C A P Í T U L O 10

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Capítulo 10, !!No quiero casarme¡¡

Narra Roman Reings

- ¿Entonces vas a casarte? - bromeo Seth mientras nos sentabamos en el jardín frente a la piscina.

Rode los ojos y bebí un largo trago a mi vaso de Whiskey no soporto la idea de atarme a una mujer sobre todo a una que no amo ni amaré jamás en la vida por su personalidad de princesita de papá.

- Ni lo menciones, ¡¡No quiero casarme!! No soporto a Nicole hace poco me encontro con mi vecina y no le importo solo quiere tenerme a su lado por lo que piensan los demás. - resople frustado.

- Deberías hablar con el jefe y negarte no puedes vivir así el resto de tu vida además todos sabemos como es Nikki Red. - asentí y mire al jardín continuo al mio donde escuche una puerta abrirse.

- ¿La que te trae por los suelos es tu vecina verdad? - mi amigo se río y me hizo sonreir el simple recuerdo de lo bien que me siento con ella, jamás dormí con una mujer sin follar y con ella lo he hecho dos veces.

- Es hermosa y me agrada pero sigue siendo una niñita de 23 años. - tenia que admitir que a pesar de todo mi vecina es una niña y en mi mundo no podemos convivir.

- Roman debemos sacar este cargamento de tu casa para llevarla al aeropuerto esta noche, el jefe acaba de escribirme. - los nervios me recorrieron mi cuerpo siempre era lo mismo aunque la paga era estupenda la libertad no tiene precio.

- Hagamoslo - nos pusimos de pie y mientras Seth llamaba a Baron Corbin y a Fin Balor para que nos ayudaran subí por las llaves para abrir la habitación donde esta guardada la cocaína.

6 horas más tarde...

- Lo hicimos de nuevo amigo... - dije viendo el avión despegando desde un aeropuerto privado, estaba agotado y apestaba ya que tuvimos que hacer demasiadas cosas para sacar todo aquello de mi hogar.

- Somos libres una vez más Rom - golpeo mi hombro levemente para salir del lugar, nuestros amigos ya se habían marchado cuando mi jefe les pago.

Salimos juntos y una voz nos hizo voltear.

- Hijos ¿donde van? Tenemos que celebrar. - mi jefe con una inmensa sonrisa en su rostro nos mostro un par de botellas de buen Whiskey.

- Hola jefe claro ¿donde vamos? - le respondio Seth un tanto incómodo ya que planeaba irse con su familia.

Muy pocas personas saben acerca del trabajo sucio que hacemos y la idea principal era irnos a casa posteriormente a realizar el envío.

- ¿Como no celebrar jefe? - fingí estar encantado por irme a embriagar con ellos, solo deseaba volver a casa para ver a Charlotte.

Subimos con él a su auto mientras un guardaespalda llevaba mi auto detrás, ibamos conversando cosas sin sentido y uno de otro próximo trabajo.

- ¿Como va todo con mi hija? - me pregunto el señor Red y Seth casi escupe su trago.

- Muy bien ya a mandado hacer su vestido - fingí emoción regresando mi vista a la ventanilla.

- Recuerda tratarla como lo que es, una reina. No quisiera verla triste por ti hijo ya sabes lo que podría hacer, es innecesario volver a recordartelo ¿verdad? - recuerdo cuando Nikki se enamoro de mi y no me dejaba en paz su padre me amenazo con acabar conmigo si llegaba a rechazar a su hija.

- Lo se señor, la haré lo más feliz posible. - trate de sonar sincero aunque era más que obvio que no sentia ni una pizca de amor por su hija.

Llegamos a su enorme mansion y después de unas horas pudimos salir e irnos a casa no soportaba un minuto más en ese lugar. El señor Red tiene comprada gente muy importante tanto así que con un chasquido de sus dedos puede desaparecer a cualquiera.

- Demonios no veia la hora de irnos de esta mierda, ese viejo nos tiene en sus manos Roman y temo por mi familia a veces. - interrumpio el silencio mi amigo cuando iba de camino a dejarlo en si hogar junto a su familia.

- Detesto ese hombre al igual que tu, nunca pierde el tiempo para amenazarme por su hija. Maldigo el día que esa mujer se fijo en mi y me compro como un accesorio más. - recorde entonces cuando me vio con mi vecina en la ducha y la trato tan mal. Si tan solo supiera que Charlotte sin ser una Barbie es una niña perfecta.

Minutos más tarde perdido en mis pensamientos llegamos a la casa de Seth, su esposa salió a recibirlo y luego de un rapido saludo con la mano conduje hasta mi hogar deseaba dormir un poco. Mañana le pediria a la señora de limpieza dejar esa habitación impuluta de cualquier rastro de cocaína que cayera al suelo.

Las luces en la casa de Charlotte estaban apagadas no entiendo que mierda sucede conmigo si mi mente sabe que es imposible que yo pueda visualizarme con otra mujer que no sea Nikki a menos de que quiera servirles mi cabeza en bandeja de plata sin contar con lo mal que podría irle a la otra persona.

Me di una ducha y después de comer algo me recoste sobre mi cama sin querer observe el techo recordando el espejo de la habitación de mi vecina y reí al llevar mi imaginación más allá pudiendo aprovechar esa buena vista que me puede proporcionar aquel objeto.

Empuñe mis ojos sacudiendome de esos pensamientos y me quede profundamente dormido.

- Roman ¡¡Auxilio¡¡ - Charlotte estaba en los brazos de un guardaespaldas de Nikki.

- Sueltala ahora mismo imbecil. - mencione entre dientes con mis manos en puños.

- Claro - sonrío malevolamente y al tirarla al suelo saco su arma para dispararle varias veces.

Corrí rapidamente hasta su cuerpo herido y sus ojos parpadeaban lentamente, la sangre salia por su cuerpo cayendo al suelo podia sentir mi corazón acelerado y unas lagrimas resbalarase por mi mejilla.

- ¡¡¡ CHARLOTTE ¡¡¡ - grite al ver que su pulso se detenia.

De repente desperte asustado, con sudor  y con el pecho agitado, el corazón latia muy rapido fue tan real. Debo alejarme de ella o puede sucederle algo por mi culpa, intente dormir de nuevo pero fue imposible.

Vecino + Peligro = -CharlotteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora