Capítulo 4

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Y ahí fue cuando el miedo se apoderó de mí, no sabía que responderle. No ha pasado tanto tiempo desde la última vez que hablamos, pero ¿Cómo reaccionaría al saber que yo lo estaba llamando? ¿Qué pensaría al decirle que yo había vuelto como si nada? Dudé en responder, tal vez le podía decir que me dé el número de Agus directamente, sin contestarle nada.

Un confundido “¿Hola?” interrumpió mis pensamientos, era obvio que Cody esperaba una respuesta y no me quedaba otra opción.

- Soy ______ ¿Me recuerdas?

- ¿______? –Preguntó atónito- ¿Esto es una broma? 

- ¿A qué te refieres? 

- No, no, no –Exclamó nervioso- ¿Quién está allí?

Algo raro estaba pasando y yo tenía un mal presentimiento, ¿Por qué le costaba creer que yo era ______? ¡Lo soy! ¿Acaso no recuerda mi voz? ¿Acaso no sabían que seguía viva? Tragué saliva ante este pensamiento. Tal vez, todos creían que yo había muerto. Negué con la cabeza tratando de convencerme de que eso era absurdo, pero las siguientes palabras de mi amigo no me decían lo mismo. 

- ¿Estás viva?

- ¡Claro que estoy viva! –Grité exasperada- ¿Me puedes explicar qué está pasando? ¿Y me darías el número de Agus por favor?

No tenía mucho dinero en mi celular y si quería llamar a Agus debía apresurarme, porque si no, no podría hacer algo con toda esta locura. 

- Te lo mandaré por mensaje –Contestó aún confundido- Pero debemos hablar. 

- Claro llámame en la noche ¿Sí? Estaré un poco ocupada hoy.

Colgué y me acosté en mi cama mirando el techo ¿Cómo es posible que hayan creído que yo esté muerta? ¿Harry pensará lo mismo? Lo que dijo Cody no hizo más que llenarme de dudas y preguntas, él seguramente aún no cree que yo esté viva. Suena un poco loco, pero al parecer, es así, para mis amigos, yo estaba muerta, pero ¿Cuántas personas creyeron en esto? Mi celular vibró dentro de mi bolsillo y lo saqué ansiosa. Ya tenía el número de Agus, ahora solo debía llamarla y esperar una reacción peor a la de Cody.

- ¿Hola? –Dijo Agus tras contestar al tercer tono- ¿Con quién hablo? 

- ¡Hola! –Saludé animada y nerviosa a la vez- ¿Cómo estás?

- ¿Con quién hablo? –Preguntó una vez más.

¿Acaso Agus no podía mantener una conversación con un extraño? ¿Tanto le costaba contestar a mi "cómo estás"? Vaya, creo que todo esto me está afectando más de lo debido… Ella es mi amiga, lo entenderá, no tengo por qué ponerme nerviosa.

- Soy tu amiga –Tartamudeé- ¿Me recuerdas? 

- ¿Qué amiga? 

- Agus –Suspiré- Soy _______

Pude escuchar como el celular caía al suelo y Agus lanzaba un grito ahogado. Mis manos estaban temblando del nerviosismo, no sabía por qué, pero me sentía mal. Mis amigos habían creído que estaba muerta y yo ni siquiera los había recordado hasta ayer. ¿Existe una persona peor que yo? 

“¿Sigues ahí?” Escuché desde la otra línea, asentí levemente, pero luego caí en cuenta de que, en realidad, Agus no podía ver mis gestos ni expresiones.

- Así es –Respondí con la voz entrecortada- Agus debemos hablar ¿Aún recuerdas dónde vivo?

Ya ha pasado media hora desde que llamé a mi amiga ¿Acaso no vendría? Tal vez su casa queda lejos de la mía, o tal vez no me creyó y pensó que era una broma que le estaban haciendo. “No, estoy siendo paranoica” Me decía a mí misma. Después de todo, esto no era tan loco; solo debía explicarle lo que pasó y listo ¡Ella me entendería! Un timbre se escuchó en toda la casa y tardé unos segundos en reaccionar ¡Por fin estaba aquí! Bajé rápidamente las escaleras, di un largo respiro y abrí la puerta: Allí estaba ella, había crecido un poco desde la última vez que la vi, su cabello ligeramente ondulado y más largo que de costumbre me llamó la atención, además, su rostro tenía una expresión de asombro e incredulidad que me ponía nerviosa. Sonrío nostálgica y me abrazó fuertemente, nuevamente, tardé segundos en reaccionar, pero cuando lo hice, la abracé fuerte y una lágrima rodo por mi mejilla, nos separamos después de unos minutos y pude que notar que ella también había llorado. 

- No lo creo –Dijo riendo- Esto es tan raro… ¿Cómo es que estás viva? 

- ¿Cuándo estuve muerta? –Pregunté sentándome en el sofá- No entiendo nada. 

- Ya veo. Verás, aquel día lunes faltaste a clases, el martes también y el miércoles pasó igual. Toda la semana transcurrió sin ti y me preocupé, pensé que estaba siendo paranoica y esperé otra semana, pero no llegaste. Vine hasta aquí y descubrí que la casa estaba vacía, sin dudarlo fui hasta la casa de Harry y él me contó lo que había sucedido. 

- ¿Qué te contó? 

- Me dijo lo de ambos tipos –Respondió entre lágrimas- Me contó que él te había acompañado a la comisaria y que luego, tratando de defenderte lo golpearon. Cuando le dispararon a él el lugar de a ti, se sintió feliz, sintió que por fin había hecho algo bien en toda su vida. Él estaba destrozado, no podía creer que tú te habías ido dejándolo solo y lo único que se le ocurrió pensar fue que tú estabas muerta.

Él dio su vida por mí, él me quería de verdad, pero yo le pagué de la peor forma posible. Lo dejé solo, sin despedirme, sin nada. Nuevamente, las lágrimas caían desesperadamente por mis mejillas, el dolor en mi corazón aumentaba sin compasión y yo solo me podía sentir culpable por lo tonta que fui. Unos brazos me rodearon y supe que mi amiga me estaba intentado ayudar, y a la vez, trataba de ayudarse a sí misma. Ambas llorábamos abrazándonos y por alguna razón, ninguna de las dos podía emitir palabra alguna al respecto… Todo esto estaba mal, muy mal.

Is this love?: I still love you. |Segunda Temporada| Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora