Capítulo 29.

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Después de pasar un rato disfrutando la noche, llegaron a casa y descansaron. Al otro día, Teresa se fue a su trabajo, le habían dado la oportunidad de salir unas horas más temprano, y así podía ir al hospital y poder compartir un tiempo con Pablo, brindándole amor, cariño y atención incondicional. Ya tenía la dirección de Daysi y se dio una ducha. Dejo comida suficiente a sus mascotas, con Estrella sentía una simpatía única.

—Ya me voy, ¡se portan bien! —exclamó Teresa cerrando con llave el portón del jardín—. No quiero que hagan muchas travesuras.

Ella sintió algo nuevo en su corazón, algo que traspasaba las barreras de la frialdad y soledad. Reprimiendo sentimientos, de esta forma el universo conspira. Una mala racha, convirtió a una mujer sensible con tristeza pero no puede olvidarse de aquellas raciones de esperanza. Sirena del pasado, luciérnaga del presente, reina del futuro. Un señalamiento que la lleva a buscar lo mejor de ella, la energía que arropa esa pasión en su rostro es una nueva sorpresa que se puede percibir.

Daysi y Teresa, ambas en cada amanecer se sentían familiarizadas con la nueva enseñanza de construir el día a día, una nueva forma de seguir fuerte. Verse al espejo y tocar la piel de manera tibia, alentándose poco a poco. Este día para ellas llegó, el comienzo de una caminata que las llevará a un cariñoso encuentro para descubrir que todavía existe gente buena. Ya faltaba muy poco, para que llegara a la casa de su suegra, le mando un mensaje de texto.

Teresa, se bajo del auto y observo para todos lados, en la cerrada de la calle podía verse una señora a lo lejos esperando a su visitante, sin estacionamiento, un lugar libre, ella decidió dejar su auto en la esquina y caminar algunos pasos.

—Hola hija, ¡creo que no te costo mucho en dar con la dirección! —exclamó Daysi, abrazándola con tanto afecto y cariño—. Luces hermosa, me gusta mucho tu vestido floreado, ven vayamos a refrescarnos que está haciendo un poco de calor.

Daysi, quería estar atrás de la ventana, que su amado llegara sin llamar, la abrazará para creer que un silencio prolongado, duraría una eternidad, por alguna razón. Se equivocaba, cada vez que el teléfono sonaba, no era su esposo, ella no disfruta de su propia vida, por culpa de una perdida, sin previó aviso, ella sabe que él está en un mejor lugar y pedia a Dios las fuerzas necesarias para mejorar, entendió que la plenitud es una simple inquietud y durara el tiempo necesario para tener a ese amor para toda la vida. Sus sentimientos se empolvaron, y no tienen una mica que los proteja permanentemente. Aprendió a dejar ir a su pasado, la vida es poder reconocer a quien estuvo ahí para reiniciar nuevamente sin precedente alguno. Alguna vez, más personas entenderán todo con mejor claridad.

Mientras Teresa observaba detenidamente la casa, notó que estaba en completo abandono, su energía era como una casa con alegría y felicidad en un pasado. Lo único que se podía observar en ella era una tristeza y abandono. Como si estuviera deshabitada por mucho tiempo y únicamente la cocina tenía un mejor aspecto. Aun así, se mantuvo sonriente y estaba a punto de describir una historia de amor donde una mujer fuerte no se desplomó, pero si dejó de vivir con armonía.

Su matrimonio con el Padre de Pablo , fue la mejor compañía, y siempre estuvieron juntos cuando estaba en vida. Nunca la descuidó como mujer a pesar de sus actividades, nunca hizo que ella se sentiría sola. Las relaciones sexuales se disfrutaban mucho, no se sentían ni uno de los dos ignorados y placenteramente se disfrutaban como marido y mujer. Vivian felices, nunca se vivió una vida conyugal como si no existiera la otra persona, no llegaron al desgaste en pareja, que termina con lo inevitable, la separación.

El motivo fue otro, un accidente de auto que en unos segundos destruyó una familia, una mujer amada intensamente y aquel hijo que se sentía parte de la vida de su padre. La triste realidad de Daysi, decidió seguir con su vida sola, vivía con una fuerte depresión, ella sabe que nadie la amaría como su Ignacio, tuvo la necesidad de trabajar y toda la responsabilidad económica cayó sobre sus hombros. Era muy difícil su vida, sufre de abandono emocional. Pero esta noche, con un café y un té, le contó un poco a Teresa, y varios aspectos de su vida. Después de unas dos horas de charla...

El asiento con porte © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora