Estela ha llegado a la cita, antes de bajar del taxi, espera unos segundos...
—¡Ya llegué, baja por favor! —reafirmó Estela con el rostro lleno de nerviosismo.
—Bienvenida —contestó Manuel—. Baja las escaleras y se tropieza—. Ambos se observaron mutuamente y sonríen.
—¿Estás bien, no te golpeaste? —preguntó Estela.
—No pasa nada, estoy bien, mis nervios me traicionaron —respondió Manuel y ambos no dejaban de sonreír—. Estás bellísima, luces encantadora.
—Ese traje te queda muy bien y luce estupendo con tu cuerpo escultural, ahora entiendo por qué me enamoré de ti —reafirmó Manuel—. Sigo recordando esa primera vez que te conocí en aquel restaurante con tus amigas, desde aquel día me enamoré de ti.
—Gracias, tú también luces excelente —contestó Estela y preguntó—. ¿Te gustaría ir a cenar?
—Me gustaría que ordenáramos algo para comer aquí —respondió Manuel—. Así podemos platicar con más comodidad.
—¡Adelante, subamos y ordenemos algo! —exclamó Estela con un rostro audaz y persuasivo, y se quedó en silencio unos instantes.
Para seducirla, él intenta que su objetivo se sienta insatisfecha y en necesidad de su atención es esencial, era demasiado obvio en tratar de seducirla. Estela se pondrá a la defensiva, sin duda alguna. Para lograr seducir, es muy importante sentirte seguro contigo mismo y orgulloso de quien eres. Si tú no lo tienes claro, es difícil que los demás lo vean. Piensa que a las mujeres les seducen los hombres decididos, sin complejos y con las cosas claras. Eran las estrategias que Estela y Manuel leyeron en algunas revistas, las cuales las dominaban a la perfección. No olvidemos que es una mujer muy seductora. La relajación mental en una situación social con las mujeres, es la actitud mental más importante que debes adquirir si quieres conquistar a una bella dama. Seguramente está pensando que la podrá llevar a la cama esa noche, ¡es demasiado rápido!, aunque ya existió un lazo emocional.
Él encontrará las armas perfectas para reconquistarla, Manuel la observaba de pies a cabeza, no quitaba su mirada de su vestido y lo excitante de su figura radiante subiendo las escaleras. Manuel mientras observaba su vestido pensaba... ¡Ella es la mujer de mi vida!
—¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde que me trajiste la última vez? —preguntó Estela y eligió una música relajante para comenzar la velada y observaba toda la casa.
—Si no me equivoco son 4 años —reafirmó Manuel—
—¿Qué nos separo Manuel?, ¡dime en que te falle!, ¿cuáles fueron los motivos? —preguntó nuevamente Estela—. Por eso accedí a tener esta cita contigo, quiero escuchar tus razones. ¿tienes a alguien, cuéntame?, quiero saber todo.
No esperaba dicho cuestionario, pero un buen caballero respondería cada una de esas preguntas.
—No recuerdo cuando nos perdimos, tú estabas cambiando mucho desde que supiste que me dieron el empleo que tanto deseaba fuera del país. —contestó Manuel—. Yo cometí el error de irme sin avisarte y ya teníamos la relación al borde de reproches e inseguridad. Te contaré algo, mereces saber toda la verdad. Estaba saliendo con una chica llamada Beatriz, la conocí mucho antes de mudarme, en ese tiempo, tú y yo la estábamos pasando mal y solías escapar siempre de nuestras peleas, dejando mi cabeza con muchas dudas. Recuerdas la cena que tuvimos con mi familia, ese día no llegaste, es ahí cuando Beatriz tomó cierta delantera. No te dijo esto para lastimarte, me pediste respuestas.
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El asiento con porte ©
RomanceDos corazones pueden vivir sin remordimientos y buscarán la mejor manera de solucionar sus diferencias. En una gran residencia centrada en el confort de sus propietarios, el dinero no lo es todo pero aveces puede volverse el único consuelo. Una muj...