1.- El inicio del caos

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Después de no saber nada de Cornos durante mucho tiempo me dispuse a mejorar los lugares donde vivían los mortales. Creé mas seres iguales a mi, pero a estos les di "Dones" por así decirlo, los llame... Ángeles. yo necesitaba ayuda en controlar s los mortales pues, como estos podían morir hacia, que ciertos ángeles se encargaran de llevar sus almas a otra dimensión creada por mi en la que las "Almas" de los mortales pudiesen descansar, también cree otros Ángeles, encargados de llevar un registro sobre los mortales que mueren, nacen; de que tanto han evolucionado y demás cosas.

Un día, así sin mas llegaron a mi centenas de ángeles heridos, yo no sabia que eso era posible.
Al interrogarlos solo algo se me hizo sospechoso, dijeron que algunos mortales avían obtenido poderes increíbles que se pusieron en su contra liderados por una sombra.

-¿una sombra?.- pregunte muy confundido.
-¡Si! Una sombra corneada con un báculo como el que usted usa para sellar su poder.- exclamo uno de los ángeles heridos.
-Creo que se de quien se trata.- les dije cabizbajo.- ¡Cornos!.- grite.
Todos quedaron boquiabiertos, pues no pensamos que aparecería tratando de asesinar a mis ángeles.
Mis recuerdos a partir de aquí son borrosos. Esa ves y de repente atacaron la dimensión divina en la que nos encontrábamos. Cornos llego atacando con un ejercito de ángeles siniestros a los que el llamaba demonios, eran seres humanos con poder divino otorgado por Cornos. Ví a mis ángeles caer uno a uno ante los poderes maquiavélicos de sus demonios y, al fondo, se encontraba Cornos riendo a carcajadas.

.-¿Qué es lo que buscas?, ¿Por que haces esto? ¡Cornos!.- exclame con tal fuerza que mis palabras llegaron a el como una ráfaga de viento y golpes que si cesar di hasta que me di cuenta de lo que hacía.

C:¿Qué por que lo hago dices?, eso es más que obvio, no crees, Hermano.-Dijo este mientras sacaba algo parecido a una catana desde las muñecas de sus brazos.

Se abalanzó contra mi, obviamente la espada no me heriría, pero no era una espada normal, era una capaz de abrir una brecha dimensional. Por desgracia caí dentro de la brecha que hizo con el tajo que lanzo.
Me encontraba solo, en un lugar sin fin que parecía ser morado. No podía salir. Estaba muy decepcionado por lo que mi primera creación hizo. Pero fue bueno que lo hiciera, así me di cuenta de que no debí dejarlo irse.

-Este es mi error, y tengo que solucionarlo, aunque tenga que matarte no dejare que destruyas lo que me costo milenios de arduo trabajo construir.- pensé. Para así dar inicio a la corrección de mi error.
Invoque s mi báculo. Un bastón cromado con la figura de una cabeza de dragón con ojos rojos. Pues ahí estaban sellados todos mis poderes. Antes de regresar no podía quitar de mi mente la masacre que hicieron sus demonios en mi dimensión.
Al regresar vi aquello que temía que pasara. Montones de cuerpos regados por todas partes, ninguno de mis ángeles sobrevivió. Eso me lleno de rabia, quería asesinar a Cornos, desafortunadamente necesitaba tiempo para quitar el sello de mis poderes. Solo se me ocurrió una cosa para ganar tiempo y frenar un poco a Cornos y era: Darle poder divino a 15 mortales, tendrán el poder suficiente para derrotar a los demonios y frenar un poco a Cornos.

Me puse a buscar a esos 15, tome a 3 humanos de 5 aldeas, las cuales se odiaban mutuamente. Eran las aldeas: Stone, palacio, smit, jones, e iturbe, los 6 humanos que tome de estas 2 ultimas eran algo peculiares en especial uno de la aldea iturbe y uno de la aldea jones, eran enemigos mortales, y utilizaron sus poderes para luchar, quedaron moribundos en medio de un campo de flores de loto, lo que se me hizo peculiar es que... Llegaron a mi, mentalmente.

Fueron los primeros en saber lo que pasaba y se fueron en busca de Cornos, los otros 9 los alcanzaron en poco tiempo.
Y como pensé encontraron a Cornos rápidamente, y entonces dieron inicio al caos.
Una batalla feroz y sin precedentes, los 15 humanos derrotaron a todos los demonios, ahora irían por el jefe mayor, Cornos. No entablaron conversación, solo comenzaron a atacarlo.

No me esperaba lo que sucedió, Cornos acabo rápidamente con ellos, no los mato, pero si los torturo, los poderes que les di no fueron suficientes. Cornos estaba molesto así que, se dirigió hacia las 5 aldeas de donde provenían sus atacantes. El quería castigar a esos 15 por tal infamia, así que destruiría estas aldeas.

Mientras tanto algo sucedía con uno de los 15. el chico de la aldea Iturbe empezaba a levantarse y mientras lo hacia mi piel se erizaba, el poder divino que le di esta evolucionando dentro del, se habían fusionado, aquel joven ya no era mas un humano, es se convirtió en un dios, el dios capaz de controlar la luz y la oscuridad, el dios del Yin y el yang.

Al poco tiempo paso lo mismo con uno de los chicos de la aldea jones, se convirtió en un dios capas de controlar los elementos. Posteriormente una de la aldea stone erradio un poder peculiar en ella sentía los poderes de los demás evolucionando, al parecer ella era algún tipo de catalizador para que los poderes no destruyeran el cuerpo humano donde se encontraban.

Mientras todo esto pasaba el sello de mis poderes se desvaneció por completo, estaba apunto de ir hacia donde los nuevos dioses, pero uno de ellos apareció al frente mio, era el dios de la sabiduría, por así decirlo. Me dijo que esperará, que los otros 14 se encargarían de Cornos, tenia mis dudas, pero termine haciéndole caso.

Los 14 llegaron donde Cornos, y pelearon, esta vez era algo mas disparejo, dándole ventaja a lis 14 jóvenes. Cornos estuvo apunto de caer derrotado, pero comenzó a jugar de la manera en la que era un verdadero maestro.

Utilizo palabras para convencer a 7 de los 14 jóvenes en que el mejor camino era exterminar a los mortales y tener un mundo de divinidad pura. Estos 7 pelearon junto a Cornos, dejando apaleados a los otros 7, fue ahí cuando decidí aparecer.

Al llegar los vi a todos en el suelo y a Cornos riendo a carcajadas.

C.-Lo ves, Dyvine. Nada de lo que hagas me detendrá, incluso convencí a aquellos que convertiste en dioses, ¡Es el destino! El que quiere que tu, y los mortales caigan.- Dijo con una expresión psicótica en su rostro.

D.-Estas equivocado, Cornos. Esta es nuestro ultimo encuentro, hermano. Adios.- le dije, cabizbajo para así levantar mi báculo, abrir una brecha dimensional y sellar a Cornos, mi hermano, Para siempre.

Los 7 humano/Dioses traicioneros huyeron y huyeron, al morir. Sus memorias y el poder divino pasaban a otro recipiente humano. Con el paso del tiempo fueron apareciendo dioses nuevos. Y yo, yo esperaba el día en el que la profecía que me dijo el dios de la sabiduría, de que cornos regresaría, y seria derrotado por mi sucesor, un joven nacido en los descendientes del clan iturbe, mataría a Cornos y yo moriría junto con el, se cumpla. Mientras tanto dirijo una organización que se encarga de detener a los dioses traidores que tratan de despertar a Cornos antes de tiempo, esa secta es. "La secta de los dioses"

Estos primeros capítulos fueron algo así como de explicación, en el siguiente daré inicio a la línea original. Gracias por leer

La secta de los dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora