Anne y yo estábamos tomando chocolate caliente en el comedor mientras esperábamos que el frío pase un poco. Ninguna de nosotras se atrevió a hablar desde que entré por la puerta y yo estaba demasiado nerviosa para iniciar una conversación.
- Bien –Dijo Anne dejando su taza sobre la mesa- Veo que no estás muerta.
Asentí con la cabeza pensando en las palabras adecuadas para explicarle todo, pero al parecer, mi cerebro no estaba muy dispuesto a ayudarme. Terminé mi chocolate y respiré profundo; no había venido aquí para nada, debía explicarle las cosas.
- Lo siento –Confesé aguantando las ganas de llorar- En realidad, yo estaba inconsciente cuando volví a mi país, yo no sabía qué hacer, yo fui una tonta.
A veces, mientras hablas, dices incoherencias, y definitivamente, este caso es uno de ellos. ¿Por qué no dije algo más coherente? ¿Por qué no pude explicar bien las cosas? En estos momentos me sentía una inútil.
- Tranquila nena –Susurró Anne sonriendo- Desde que Harry me habló de ti, supe que eras distinta, supe que lo querías de verdad.
- Pero le fallé –Exclamé interrumpiéndola- Yo lo hice sufrir.
- ¡Pero no lo hiciste adrede! Siempre has tenido esa necesidad de explicarme las cosas, aunque yo puedo saberlas sin que tú me lo digas, es un instinto maternal.
- Pero…
- ¡Pero nada! –Interrumpió riendo- ¿Recuerdas la primera vez que hablamos? Insististe en explicarme qué hacías en la habitación de Harry y ese día reímos mucho con el grito de mi hijo al pensar que su pelo se había alisado.
Reí al recordar la escena y no pude evitar sonreír nostálgicamente… Extrañaba mucho esos días en los que Harry y yo nos divertíamos haciendo tonterías. Extrañaba ir a tomar un helado en la tienda cerca de mi casa. Extrañaba que él me vaya a ver al colegio a la salida. Extrañaba escucharlo hablar y hacer cosas raras. Lo extrañaba mucho.
-Tengo algo para ti –Dijo dejando de reír- Espérame un momento y te lo traigo.
Subió las escaleras y me dejó sola en la sala de estar. Observé todo lo que estaba a mi alrededor; la casa seguía igual a como la recordaba, ciertamente, no había nada fuera de lugar. Al rato, observé como la madre de Harry se acercaba a mí con un pequeño cuaderno entre sus manos y me lo entregó con una gran sonrisa.
- Mientras Harry estaba en el hospital, se aburría mucho y le entregué este pequeño cuaderno para que escribiera lo que sentía. Yo no lo he leído, pero estoy segura de que tú debes hacerlo. Hazlo.
Le sonreí tímidamente a mi acompañante, no podía creer que ella sea tan buena después de todo el mal que le hice a Harry. Alejé de mi cabeza cualquier otro pensamiento que me desconcentre, y me dispuse a leer el cuaderno.
“Día 4
Según mamá, he estado cuatro días hospitalizado sin dar señales de vida, descontando mi respiración. Al parecer, las balas estuvieron a punto de matarme, pero afortunadamente sigo con vida. Cada vez que pienso en eso, no puedo evitar pensar en _____ ¡Cuánto la extraño! Pensé que ella me vendría a visitar en cualquier momento, pero, ya es un poco tarde y no ha llegado, tal vez está un poco ocupada. El momento en el que vi que ella podía morir si le disparaban, no lo pensé dos veces y terminé de cortar la cuerda para protegerla de esa bala; nunca estuve tan seguro de algo en toda mi vida.
Aún no puedo creer que yo, Harry Styles, me haya enamorado de verdad. Nunca pensé sentir algo así por alguien. Nunca pensé dar mi vida por otra persona. Nunca pensé querer tanto a una persona en tan poco tiempo. Nunca pensé ponerme tan cursi en un hospital. Nunca pensé estar escribiendo en un cuaderno mientras tengo sueros en el brazo. Ya sé, me desvié del tema.
Lo que te quiero decir, querido cuaderno, es que, cuando esta chica entró a mi vida, simplemente, todo cambió en mí y no soy lo suficientemente capaz para escribir todo lo que siento por ella en una hoja de papel; porque este amor es algo inexplicable y no me importa cuánto tarde en venir a visitarme, yo la esperaré lo que sea, porque cuando la vea, no podré enojarme con ella… Seré la persona más feliz del mundo al saber que todos los problemas terminaron y que podemos estar juntos.”
Las lágrimas no tardaron en salir, no podía creer lo que le había hecho, no podía creer lo estúpida que había sido al dejar sufrir así a Harry. “Cuando la vea, no podré enojarme con ella” Harry mentiroso, te enojaste conmigo, me dejaste sufriendo en la lluvia, llorando con mi soledad, pero, después de todo… Me lo merezco. Sequé rápidamente mis lágrimas y cambié la hoja para seguir leyendo, debía ser fuerte.
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