GATO ~Chenmin~

VII. UN BAÑO

Jongdae se había mudado a la habitación de Jongin y le había cedido la propia a Minseok ...y empezaba a tener ojeras.

Sumado al hecho de que no le gustaba mucho la cama de su hermano, Minseok siempre hacía ruido por las noches y terminaba despertándolo; habían veces en las que su maullido era tan desesperado que Jongdae tenía que correr a buscarlo sintiéndose temeroso de que le hubiera sucedido algo, otras veces Minseok rascaba la puerta y el sonido lo irritaba tanto que Jongdae terminaba dejando su puerta abierta, era entonces cuando Minseok saltaba a la cama junto a él y se enrollaba cerca de sus piernas. Compartir la cama con Minseok era demasiada tentación; las fantasías invadían su mente adormilada y lo dejaban duro y alerta. Así que Jongdae —sin proponérselo— terminó cambiando su horario de sueño acoplándolo al de Minseok.

⚡🐱⚡ 🐱⚡

Jongdae miró a Minseok que estaba echado sobre el sofá lamiendo sus brazos como siempre hacía.

—Vamos ya, necesitas un baño de verdad. —Jongdae declaró mirando fijamente a su inquilino, su propio cabello aún estaba un poco húmedo por la reciente ducha y se sentía revitalizado al llevar ropa limpia y olorosa, quería que Minseok se sintiera igual, pero este siguió dando pequeñas lamidas a sus antebrazos sin prestar atención logrando que Jongdae se sintiera indignado.

—Minseok… —Jongdae insistió y Minseok le dio una mirada muy molesta que dejaba en claro que no estaba dispuesto a hacerle caso, luego prosiguió con su labor de aseo. Jongdae alzó una ceja y se fue a la cocina, rebuscó en el estante más alto de la alacena que Minseok no había podido alcanzar y tomó algo que llamó la atención del gato.

—Te daré esto si te bañas —Jongdae  intentó negociar agitando una lata de comida para gato que Minseok no había encontrado antes, los bellos ojos del gato se dilataron y su mirada empezó a seguir el alimento exclusivo de lado a lado. —Ve a bañarte.

Jongdae fue a su habitación en busca de una toalla y regresó al sofá para lanzarsela a Minseok.

—Todo lo que necesitas está ahí, ve.

Minseok quitó la toalla de su rostro y gruñó con molestia, Jongdae le caía muy bien, pero si seguía insistiendo en eso de “bañarse” iba a terminar ganándose un par de arañazos. De todas maneras, se encaminó al cuarto de baño con los hombros hundidos y se metió ahí con miedo; odiaba los baños, temía que el agua fuera a ahogarlo.

Luego de media hora de no escuchar ningún sonido en el cuarto de baño, Jongdae empezó a preocuparse.

—¿Minseok, está todo bien? —preguntó Jongdae dando suaves golpecitos a la puerta de madera. —¿Minseok? —preguntó de nuevo sin obtener respuesta, lo cuál, por cierto, era normal. —Voy a entrar ¿si?

Jongdae abrió la puerta y entró, inicialmente no vio ni rastros de Minseok, pero luego lo encontró escondido detrás de la canasta de la ropa sucia, no pudo evitar sonreír ante la mirada asustada del gato.

—No es tan malo. Los gatitos buenos se bañan cada cierto tiempo para que su cabello esté suave y huela bien. —intentó convencerlo con voz melosa, Minseok gruñó y mostró sus dientes como si quisiera que Jongdae se alejara.

—Escucha, todo estará bien…

Minseok lo miró desafiante e hizo un sonido de profunda molestia con su garganta.

—Basta. Minseok, apestas, métete y bañate. Ya, es una orden. —Jongdae se irguió y habló con determinación, el tono de su voz sinceramente asustó a Minseok.

El gato se puso de pie, hizo a un lado la canasta de ropa sucia y corrió hacia su habitación, Jongdae lo alcanzó antes de que pudiera encerrarse y lo alzó con facilidad sobre su hombro. Minseok maulló como si fueran a descuartizarlo vivo e intentó zafarse pero no lo consiguió, de pronto ya estaba dentro de la tina vacía. Se sentó ahí muy a su pesar y llevó sus rodillas hasta su pecho creando con su garganta un maullido lastimero.