigo, Jin había exagerado un poco para evitar que el cachorro enferme.

—Por favor abrochen sus cinturones, estamos por despegar. Gracias — informo el piloto del avión por el parlante antes de comenzar el vuelo.

Abroche mi cinturón y luego el de JiMin. El cachorro se mantenía serio, estaba nervioso. Lo entendía, todo esto era nuevo para él. Cuando el avión comenzó a tomar velocidad, JiMin abrió los ojos tan grandes como pudo.

—No te preocupes cachorro, todo estará bien ¿cofias en mí? — él parpadeo un par de veces y asintió.

Sonreí llevando mi mano hacia su cabello para acariciarlo y desordenarlo un poco.

Cuando el avión comenzó a ascender JiMin cerró los ojos tan fuerte que sentí que mi alma estaba por escaparse. Es decir, él era perfecto, me sentía el alfa más afortunado del mundo. Tomé su mano y este tomó con fuerza la mía.

Cuando el avión comenzó a estabilizarse en el aire. JiMin abrió primero un ojo y después el otro. Observo nuestras manos unidas y me miro de costado, al poco tiempo sus mejillas estaban teñidas de rosa.

Una Tormenta Y Un Cachorro - YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora