- ¡No puedo creer que lo hicieras! –Exclamé por tercera vez a Harry.
- ¡No es para tanto! –Rió- Ya cálmate.
- Pero es que no entiendo por qué pagaste por tener la cápsula entera si tranquilamente podíamos compartirla con otras personas.
Así es, estábamos en el ojo de Londres; a 135 metros de altura sobre la tierra y a Harry se le había ocurrido no compartir la cápsula que nos llevaría hasta arriba, sino que, usarla solo nosotros dos.
- Ya te lo dije ángel –Susurró acercándose a mí- Quiero que estemos solo tú y yo en este paseo.
Resoplé frustrada y miré a mi alrededor; no me había dado cuenta de que ya estábamos en la máxima altura y que, el lugar era tan alto, que daba un poco de terror. Cerré los ojos y comencé a rogar para que la cápsula bajara antes de que muera ahí adentro.
- ¿Miedo ángel? –Preguntó Harry abrazándome por detrás- Estoy contigo, solo… Disfruta.
Sentir a Harry tan cerca de mí, con sus brazos rodeando mi cintura y su perfume abrazando mi cuerpo, hacía que me calmara por completo. Abrí lentamente los ojos y observé la belleza de Londres; todo era hermoso, las casas, los edificios, el cielo, los arboles, las luces… La compañía que tenía en estos momentos.
- Gracias –Susurré aún mirando el paisaje- Es hermoso.
- Me alegro que te gustara ángel –Respondió dándome una vuelta para que él y yo quedáramos frente a frente- Y me alegro que estés aquí, conmigo.
(...)
“Uno, dos… ¡tres!” Exclamaba Harry una y otra vez para que yo sonriera a la cámara. Comenzaba a aburrirme de que no se diera por vencido, pero tampoco pretendía darle el gusto.
- ¡No sonreiré! –Exclamé exasperada- Ríndete Styles.
- ¡Pero ______! –Se quejó como un niño pequeño- Solo es una foto.
- Ya te dije que no me gustan las fotos.
Sacarme fotos no era mi pasatiempo favorito, prefería sacar fotos a otras personas o simplemente no tener una cámara, pero al parecer, Harry no lograba comprender esto.
- Escúchame ángel –Dijo Harry tomando mi mano- Tú eres hermosa, cada parte de ti, cada cabello, cada célula que hay dentro de tu cuerpo es totalmente perfecta. No me importa lo que tú digas ¿Ok? Dejarás que ambos nos saquemos una foto y así yo podré conservar este hermoso día intacto.
Hice una mueca y tras eso, Harry besó mi mejilla al mismo tiempo en el que apretaba el botón de la cámara. Le lancé una mirada asesina y él solo rió. Se separó un poco de mí, aclaró su garganta y me sonrió tiernamente para luego, comenzar a cantar.
- I know you’ve never loved the sound of your voice on tape. You never want to know how much you weigh. You still have to squeeze into your jeans, but you’re perfect to me.
- Harry…
Sentí como cada parte de mi cuerpo se sentía diferente al escucharlo cantar, al escuchar un pequeño trozo de canción que simplemente, me llegaba al alma. Él me sonrió y puso su dedo sobre mis labios para que no emitiera palabra alguna, tomó mi mano y comenzó a caminar bajo el sol que ahora yacía sobre nosotros. ¡Qué bipolar podía ser Londres! Y… ¡Qué perfecto podía ser Harry!
(...)
- ¿Sabías que tengo cuatro pezones? –Comentó Harry al frente de la torre de Londres.
Lo miré incrédula y al ver la expresión en su rostro que me decía “Hablo en serio” no pude evitar reírme. Un flash interrumpió mis risas y ahí fue cuando me di cuenta de que mi raro acompañante, me había tomado una foto mientras reía. O quizá, me había hecho reír para tomarme una foto.
- ¡Styles! –Exclamé entre risas aún.
- ¿Sabías que tienes una sonrisa hermosa ángel?
(...)
- ¿No te habías dado cuenta que tenía cuatro pezones la vez que fuimos a la playa? –Preguntó.
- No, no ando viendo los pezones de la gente –Reí.
Él se unió a mis risas y levanté la mirada para ver a mi alrededor; la plaza era linda, pero había demasiada gente para mi gusto. Además, que varias personas te miren extraño, no era lo más cómodo del mundo.
- ¿Harry, te sacas una foto conmigo? –Preguntó una chica acercándose a nosotros.
Fruncí el ceño mirando a Harry; él me dio un beso en la frente y acto seguido, se levantó para tomarse una foto con la chica ¿Por qué una foto con Harry? Miré extrañada a la chica que sacaba la fotografía y me di cuenta de que había algo inusual en su chaleco “One Direction” ¡Claro! ¿Cómo había olvidado que ahora, Harry era famoso?
- Listo ángel –Sonrió- ¿Acaso ahora estás celosa de las fans?
- No es eso –Negué rápidamente- Es solo que no recordaba que ahora, eres conocido por todo el mundo.
Harry me miró divertido y luego se acomodó en la banca en la que, él y yo, estábamos sentados. El cielo nos avisaba que el día estaba terminando con una puesta de sol y yo, al notarlo, recordé que había dejado a mi amiga, con un almuerzo por hacer, en el departamento.
- ¡Summer! –Exclamé en voz alta- Creo que será mejor volver.
- Claro ángel, pero antes… Yo quería, aprovechando el tema de que, soy famoso mundialmente, hacerte una pregunta.
¿Pregunta? ¿Qué clase de pregunta me haría Harry que lo hacía tartamudear al hablar? Reí al verlo tan nervioso y asentí para que continuara.
- ¿Quieres ir a Paris conmigo?