IV. PRONTO

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Los pasos apresurados se escucharon desde adentro, un papel se deslizó por debajo de la puerta y luego se escucharon más pasos apresurados a pesar del alboroto. Jongin se levantó de su posición relajada en el piso y se apartó sus mechones de cabello oscuro que ahora estaban mojados y pegados a su frente. Tomó la nota reconociendo inmediatamente la caligrafía.

“No podré volver, portate bien y saldrás en menos de dos meses.
Ve a casa, allá te esperaré.
Te amo.”

Jongin frunció un poco su ceño sin demostrar muchas emociones, limpió la mancha de sangre de la nota y empezó a masticarla, cuando el papel se volvió una bola ilegible lo escupió a sus pies y se volvió a sentar en el suelo para seguir escuchando con diversión el caos de afuera.

—FUUUUEGOOOOOO.

Un interno se asomó por los barrotes de la ventana; el trastornado sujeto tenía ojeras —como casi todos en ese lugar— bajo sus enormes ojos saltones, su cabello era anormalmente rojo y despeinado, a Jongin le recordó a Ronald McDonald, se veía bastante alto y su sonrisa era gigante.

—Fuego —repitió el interno con voz más calmada sin dejar de sonreírle.

Tal vez ya estamos en el infierno. —Jongin respondió sonriendo de lado como lo hacía cuando era Kai; una sonrisa seductora, provocadora, ardiente y demente.

Jongin no se parecía mucho a su hermano y mucho menos parecía ser el menor de ambos; era alto, más que Jongdae, su piel era ligeramente más morena que la de su hermano, su rostro, que siempre se mantenía serio, era de facciones muy masculinas y marcadas y sus ojos de color chocolate eran conquistadores, o al menos eso había dicho Kyungsoo después de robarle su primer beso.

Otro interno empezó a saltar para ver a Jongin también, pero al parecer la ventana en la puerta estaba muy arriba para su altura, así que el loco que gritaba fuego lo levantó, como hace un padre con su hijo, para que pudiera ver al interno en aislamiento.

—¡Hola! —dijo el pequeño interno. Sonreía con cierto carisma y tenía ojos brillantes. —Soy Baekhyun —Se presentó saludando con una mano, luego empezó a bombardear a Jongin —¿Necesitas amigos? ¿Te sientes solo ahí a adentro? ¿Por qué estás ahí? ¿Te portaste mal? ¿Te encerraron por que no te querían?

—Baek, déjalo en paz —lo reprendió el que lo sostenía y lo bajó al suelo.

—¡Adiós! —gritó el pequeño parlanchin desde afuera y levantó su mano agitandola a modo de despedida para que Jongin pudiera verla. Luego echó a correr con el más alto pisándole los talones.

🌙 🌙 🌙

Jongdae entró al departamento que compartía con Jongin en la gran ciudad. Había un tipo desconocido dormido sin prenda alguna (solo cubierto por una manta) en el sofá frente al televisor. Jongin apareció frente a su hermano con solo unos bóxers puestos.

—¿Y éste? Dime que no lo violaste —Jongdae se paró en jarras frente a Jongin.

Por supuesto que no. Tuvimos sexo. Lo disfrutó… y luego se quedó dormido.

—¿Y?

—¿Y qué?

—Despiertalo y dile que se vaya.

—No, miralo que bonito se ve cuando duerme —dijo Jongin mirando con adoración al sujeto.

—Jongin... —le advirtió Jongdae.

—Es que no tiene un hogar Dae. —Jongin se mordió su labio con angustia.

—¿Metiste a un vagabundo a nuestra casa? —Jongdae preguntó con incredulidad —¿Y si nos mata mientras dormimos?

—No es un vagabundo, su madre lo echó —Jongin excusó a su invitado. Jongdae cambió su peso de una pierna a otra obviamente incómodo. —Además, ¿por qué habría de matarnos?

—Déjalo quedarse, pero mañana se va. Y si nos roba o vacía la casa serás tu quien trabaje horas extra para conseguir todo de vuelta.

Jongin sonrió contento y arropó bien a su nuevo amante antes de echarse en el suelo al lado del sofá. Jongdae se restregó el rostro con sus manos y suspiró con cansancio.

—Ven, duerme conmigo —le dijo encaminandose a la habitación, no era una invitación, era una orden.

Su “departamento” no era más que una caja de fósforos, no, la caja de fósforos seguramente tenía más espacio. Jongdae dormía en la cama en la única habitación y Jongin dormía en el único sofá en la sala por voluntad propia; el menor se sentía mal porque Jongdae cargara con todos los gastos para que él pudiera terminar su carrera universitaria que pagaba con su trabajo de medio tiempo en una tienda de discos. Muchas veces Jongin había insistido en dejar sus estudios y ayudar con los gastos de la casa pero Jongdae insistía en que Jongin debía ser alguien. Así que Jongin hacía lo que podía tratando de molestar a Jongdae al mínimo, eso incluía dejarlo dormir en paz, el sofá no era tan malo.

Pero, como siempre, le obedeció, puso un beso sobre la frente del 'sinhogar' y siguió a su hermano a la habitación.

—Perdón por traerlo sin preguntar —Jongin se disculpó en voz baja mirando al techo, no podía dormir, —pero me recordó a nosotros.

—Cállate Nini —Jongdae le dijo poniéndole su almohada en la cara. Aunque el mayor no lo admitiera, ambos sabían que Jongdae hubiera hecho lo mismo. Incluso la parte de tener sexo con un recién conocido al que le da refugio.

🌙 🌙 🌙


Minseok caminaba a paso muy lento y ya estaba anocheciendo, nunca llegarían a su paso y peor aún si seguían a la orilla de la carretera. Pero es que Minseok iba descalzo y los zapatos de Jongdae le iban muy pequeños así que no había mucho que pudieran hacer más que caminar con cuidado y esconderse en el montarrascal que bordeaba la desolada carretera cuando algún motor se escuchaba a lo lejos.

Minseok se relamió los labios por centésima vez e intentó tragar.

—Tengo sed —dijo con voz muy suave.

—Lo sé, pero no hay donde conseguir agua por aquí. —explicó Jongdae con paciencia —Aguanta un poco más. —le pidió.

Minseok asintió como niño bueno y siguieron andando de la mano a paso zombi.

Luego de un rato más Minseok empezó a ver puntos negros, casi se desmaya y se va de bruces pero su acompañante lo sostuvo a tiempo. Jongdae pensó que probablemente Minseok no había comido su almuerzo y por eso estaba tan débil.

De hecho, Minseok casi no comía, al menos no comida de gente, por eso estaba hecho un costal de huesos. Por suerte Jongdae, aunque no fuera de complexión tan ancha, era fuerte y pudo llevar sobre su espalda a Minseok por lo que restaba del camino. Tomando la ruta entre los árboles esta vez.

Cuando la espesura de la naturaleza impidió el paso a la poca luz del sol que al día le quedaba, Minseok maulló contento a pesar de estar solo consciente a medias.

Jongdae le sonrió con cariño —Solo un poco más —le aseguró a Minseok con voz forzosa.

Pronto.

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GATO  ~Chenmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora