XIX. SOBREDOSIS

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Kyungsoo miró también a Kris con terror y corrió en diagonal intentando mantenerse lejos del alcance de Jongdae también, no quería que ninguno lo encerrara de nuevo.

Minseok no podía dejar de mirar a Kris, no podía evitar sentirse culpable por haber huido de alguien tan bueno y paciente con él.

—Ven conmigo —Kris pidió extendiendo su mano al fugitivo.

—¡No! —Jongdae alcanzó a su novio y lo alejó de Kris poniéndolo detrás de su cuerpo —No va a ir contigo a ninguna parte —gruñó, estaba tan fuera de sí que parecía casi salvaje.

—Jongdae, entiende que podrá salir cuando mejore —el especialista intentó convencerlo.

—No —gruñó de nuevo, —vete de aquí.

—Déjalo venir conmigo, sabes que no está seguro contigo. —Kris miró las cicatrices recientes en los antebrazos de Jongdae y ambos tuvieron un momento de silencioso entendimiento. Kris no esperaba una disculpa y Jongdae no la daría.

—Kris —una dulce, suave, casi aterciopelada y desconocida voz pronunció el nombre del psiquiatra. —Por favor, quiero estar con Jongdae —Minseok suplicó.

—Hablas... —murmuró Kris con sorpresa y Minseok asintió —Pero es mi deber llevarte de regreso, no podemos solo dejar que estés fuera si tu cabeza no está bien siempre, tienes que curarte —Kris usó su tono más persuasivo.

—Si yo hablo ¿me dejarás salir para estar con Jongdae? —Minseok preguntó esperanzado, Jongdae sabía que Kris solo estaba intentando engatusarlo, no lo dejarían salir jamás, porque ellos no entendían que Minseok solo intentaba protegerse a sí mismo.

—No es tan fácil, aún cuando salgas, tendríamos que vigilarte. —Kris habló con honestidad.

—No quiero eso —el gato escondió su rostro en la espalda de Jongdae con temor, Kris solo podía ver los singulares ojos de Minseok, parecía tan indefenso y ahora tan dependiente de Jongdae.

—Minse— Kris se quedó mudo al escuchar el seguro del arma ser destrabado.

—¡Vete! —amenazó Jongdae apuntándole firmemente, sus ojos no encubrían más su alma herida y trastornada. Kris fue lo suficientemente sensato como para no discutir.


⚡ 🐱⚡🐱⚡


El corazón de Jongin dio un salto olímpico al escuchar el timbre del apartamento sonar dos veces seguidas, abrió presuroso y estuvo de frente a Kyungsoo por fin después de lo que pareció un milenio. Chocaron en un abrazo tan fuerte, cálido y eterno que solo se dieron cuenta de que habían avanzado cuando tropezaron con el viejo sofá.

—Pensé que... —las palabras de Kyungsoo no pudieron seguir cuando Jongin aplastó los labios con forma de corazón que tanto adoraba con los suyos. El oxígeno se volvió un mito para Jongin al sentir la calidez de la boca de su novio, no lo soltaría nunca más, nada los separaría de nuevo. La idea de que el otro no hubiera sobrevivido a su estúpido juego siempre estuvo ahí en las mentes de ambos, siempre el miedo les acechó.

Los labios de Jongin eran carnosos, suaves y sabían a algo muy parecido a la menta y para Kyungsoo no existía un mejor sabor. Kyungsoo era un jugador, le parecía divertido y excitante encender llamas por todas partes y luego dejar que el fuego consumiera a otros, pero cuando se trataba de Jongin, entraba de lleno en el fuego, porque quemarse junto a él parecía la forma correcta de vivir aunque ninguno supiera cuándo las llamas los consumirían o cuándo su sobredosis de amor y locura se volvería más mortal que las drogas. 

GATO  ~Chenmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora