- Entonces, para mañana el informe ¿Bien? No lo olviden –Reiteró la profesora- Adiós.
Tras sus palabras, el timbre se escuchó y al mismo tiempo, el tono de mi celular. Salí de la sala e inmediatamente respondí a la llamada; era Louis.
- ¡Pequeña, ______! –Exclamó- No me llamaste ayer, así que estoy curioso por saber que le hiciste a Caitlin.
Reí al ver su evidente curiosidad y después de unos segundos volví hacerlo al escuchar un “¡Yo también!” proveniente de Niall. Al parecer, mi cómplice había compartido mi plan con alguien más.
- ¿Le dijiste a Niall? –Pregunté.
- Lo siento es que su carita es tan tierna que es imposible resistirse.
Volví a reír al escucharlo hablar imitando una voz de bebé y dudé en contarle lo que estaba pasando. Sabía que si le contaba a Louis sobre lo que me había hecho Caitlin, la noticia llegaría a Harry y lo más probable es que él quisiera hacer algo al respecto, pero eso no iba a permitirlo. Debía hacer esto sola, sin nadie más. No quería seguir llorando con cada cosa que me pasara. No quería caer tan fácilmente ante situaciones difíciles. Quería ser fuerte, superar cada cosa que me pasara independientemente.
- ¿Te parece si te lo digo después? Es que… Tengo un informe que hacer.
Y no era mentira; la profesora fue bastante generosa en ayudarme a creer una excusa. Aunque, la idea de hacer un informe que me ocuparía más de cuatro horas de mi día, no me agradaba mucho, mi profesora me había ayudado en una ingeniosa excusa.
-Bien –Suspiró- Pero no te escaparas tan fácil ¿Ok?
Reí por cuarta vez y me despedí para luego colgar el celular. Summer debía hacer una visita al dentista, así que me fui a casa sin compañía.
El taxi avanzaba rápidamente hacia mi departamento, mientras yo deseaba ansiosa llegar lo antes posible. Había sido un día muy pesado y un buen descanso junto a Hazza era lo que necesitaba. Pero al bajar del auto, me di cuenta de que esto no sería tan fácil. Nada fácil.
- ¿Qué pasa? –Pregunté a una de las chicas que estaban afuera del edificio- ¿Algún problema?
Mi pregunta no había sido estúpida en mi opinión, de hecho, había sido bastante coherente desde mi punto de vista, pero al parecer, para las tres chicas que se encontraban paradas frente a mí, lo que dije fue absurdo y sin sentido.
- ¿Y te atreves a preguntar? –Contestaron las tres al unísono.
Las miré confundida esperando una explicación, pero algo en su mirada me decía que ellas buscaban lo mismo de mí. Fruncí levemente el ceño y di una mirada más profunda a mis acompañantes: la primera era rubia, alta, ojos verdes y de tez blanca, vestía una camisa a rayas y un short no adecuado para la estación, la segunda de ellas, era un poco más baja, pero igual de linda, tenía el cabello oscuro y ojos azules, mientras que la tercera, era un tanto diferente… Vestía de una forma simple, su cabello era negro y sus ojos oscuros, ella no me veía de la misma forma que las otras chicas; parecía querer odiarme, pero no podía.
- Y sí, me atrevo a preguntar –Dije por fin- Y me gustaría que me respondieran porque creo que lo pasa tiene que ver conmigo.
Las dos primeras chicas abrieron la boca exageradamente, mostrando su impresión al escuchar mis palabras. Esperaron que yo dijera alguna otra cosa, pero mi boca ya se había cerrado. Entonces, una de ellas levantó su brazo tan rápidamente hacía mí, que no tuve tiempo de hacer algo al respecto. El sonido de su mano precipitándose hacia mi cara, rebotó en mi cabeza unas cinco veces, tan fuertes, que quedé atónita. El ardor en mi mejilla no ayudaba mucho a la recuperación de mis sentidos, sin embargo, la acción de la segunda chica si lo hizo.
- Me das asco –Exclamó escupiendo hacía mí.
Abrí la boca para protestar sobre sus comportamientos, pero la voz se había extinguido de mi ser, cerré los ojos con fuerzas y los volví a abrir segundos después, pero ahí fue cuando me di cuenta de que ellas ya no estaban; se habían ido dejándome a mí sola. Sola y confundida.
“Tranquila, cálmate” Me repetía a mi misma una y otra vez mientras subía las escaleras con rumbo a mi departamento. Las palabras que hacían eco en mi mente no estaban dando resultado, estaba comenzando a alterarme; podía sentir ese estúpido nudo en la garganta que me avisaba que todo estaba mal.
Pero detrás de todo el dolor, estaba esa duda, esa incógnita por saber que había pasado. El por qué del comportamiento de las chicas era algo que no podía asimilar.
Quizás eran amigas de Caitlin. Quizás eran directioners que me odiaban. Quizás ya todos se dieron cuenta de la horrible persona que soy… Quizás deba acabar con todo esto de una vez por todas.
El pensamiento de terminar con Harry pasó por mi mente súbitamente. Si eso pasaba, las fans estarían felices, él podría encontrar a una mejor persona y yo… ¿Qué pasaba conmigo? ¿Qué pasaba con todo lo que le dije a Caitlin? ¿Qué pasaba con el amor que nos teníamos el uno por el otro? Eliminé rápidamente ese pensamiento de mi mente y decidí investigar la causa de lo que estaba pasando. Ya no podía sentirme peor ¿Cierto?